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Un vistazo a la expansión de la NFL en sus 100 años de vida

ESPN.com

Antes de fallecer en 2005, Hunter S. Thompson, uno de los principales cronistas de los últimos 50 años en Estados Unidos, escribió en una ocasión la siguiente frase en una nota para ESPN:

“Debemos tener fútbol americano. ¿Qué sería de este país sin el fútbol americano en octubre?”.

Independientemente de lo irónico que Thompson intentaba ser, su apreciación de la cultura estadounidense no estaba errada.

La influencia y poder de este deporte han llevado a la NFL a tocar prácticamente todos los aspectos de la vida común: la televisión, política, gastronomía, juegos, economía, moda, etcétera, etcétera. Y requirió de 100 años para llegar a este punto.

Usualmente, la historia requiere de un lente amplio para poder comprender verdaderamente a los imperios y la influencia ejercida por éstos; sin embargo, mientras el fútbol americano profesional en este país llegaba a su primer centenario, ha crecido y se ha expandido junto con Estados Unidos. Cuando las fábricas dominaban el paisaje en la región centro occidental, el fútbol americano también llegó a estas áreas. Cuando los estadounidenses se mudaron al Oeste y los “Baby Boomers”, nacidos después de la II Guerra Mundial, impulsaron la economía, el fútbol americano creció y cosechó muchos de esos mismos beneficios. Cuando ciudades tales como Atlanta, Houston, Nashville y Seattle se convirtieron en centros urbanos de importancia en Estados Unidos, la NFL se expandió para incluirlas. Y cuando los televisores llegaron a todos los hogares, la NFL les dio a los espectadores lo que eventualmente se convertiría en el evento televisivo más importante del año: el Super Bowl.

¿Cómo la NFL se apoderó de Estados Unidos? A continuación, repasamos cómo fueron los inicios de la NFL y su posterior extensión a todos los rincones de esa nación.

Hace 100 años, jugar al fútbol americano profesional no daba el prestigio, celebridad y prosperidad que hoy en día son sinónimos de las estrellas que dan forma al deporte moderno.

Las raíces de la NFL se originan en la región nororiental del estado de Ohio, donde el fútbol americano no era otra cosa que una válvula de escape competitiva para los atletas universitarios que se graduaban para formar parte de la clase trabajadora: una actividad organizada e identificada por clubes atléticos patrocinados por distintos empleadores.

Entre 1920 y 1930, 46 organizaciones se originaron y extinguieron: una consecuencia de varias empresas que intentaban establecer equipos sin contar con estabilidad financiera significativa. Incluso los Akron Pros, primer equipo campeón de la liga, apenas llegó a tener seis años de existencia. Pueden dejar perplejos a sus rivales en juegos de trivia al dejarles saber que el Tonawanda Kardex jugó un solo partido en 1921 antes de desvanecerse en la oscuridad del fútbol americano.

Lo que si no dista mucho de lo vivido hace un siglo es lo relevante de la figura de la agencia libre y la importancia de obtener una buena remuneración. La posibilidad de hacer del fútbol americano una profesión en vez de un pasatiempo se concretó cuando la estrella de la Universidad de Illinois Red Grange firmó con los Chicago Bears (conocidos en ese entonces como los Decatur Staleys de la compañía A.E. Staley, que comercializa almidón comestible) e hizo una gira por todo Estados Unidos en 1925 para jugar contra otros equipos.

“Jugar al fútbol americano profesional o asociarse con el fútbol americano no era lo que es hoy en día. La gente no tenía aspiraciones de jugar fútbol americano profesional”, afirma Jon Kendle, director de archivos e información del Salón de la Fama del Fútbol Americano Profesional. “No había mucho dinero involucrado en este deporte hasta que Red Grange firmó para jugar con los Bears. Se puede atribuir la expansión de la liga a esa gira hecha por Red Grange”.

Joseph Carr, quien era presidente de la Liga en aquél entonces, reconoció la necesidad de limitar la cantidad de equipos incipientes en mercados pequeños y concentró sus esfuerzos en las grandes ciudades. Entre 1930 y 1952, desaparecieron 14 franquicias, lo cual representó un declive importante con respecto al rampante crecimiento visto en los años 20.

El béisbol era el deporte nacional de Estados Unidos y no era un secreto para nadie que el fútbol americano intentó aprovechar esa popularidad creciente del deporte de los diamantes. Los encuentros de fútbol americano eran frecuentemente celebrados en estados de béisbol que podían albergar asistencias mayores, con equipos con nombres tales como los New York Yanks y los Cleveland Indians.

