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Los Patriots sufrieron una derrota que quizá necesitaban

FOXBOROUGH -- Más que cualquier otra franquicia en suelo americano, los New England Patriots se niegan a alardear de sus glorias del pasado. Bill Belichick ganó su quinto título de Super Bowl con una remontada histórica en febrero e inclusive antes de abordar el avión que lo llevaría a casa se quejaba que iba cinco meses retrasado con respecto al resto de los equipos que ya se estaban preparando la temporada 2017.

Los Patriots se mantienen en el cliché de vivir el momento. No desperdician más tiempo puliendo sus trofeos que reservando hoteles para el Super Bowl a mediados de octubre, pero el jueves por la noche, justo antes de abrir la campaña frente a los Kansas City Chiefs, finalmente se dejaron llevar por la naturaleza humana. Tomaron un momento para repetirse: Saben que, somos muy especiales.

Y por supuesto que lo son. Dado que la NFL ve la paridad como una virtud y utiliza al draft, el tope salarial, el calendario y la agencia libre para cerciorarse que así sea, los Patriots de Belichick y Tom Brady quizá sean la dinastía más dominante.

Se ganaron la fiesta previa al partido y también el develar el banderín, pero los mensajes en los marcadores del Gillette Stadium que decían "ATL 28 NE 3" y "2:12 3RD QTR" parecían un poco exagerados para una franquicia que no hace alarde sobre el confetti del día anterior. También los cinco trofeos Vince Lombardi de excesivo tamaño que aparecieron en el campo junto con los abucheos dirigidos hacia Roger Goodell cuando apareció en el calentamiento de los jugadores. Miles de aficionados vistieron camisetas y agitaron toallas con la imagen del comisionado usando una nariz roja de payaso.

Sí, era su primera aparición en Foxborough para un juego de temporada regular desde el escándalo del Deflategate y quizá él sabía lo que le esperaba, pero la realidad es que desde entonces han obtenido un par de campeonatos. El equipo y los seguidores ya habían salido victoriosos en esa batalla y a pesar de ello invirtieron tiempo y energía en esa disputa con alguien que se convirtió en un blanco fácil.

Así que en ese contexto, fue apropiado que los Patriots abrieran una temporada que algunos, incluyéndome, creíamos que podrían terminar con un récord histórico de 19-0 y fueron vapuleados por los Chiefs. Les anotaron 42 puntos, más que cualquier otro equipo ante New England en los 17 años de Belichick. Sumaron 537 yardas, la mayor cantidad que han permitido en los más de 17 años de Belichick. Tal como lo hicieron en 2014, cuando le propinaron 41 puntos a los Patriots en la Semana 4, consiguieron que el eterno Brady pareciera tan viejo como su certificado de nacimiento sugiere.

Brady apareció el jueves por la noche como un titular de 40 años por primera vez. Cuando acabó el juego, sin lanzar un solo pase de touchdown, nadie se atrevió a escribir o decir que el N°12 está terminado como líder de una dinastía de la forma en que se hizo en 2014. Cuando le cuestionaron sobre el pase que Rob Gronkowski no pudo retener en el primer cuarto, mismo que podría haber dado a los Patriots una ventaja de 14-0 y que en cambio alteró el momento del juego, esto es lo que dijo:

"Esa fue una jugada decepcionante, es decir, esa hubiera sido una jugada importante en el partido, y simplemente no la concretamos, no hicimos muchas jugadas esta noche, así que tenemos que ser mucho mejores en muchas áreas, empezando por nuestra actitud y competitividad".

¿Actitud y competitividad? ¿Tom Brady estaba cuestionando la actitud y la competitividad de su equipo?

"Creo que necesitamos tener más urgencia", dijo "debemos ejecutar mucho mejor. Esa es nuestra actitud ganadora, una actitud de campeonato, debes dar lo mejor todos los días, y fuimos exhibidos en nuestro propio campo, es un sentimiento terrible".

Es una sensación rara, también. Los Chiefs vencieron a los Patriots con la velocidad fulminante de Tyreek Hill y del novato Kareem Hunt, quienes anotaron en jugadas de 75 y 78 yardas, así como con paciencia en la serie de 90 yardas tras la falla en la conexión Brady-Gronk en el primer cuarto. Cuando los Patriots trataron de mantener su ofensiva en el campo en situaciones de corto yardaje, Kansas City los dominó físicamente en el frente y dieron forma al compromiso.

"Fue un esfuerzo muy pobre", dijo Brady.

"Mala defensiva, mal coacheo, mala ejecución", dijo un Belichick apenas audible. "Hubo problemas por todos lados".

El frente defensivo fue tan preocupante como se anunciaba, ya que Alex Smith, un actor de carácter consistente y confiable, de repente se convirtió en Marlon Brando. Lanzó para 368 yardas y cuatro touchdowns, incluyendo su espiral de 75 yardas a un Hill completamente abierto, quien exhibió velocidad digna de Juegos Olímpicos.

Incluso antes que Danny Amendola abandonara el partido con una lesión en la cabeza, Brady sabía que iba a echar de menos a Julian Edelman y Malcolm Mitchell, especialmente a Edelman. Por más que se mencionó que Brady ganó todo sin Gronkowski la temporada pasada, Edelman hizo la atrapada más importante y más bizarra en la victoria del Super Bowl LI sobre Atlanta, y también tuvo el touchdown del triunfo en la victoria del Super Bowl XLIX sobre los Seattle Seahawks. Consiguió más de 1,100 yardas el año pasado y claro que su ausencia iba a pesar.

Al final, Kansas City actuó como si ya no quisiera ser Kansas City. Los Chiefs han promediado casi 11 victorias en temporada regular durante los últimos cuatro años, pero han fracasado en los playoffs. Parecían más hambrientos y furiosos que los Patriots. En el medio tiempo, Michele Tafoya de NBC dijo que tuvo una conversación con Belichick sobre la forma en que se vivieron los primeros 30 minutos, pero Andy Reid se negó a hablar. Usted sabe que un entrenador está enfocado en el momento cuando rechaza una solicitud de entrevista que Belichick acepta.

Antes del jueves por la noche, los Patriots habían ganado 87 partidos consecutivos en casa cuando lideraban al descanso.

Esto no significa que New England debería comenzar a explorar a Josh Rosen y Sam Darnold. Las tres veces anteriores que los Patriots perdieron en su debut de temporada, terminaron ganándolo todo.

Pero primero tienen que averiguar cómo desarrollar una defensa competitiva. Ah, y también tienen que olvidar su absurda victoria sobre Atlanta.

En la Semana 1 de la temporada 2017, los Patriots le recordaron al mundo una vez más sobre el déficit de 28-3 del que se repusieron y jugaron de la misma manera en que lo hicieron los primeros 43 minutos de aquel compromiso en Houston en febrero, pero ahora no había milagro en el horizonte.