Los Detroit Lions fueron el domingo de un aparente touchdown que les daba la victoria a una derrota sin alguna jugada de por medio.
Aquí está lo que sucedió, junto con el razonamiento de por qué el réferi Walt Coleman y su grupo de árbitros tomaron la decisión correcta al final.
Con 12 segundos por jugar en el último cuarto, el quarterback de los Lions, Matthew Stafford, lanzó lo que pareció un pase de touchdown de una yarda al receptor Golden Tate, anotación que le hubiera dado a Detroit el triunfo por 32-30 sobre los Atlanta Falcons.
Tate atrapó el envío, que fue bajo, y se lanzó hacia la zona final para romper el plano imaginario de la línea de gol.
Cuando Coleman y su staff marcaron el touchdown, restaban ocho segundos en el reloj. Todas las anotaciones son revisadas automáticamente por la NFL y cuando el vicepresidente de los árbitros Al Riveron vio la repetición, notó que la rodilla izquierda de Tate tocó el piso antes de que el balón cruzara el plano.
Ya que el esquinero de los Falcons, Brian Poole, tocó el hombro de Tate mientras el receptor caía, se decretó que Tate cayó al piso por contacto de un defensivo antes de entrar a las diagonales.
Fue entonces que comenzó la diversión.
De haberse decretado la acción correctamente, el reloj no se hubiera detenido y el tiempo de juego hubiera expirado antes de que los Lions pudieran sacar otra jugada. Para ser justos, el coach de Detroit, Jim Caldwell, dijo luego del partido que su equipo “ciertamente” pudo haber logrado tener una jugada más.
“Es algo que practicamos todo el tiempo”, señaló Caldwell.
Pese a esto, la NFL instituyó una regla hace una década para situaciones de este tipo. En lugar de permitir que un equipo tenga una oportunidad gratis de parar el reloj dentro de los últimos dos minutos de cada medio, la regla requiere que se adelante el reloj 10 segundos como simulación del tiempo que se requeriría si se toma una decisión incorrecta.
Los equipos pueden evitar perder esos 10 segundos si usan un tiempo fuera, pero los Liosn ya no tenían tiempos fuera disponibles, así que, como sólo restaban ocho segundos cuando se marcó el touchdown de Tate, luego de la revisión de la acción, Coleman correctamente determinó que el juego había acabado.
Fue un final extraño y devastador para un juego competitivo, pero que se sancionó de acuerdo a las reglas.
Consideren el asunto desde la perspectiva de los Falcons. ¿Hubiera sido justo para ellos que los Lions tuvieran una jugada más? Por reglamento, se decretó que Tate quedó a centímetros de la línea de gol y se echó a andar el reloj de juego.
Al final, la NFL tomó la decisión más precisa y justa que podía esperarse.