No obstante, en 1953, la NFL, entonces conformada por 12 equipos, estaba tomando forma, pasando de ser una liga en proceso de expansión desde un pequeño rincón del país para disfrutar de un crecimiento exponencial en la década de 1960.

“La Fusión” fue el punto de inflexión de la NFL. La National Football League y la American Football League acordaron fusionarse en junio de 1966. Las ligas mantuvieron calendarios separados para la temporada regular durante las cuatro campañas siguientes antes de formar una sola liga con dos conferencias en 1970. Ese lapso fue el de mayor transformación en toda la historia de la liga e hizo de la NFL el monopolio que es hoy en día.

La AFL, la única liga rival que realmente impuso un reto a la NFL, llegó en 1960. Varios de sus copropietarios, tales como Ralph Wilson Jr. y Lamar Hunt querían hacerse con franquicias de la NFL, pero la liga se sentía cómoda con las franquicias existentes en ese momento.

Ese grupo de dueños de equipo, apodados “El Club de los Tontos” por sus colegas, a final de cuentas tuvo éxito y la AFL comenzó su marcha con mayor cantidad de equipos distribuidos de costa a costa. Con los Houston Oilers, Kansas City Chiefs, Denver Broncos, Oakland Raiders y Los Angeles Chargers, la liga tenía mayor representación en el Oeste de Estados Unidos. Pero la AFL también retó la supremacía de la NFL en su propio patio, con el establecimiento de los New York Titans (que posteriormente cambiaron su nombre a Jets) y los Boston Patriots.

Durante esta década la televisión, la mejor amiga de la NFL, hizo verdadera explosión. Más de la mitad de la población estadounidense poseía un televisor y el entretenimiento en vivo llegó con estos. La combinación de un mega convenio con la cadena ABC, más el poder financiero del cual disponían estos dueños de equipo, le dieron oxígeno a la AFL. En dicha década se escenificó el primer debate televisado entre candidatos presidenciales y en enero de 1967, se disputó el primer Super Bowl (entonces denominado Campeonato AFL-NFL) y el primer show de medio tiempo del Super Bowl.

La AFL trajo al escenario muchos elementos que aún prevalecen en el fútbol americano de hoy en día: ofensivas de alto vuelo, derechos exclusivos de televisión y poder de estrellas. Para finalizar la década, los New York Jets, que jugaban en la AFL, consiguió la mayor sorpresa en la historia de este deporte, imponiéndose a los Baltimore Colts en el Super Bowl III. La mayor estrella de esa liga, Joe Namath, se llevó los honores como Jugador Más Valioso.

Por si se lo preguntan: un comercial de 30 segundos se cotizaba en $55.000

El ímpetu causado por la fusión entre la AFL y la NFL llevó al fútbol americano a disfrutar de un periodo de estabilización en el cual se produjeron pocos cambios, entre las décadas de 1970 y 1980. Se incorporaron dos equipos (los Tampa Bay Buccaneers y Seattle Seahawks en 1976), pero los mercados en los cuales fueron creados constituían un logro significativo. Si bien la NFL ya estaba expandiéndose en dirección al Oeste y el Sur, ya había establecido presencia en los dos extremos totalmente opuestos del país.

En la tercera temporada de existencia de los Buccaneers, dieron la sorpresa contra los Philadelphia Eagles para ganar el primer partido de playoffs en la historia de la franquicia. Doug Williams, quien era el único jugador de origen afroamericano, en la posición de mariscal de campo titular, fue la estrella que los Buccaneers necesitaban con desespero cuando hizo su debut en 1978.

Para dicho periodo, la NFL contaba con 28 equipos y sus ganancias seguían floreciendo; a pesar de ello, la remuneración de los jugadores no se ajustaba de acuerdo con dicho crecimiento. Como resultado, se produjeron cuatro paros patronales entre 1970 y 1987, siendo el de mayor duración el ocurrido en 1982, cuando la temporada fue recortada hasta apenas disputar nueve partidos. Se ha producido desde entonces solo un paro patronal, específicamente en 2011, impuesto por los dueños de equipo después de que no pudieron llegar a un acuerdo de contratación colectiva con los jugadores.

La NFL siguió incursionando en nuevos territorios en el sur de Estados Unidos con equipos basados en Charlotte, Carolina del Norte (Carolina Panthers), Nashville, Tennessee (Tennessee Titans) y Jacksonville, Florida (Jaguars), mientras que restauraban la existencia de franquicias en otras regiones que las habían perdido previamente.

Fue una era llena de mudanzas sin precedentes, impulsadas por la promesa de estadios flamantes y de última generación, cuya construcción fue costeada por fondos públicos.

