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Derek Carr, ansioso de 'respirar nuevos aires' en Las Vegas con Raiders

ALAMEDA, Calif. -- Tras un feo final en Oakland como quarterback de los Raiders, Derek Carr ansía respirar “algo de aire fresco” en Las Vegas, pese al aumento de la especulación de que no estará con el equipo en el sur de Nevada.

“Mucho”, dijo Carr el lunes, luego de la limpieza de los vestidores, cuando se le preguntó si se sentía ansioso por la mudanza. “Es emocionante. Es tiempo de algo de aire fresco”.

Carr, quien firmó una extensión por cinco años y $125 millones en el verano de 2017, fue abucheado cuando dejaba el campo del Oakland Coliseum el pasado 15 de diciembre en lo que una fea escena con aficionados lanzando basura y comida al campo tras la derrota de último minuto ante los Jacksonville Jaguars.

Las emociones ya estaban al máximo nivel, pues ese fue el último juego de los Raiders en Oakland antes de la mudanza de la franquicia.

En la derrota de la Semana 17 ante los Denver Broncos, Carr lanzó para 391 yardas, su total más alto de la temporada, pero los Raiders perdieron y quedaron con marca de 7-9 luego de terminar 4-12 un año antes.

“Tuve buenas reuniones con mis coaches y estoy ansioso de ir a Las Vegas”, señaló el pasador el lunes.

Pese a los constantes cambios en las posiciones de receptor, corredor y en la línea ofensiva por las lesiones, Carr fijó marcas personales en yardas por aire (4,054), yardas por pase lanzado (7.9) y porcentaje de envíos completos (70.9) y registró el segundo total más bajo de intercepciones en una campaña con ocho.

“No es sorpresa que al estar en el mismo sistema por segundo año, ambos sean mis mejores años”, señaló Carr, al referirse a la temporada 2016 bajo el mando del coach Jack Del Rio y el coordinador ofensivo Bill Musgrave y a la campaña 2018 con Jon Gruden y Greg Olson.

“Por mucho, estadísticamente, (tuve) marcas personales en casi todo, excepto victorias. Necesitamos más victorias y todos se emocionarán”, agregó.

Sin embargo, Gruden pareció frustrarse más en 2019 con la aparente negativa de Carr de extender jugadas con sus piernas.

“(David) jugó bien”, señaló Gruden el lunes en su última conferencia de prensa. “No voy a entrar a hablar de los escenarios para el próximo año. Sólo diré que (una marca de) 7-9 es un paso adelante. Estadísticamente, creo que dimos un paso al frente. Debemos tener a varios jugadores sanos y analizar y evaluar muchas cosas antes de comenzar a asumir.

“Al inicio de la temporada, (Derek) desempeñó un rol más de coach en el campo con todos los cambios que hicimos a su alrededor. Tuvimos receptores distintos cada semana, alas cerradas distintos, corredores diferentes, linieros diferentes y su paciencia y habilidad para dirigir a sus compañeros en la práctica y en los juegos fue un área de real mejoría. Hizo cosas buenas, sin duda”, agregó Gruden.

Las 55 derrotas de Carr son el segundo total más alto para un quarterback en sus primeras seis temporadas, sólo detrás de las 56 de su hermano David en ese lapso.

Luego de terminar con récord de 3-13 en 2014, los Raiders terminaron 7-9 en 2015 y luego con marca de 12-4 en 2016. Carr aprecia similitudes.

“Pero este (año) se siente major, porque todos somos tan jóvenes y tenemos hambre (de ganar)”, destacó Carr. “Al analizar las cosas, realmente vemos lo que podría pasar. Sentimos que debimos ganar 10 juegos. De entrada hay tres juegos que se me vienen a la mente sin problema”.

Carr se refirió a las derrotas ante los Broncos, Jaguars y Houston Texans.

“Si los ganamos, ahorita hablaríamos de otra cosa, nos estaríamos preparando para un juego de Playoffs, ¿no? Así de cerrado es este deporte, pero, definitivamente estamos emocionados. Definitivamente es algo muy similar, pero más emocionante, porque sabemos a quién tenemos”, reiteró Carr. “Todos estamos de acuerdo en que estamos en mejor posición que el año pasado. Hace un año teníamos muchas cosas que atender. Aún tenemos algunas, pero, definitivamente estamos en mejor posición”.

Los Raiders planean desarrollar su plan de receso de temporada en Alameda, el campamento de entrenamiento en Napa y luego mudarse formalmente al sur de Nevada, donde las instalaciones del equipo estarán en Henderson y su nuevo estadio, el Allegiant Stadium de $2 mil millones, afuera de Las Vegas Strip.

Cuando se le preguntó si los Raiders se prepararían para un juego de Playoffs dentro de un año, Carr sólo tomó aire.

“Espero. Más vale que lo estemos. Más vale”, concluyó.