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La falta de ajustes sobre la marcha sentenció a los Cowboys

Hoy ha sido un martes diferente a todos mis martes. Normalmente esta nota la empiezo a redactar alrededor de la 1 p.m., tiempo del centro. La verdad es que escribir no se me facilita y me toma mucho tiempo, pero lo hago con gusto porque hay lectores que me honran con su atención cada semana. En este momento me encuentro en el viaje de regreso a casa después del "Monday Night Football", y de haber tenido juntas, grabaciones, y retrasos en mis vuelos. Hablando de vuelos, hace una semana llegué a las 3.5 millones de millas volando. En el sistema métrico equivalen a 5.6 millones de kilómetros. John Sutcliffe entiende lo que esto significa. Lástima que nunca lea estas notas.

A lo que voy es que no son las circunstancias habituales para trabajar, pero en la vida hay que improvisar en ciertas ocasiones y tratar de cumplir con nuestras obligaciones lo mejor posible aunque no tengamos los recursos ideales a nuestra disposición. Eso fue lo que dejó de hacer el grupo de entrenadores de los Vaqueros de Dallas en su partido contra Atlanta. La nota de la semana, quizás de toda la temporada, ha sido la situación de Ezekiel Elliott. Después de fallos jurídicos y multitud de apelaciones, Zeke perdió el primero de seis partidos del castigo que le impuso la NFL. Seis partidos no representan una cifra arbitraria, es el número de juegos que un jugador debe estar fuera cuando comete violencia doméstica después del fiasco de situación con Ray Rice.

Es debatible si Zeke es culpable de los cargos que le atribuyen, pero la NFL dio su dictamen y ahora quedó fuera de acción. Su ausencia pesó, pero no tanto como la Tyron Smith, el tackle izquierdo All Pro de Dallas. Chaz Green jugó en su lugar y francamente no hizo acto de presencia. Ahí es donde falló el grupo de entrenadores de Dallas empezando con Jason Garrett y siguiendo con Scott Linehan el coordinador ofensivo. Era obvio que Green no podía con el paquete. Adrian Clayborn, un jugador cuya cifra mayor de capturas en una temporada había sido de seis, tuvo ese mismo número el domingo. El ajuste ofensivo de Garrett y compañía nunca llegó.

Cuando un jugador tiene problemas en protección es común darle ayuda con un ala cerrada, otro jugador de la línea, un corredor, deslizando la protección en su dirección o moviendo al quarterback. De todo eso vimos poco y Dak Prescott pagó los platos rotos. Mi compañero, Carlos 'Tapa' Nava profundizó sobre el tema en su nota de la semana que pueden encontrar aquí. Otro motivo de alarma para los fans de Dallas es la lesión por tirón muscular de Sean Lee. Con Lee en el terreno de juego, Rod Marinelli, el coordinador defensivo, se vuelve creativo. Sin Lee, es altamente previsible. Hice un análisis en el segmento de "Do your Job" en "NFL Live" el jueves pasado respecto a ese tema. El próximo reto de Dallas será contra el líder general de la NFL, las Aguilas de Philadelphia.

Cuando parecía que por fin los rivales de los Pats empezaban a figurar en la división Este de la AFC, en particular Buffalo, vemos como las cosas vuelven a la normalidad. Y la normalidad es ver otra vez un dominio total de New England en su división y recuperar su puesto entre la élite de la conferencia. Los Pats despacharon sin muchos problemas a un equipo de Denver que no sabe jugar en equipos especiales. Por su parte Buffalo fue arrollado por New Orleans. Todavía están buscando la placa del camión que les pasó por encima.

De los Santos, todos sabemos de las proezas de Drew Brees como pasador y su sofisticado juego de pase. Esta temporada empezamos a hablar de una defensiva que está siendo la revelación de la temporada. Lo que faltaba era un despliegue de juego por tierra como el que mostraron contra Buffalo.

Aquí lo sutil es que Sean Payton fue contra el punto fuerte de los Bills. Buffalo está todavía como equipo de playoff gracias a su defensiva terrestre, su propio ataque por tierra y el diferencial positivo que tienen en intercambios de balón, el mejor de la NFL con +12. Antes del domingo, Buffalo tenía la defensiva terrestre N° 6 en la NFL permitiendo sólo 94 yardas por tierra por partido. Esta semana amanecieron como la N° 22 contra los acarreos permitiendo un promedio de 117 yardas por tierra por partido. Y no es por demás, el plan ofensivo de Payton fue atacar el por tierra al punto de desmoralizar a los Bills. Al final del partido, New Orleans terminó con 298 yardas por tierra y 6 touchdowns. Anotaron 47 puntos sin un touchdown por pase de Brees. Buffalo había permitido sólo ocho por tierra en su primeros ocho encuentros. Cuando ganaron el Super Bowl en 2009, New Orleans tenía un ataque terrestre que estaba entre los diez mejores de la liga. Esta dimensión les será útil si tienen que jugar en climas fríos como Philadelphia o Seattle.

