ALAMEDA, Calif. -- Mientras Derek Carr no esperaba que Khalil Mack fuera cambiado, el quarterback aseguró que los Oakland Raiders ya superaron el ‘shock’ por la partida del dos veces All Pro de primer equipo y Defensivo del Año 2016 a los Chicago Bears.
“No es lo que nadie quería. Eso está claro”, dijo Carr el lunes, dos días después de que los Raiders negociaron a Mack, quien se había ausentado del equipo negro y plata durante todo el receso de temporada, una selección colegial de segunda ronda en 2020 y otra condicionada de quinta en el mismo reclutamiento a Chicago, por las primeras selecciones de los Bears en 2019 y 2020, una de sexta ronda en 2019 y otra de tercera en 2020.
“Pero, así está esto. Es parte del negocio. Es una de esas cosas que suceden y apestan. Lo mas difícil para mí, obviamente, se pierde a un buen jugador, pero (Khalil) es mi hermano. Es uno de mis mejores amigos. La parte más difícil es que ya no veré a mi amigo todos los días”, agregó el pasador.
Carr y Mack llegaron a Oakland en el draft de 2014, cuando el gerente general Reggie McKenzie usó la quinta selección global colegial en el ala defensivo y la cuarta de la segunda ronda en el pasador.
Ambos jugadores se fijaron la meta de cambiar la cultura perdedora en Oakland, que no había tenido una marca ganadora desde 2002, y hacer de los Raiders un destino deseable para los agentes libres.
“Y siento que lo logramos”, afirmó Carr.
En 2014, las carreras de Carr y Mack iniciaron con marca de 0-10. Dos años más tarde, los Raiders terminaron 12-4 con una aparición en Playoffs, luego de que Carr, pese a perder el último juego de la temporada regular y el duelo de Comodines ante Houston por una fractura en la pierna derecha, terminó tercero en la votación de Jugador Más Valioso y Mack como el mejor defensivo en la liga.
Carr indicó que junto con Mack habían “planeado los próximos 10, 15 años de nuestra vida” juntos.
“Tenemos las mismas metas. Sólo no quiero que gane el Super Bowl”, dijo Carr con una sonrisa forzada.
El coach de los Raiders, Jon Gruden, cuya transformación del roster tiene a 31 jugadores que no estaban en la lista activa de 53 la temporada pasada, reconoció el domingo que la masiva extensión contractual de Carr por cinco años y $125 millones, firmada en junio de 2017, fue un factor en contra para darle un nuevo acuerdo a Mack, especialmente luego de que el mercado del jugador fue modificado el pasado viernes por el tackle defensivo de Los Angeles Rams, Aaron Donald, al obtener un arreglo por seis años y $135 millones con $87 millones garantizados.
Tras adquirirlo, los Bears le dieron a Mack un acuerdo récord por seis años y $141 millones con $90 millones garantizados, según reportó Adam Schefter de ESPN. Gruden dijo que la oferta de los Raiders para Mack al inicio del año de la liga no se acercó a esa cifra.
Mientras tanto, los Raiders le habían dado extensiones a Carr, al guardia derecho Gabe Jackson (cinco años, $56 millones) y al tackle defensivo Justin Ellis (tres años, $15 millones) en 2017.
“Eso es lo que hace esto difícil, porque todos, Gabe, Khalil, Jelly, yo, vimos venir esto”, indicó Carr. “Es una de esas cosas que esperas que se solucione. Hicimos lo posible porque así sucediera. Lo diré de esta forma: No salió como esperábamos. Honestamente, duele, porque siempre estuvimos abiertos (a que nadie se fuera)”.
Carr aseguró que la sorpresa por la salida de Mack ya quedó atrás, “porque regresamos a trabajar”.
“Ese día (sábado), tuvimos el día libre y eso nos hizo más difícil conocer la noticia, porque escuché sobre ella todo el día. Ya, ahora, tengo trabajo qué hacer. El coach lo platicó con el equipo, dijo lo que debía, invitó a hablar con él a quien lo necesite. Entendió que varios de nosotros somos cercanos (a Khalil)”, dijo Carr.
De cualquier forma, Carr señaló que, en un principio, se preocupó por el efecto que tendría el cambio de Mack en el vestidor, pero esos temores desaparecieron cuando sus compañeros le llamaron para expresarle su compromiso con el equipo.
“Es una de esas situaciones que apestan. Perdimos a nuestro amigo, a nuestro hermano, pero tenemos partidos qué ganar, trabajo qué hacer”, dijo Carr en relación a lo que escuchó de sus compañeros.
“La marca del Sr. McKenzie y el coach Gruden es traer a la gente correcta, que manejen las cosas como hombres. Uno no tiene que estar de acuerdo con lo que hagan o no te tiene que gustar, pero a nosotros nos pagan para ganar partidos”, sentenció Carr.