Cuando Baltimore estaba lista para cumplir con dicha promesa, el fútbol americano profesional volvió al estado de Maryland con el establecimiento de los Ravens, equipo de expansión, en 1996. Fue una mudanza torpe e incómoda, cuando el propietario Art Modell mudó a los Cleveland Browns en la oscuridad de la noche. Las operaciones del fútbol americano profesional se vieron suspendidas en Cleveland hasta 1999. Modell renombró a los Ravens y la identidad e historia de la franquicia de los Browns siguió formando parte del estado de Ohio.

Las reubicaciones de equipo en dicho periodo se basaron menos en conseguir el mercado apropiado y más en conseguir el estadio apropiado.

Durante un periodo similar, los Houston Oilers partieron de Texas con rumbo a Tennessee después de haber fracasado en sus intentos de construir un nuevo estadio en esa urbe. El fútbol americano profesional regresó a Houston con la creación de los Texans en 2002.

Otros equipos y sus respectivos dueños percibieron el panorama cambiante y vieron una oportunidad dorada de usar su poder para amenazar con mudarse si no conseguían un nuevo estadio.

“Baltimore estaba dispuesta a financiar un estadio y muchos equipos se involucraron en la situación, independientemente de la seriedad de sus intenciones de mudarse”, expresó Kendle. “Los Browns estaban en una posición en la cual el ayuntamiento no estaba realmente preparado para hacer semejante inversión para construir un nuevo estadio. Fue una situación que Art Modell pudo aprovechar desde un punto de vista financiero. (Baltimore) promovía el hecho de que iban a costear la construcción de un nuevo estadio”.

Durante un periodo de siete años, comprendido entre 1995 y 2002, se construyeron 14 estadios nuevos, incluyendo las casas de los rivales de los Ravens, en Pittsburgh y Cincinnati.

Con la certeza de que la historia es cíclica y tiende a repetirse, en la NFL del nuevo milenio se destacan, para bien o para mal, los mismos temas y situaciones omnipresentes durante sus 100 primeros años de existencia.

Con la diferencia de que hoy en día, estos temas se amplifican gracias a una mayor presencia televisiva, la existencia de las redes sociales, la controversia y la potencia del poder de sus estrellas.

Hasta el año 2016, la NFL se mantuvo increíblemente estable. Se construyeron estadios monolíticos. La seguridad de los jugadores y la agencia libre siempre fueron temas de discusión. Los Patriots ganaban el Super Bowl.

La NFL pasó dos décadas sin contar con un equipo en Los Ángeles, el segundo mercado televisivo más importante en Estados Unidos y estaba ansiosa por volver. Los planetas se alinearon cuando los Rams partieron de San Luis para regresar a Los Ángeles y los Chargers se adelantaron a los Raiders y se unieron. Ahora, compartirán un estadio brillante y futurista.

Y es aquí donde nos encontramos ahora.

En 2020, los Raiders tienen planificada su mudanza a Las Vegas. El mapa de ciudades de la NFL, si la liga logra cumplir con sus deseos, podría tener expandirse fuera de Estados Unidos en el futuro.

La liga comenzó a escenificar partidos de temporada regular más allá de Estados Unidos en 2005. Hasta ahora, Ciudad de México, Toronto y Londres han sido las sedes de esos encuentros. Siempre se ha discutido el posible favoritismo con el que cuenta la capital británica para hacerse con un equipo de la NFL, mientras que el fútbol profesional en México ha desarrollado una ferviente afición y la liga cuenta con oficinas en la capital azteca. Los San Francisco 49ers se encuentran actualmente discutiendo la posibilidad de disputar un partido en China.

Más allá de lo hipotético, la NFL se encuentra actualmente en una encrucijada. Sigue siendo una liga increíblemente popular. Según cifras aportadas por la propia NFL, 46 de las 50 transmisiones televisivas de mayor audiencia en 2018 fueron partidos de la NFL y el comisionado Roger Goodell tiene como objetivo alcanzar 25 mil millones de dólares en dividendos para el año 2027. Sin embargo, las lesiones y problemas de salud a largo plazo están afectando la percepción del futuro de la NFL. Aún está por verse si la popularidad internacional del fútbol americano logra trascender el elemento novedad y se pueden generar ingresos de forma consistente para mantener la presencia de un equipo con una sede fuera de Estados Unidos.

Por ahora, la NFL es dueña de todos los rincones de Estados Unidos. ¿Dónde se encontrarán los puntos del mapa futuro de la NFL? Quizás tendremos que esperar otros 100 años para conocer la respuesta.