Miami era otro que venía sorprendiendo y ganando sus partidos a pesar de deficiencias ofensivas. La base del éxito era una defensiva también clasificada entre las diez mejores de la liga, antes de "MNF". Eran la séptima mejor defendiendo acarreos. Nadie le avisó a Mike Shula, el coordinador ofensivo de las Panteras, cuyo plan de juego también fue atacar por tierra.

Miami tiene un coordinador defensivo nuevo en Matt Burke. Su prioridad al tomar el lugar de Vance Joseph era corregir una defensiva terrestre que fue humillada en playoffs por Pittsburgh. Parecía que lo habían logrado hasta que se toparon con Cam Newton y compañía quienes machacaron sin misericordia al son de 294 yardas por tierra.

En realidad, Miami no jugó mal a la ofensiva. Pudieron mover el balón y estaban en el partido aún todavía después de una intercepción de Jay Cutler poco antes del descanso seguida por un castigo personal que prácticamente le dio un touchdown a Carolina. El problema es que en el segundo tiempo no pudieron frenar a Carolina. La única serie ofensiva en la que las Panteras no anotaron touchdown fue al final cuando buscaban liquidar el partido. El tiempo de posesión fue once minutos a favor de Carolina. Aún con las limitaciones de Cam Newton como pasador, David Funchess, Curtis Samuel y Christian McCaffrey pudieron completar pases en contra de unos esquineros con muchas limitaciones. La ofensiva de Miami tiene que mejorar, pero basta para competir. En este momento me preocuparía más su defensiva.

Hablando de defensivas, una que se ha colapsado hasta el momento es la de Houston. Mike Vrabel se perfilaba como un futuro asistente codiciado con madera para llegar a ser entrenador en jefe. Para que no emigrara, Bill O'Brien le dio el puesto de coordinador defensivo "promoviendo" a Romeo Crennel a entrenador en jefe asistente. Los resultados han sido fatales y eran evidentes aún antes de la lesión de Deshaun Watson. Houston tuvo la mejor defensiva de la liga en yardas permitidas en 2016. Este año son la N° 23 en yardas y la N° 31 en puntos. Sean McVay le dio cátedra a Vrabel al punto de la humillación. Lo triste para los fans de Houston es que esta temporada mediocre no producirá selecciones en el draft. Cleveland tiene la primera y segunda selecciones de Houston en 2018.

Por segundo año consecutivo fui con Seattle para ganar el Super Bowl y por segundo año consecutivo sufren una lesión devastadora en la defensiva secundaria. En 2016, Earl Thomas quedó fuera por fractura de tibia en la Semana 13. Este año le tocó a Richard Sherman. Con la "Legion of Boom" intacta, Earl Thomas, Richard Sherman y Kam Chancellor, Seattle gana el 71 por ciento de sus partidos. Cuando falto uno o más, el porcentaje de victorias baja al 45 por ciento. Shaquille Griffin, selección de tercera ronda en el draft de 2017, ha tenido una buena temporada y ahora tendrá que tomar el lugar de Sherman. El devaluado Jeremy Lane, a quien trataron de canjear, tendrá que subir de nivel para poder competir.

Russell Wilson sigue siendo un gran quarterback y la razón por la que pueden ganar cada partido que les falta, pero no tiene el apoyo de un ataque terrestre que es la base de su esquema ofensivo. Pensaban que el corredor que buscaban para tomar el lugar de Marshawn Lynch sería Chris Carson, pero éste quedó fuera el resto de la temporada por una lesión en la rodilla. Eddie Lacy ha sido una decepción. Tenían una defensiva capaz de mantenerlos en sus partidos, pero sin Sherman será complicado.

Finalmente, fue un gusto y una inspiración ver a Teddy Bridgewater de regreso en uniforme. Sin embargo, llega a una situación en la que Case Keenum está jugando inspirado. Lanzó cuatro pases de touchdown contra Washington y Minnesota tiene cinco victorias consecutivas. No es el momento de hacer un cambio a menos que Keenum empiece a cascabelear. Mike Zimmer tendría que justificar una decisión a favor de Teddy. ¿Cómo sacar a un jugador que está teniendo un rendimiento de primer nivel?

No estamos día con día en las prácticas ni podemos comparar el rendimiento de ambos, pero los domingos sí podemos ver los resultados. Si Zimmer hace un cambio y no funciona, y no hay ninguna garantía que pueda tener éxito, la moral del equipo se vendría abajo. Mi filosofía es no hacer cambios hasta que no haya otra alternativa. Esta semana los Vikingos enfrentan a los Carneros. Van a necesitar todo su poder ofensivo contra las huestes de Jared Goff. Keenan ha esperado este momento a lo largo de su carrera. De jugar bien, sería el momento de ofrecerle un contrato nuevo. Minnesota no tiene ningún quarterback firmado para 2018. Sam Bradford, Bridgewater y Keenum serán todos agentes libres. ¿Podrían firmar a más de uno? Si no, ¿cuál deelloses la mejor opción?

Sin más, ¡rumbo a Minesotta!