<
>

Tarde o temprano, tenía que llegar la reconstrucción para New England

Nunca en la historia de la NFL hubo un agente libre como Tom Brady. Se trata del más grande quarterback en la historia del juego buscando nuevos horizontes después de 20 años y seis anillos de Super Bowl con los New England Patriots pero, también, un jugador que no está en la pronunciada curva descendente que se encontraban leyendas como Johnny Unitas o Joe Namath cuando se mudaron a California para disputar sus últimos partidos de NFL. Incluso, Peyton Manning, quizás el caso más comparable, venía de una cirugía de fusión de vértebras en el cuello que convertían su incorporación a los Denver Broncos en incógnita.

Anoche, por primera ocasión, las casas de apuesta quitaron a los Patriots como el equipo favorito para quedarse con los servicios de Brady, incluso cuando múltiples reportes mediáticos a lo largo del día descartaban destinos supuestos, como los Tennessee Titans y San Francisco 49ers.

El adiós se confirmó muy temprano por la mañana del martes, todavía más de 24 horas previo al arranque "oficial" del periodo de agencia libre, pero dentro del plazo en que los representantes de los agentes libres ya pueden negociar legalmente con otros clubes.

Las versiones en días pasados eran que Brady se tomaría su tiempo con la decisión, y así parece que ha sido. Sin duda, será todo un shock visual ver a TB12 vestido con un uniforme diferente, como lo fue en su caso con algunas otras de las leyendas que hicieron grande a la NFL.

Sin embrago, uno de los aspectos que podrían estar quedando de lado tras el divorcio, es lo diferentes que lucirán los Patriots sin Brady.

Tarde o temprano, la época de reconstrucción llega a todos los equipos. De hecho, hay algunas organizaciones que nunca parecen salir de ella. En el caso de New England, se trata de un club que no ha requerido de una reconstrucción total desde 1993, cuando Bill Parcells asumió las riendas de un cuadro que 14 victorias contra 50 derrotas en los cuatro años previos, bajo el mando de los head coaches Raymond Berry, Rod Rust y Dick MacPherson. Parcells tuvo marca de 5-11 en su primer año, pero a partir del segundo, los Patriots ya eran equipo de playoffs con un Super Bowl en el horizonte.

Pete Carroll heredó este equipo de playoffs, pero fue despedido después de una temporada de 5-11, en 1999, para dar paso a Bill Belichick. El resto de la historia, la conocemos muy bien.

Parcells inició la reconstrucción de los Patriots con la primera selección global del draft de 1993, el quarterback Drew Bledsoe, y por nueve años se mantuvo como el titular indiscutible del equipo y uno de los pasadores más prolíficos de la liga. En 1995, el club reclutó en la tercera ronda al futuro miembro del Salón de la Fama, Curtis Martin, para que le acompañara en el backfield, mientras que la línea ofensiva era anclada por el tackle izquierdo estelar Bruce Armstrong, seleccionado seis veces al Pro Bowl. Poco a poco, fueron llegando después defensivos como Ted Johnson, Tedy Bruschi, Lawyer Milloy y Ty Law, quienes ayudaron a la transición desde Parcells, Carroll a Belichick.

Hubo cambios, es cierto, pero nunca una genuina reconstrucción --de esas que tardan tres temporadas en redituar-- para la franquicia, gracias a algunos de los nombres mencionados antes.

Incluso, podría alegarse, que los recambios de plantilla anuales que New England ha experimentado en algunas campañas bajo Belichick han sido suficientes para poder considerarse etapas de reconstrucción, particularmente en algunos de los años que pasaron entre los primeros tres títulos de Super Bowl, y los últimos tres.

Pero la constante había sido, en cuestión de plantilla, Brady.

Sin TB12 en los controles, y aunado a la salida reciente de jugadores como Kyle Van Noy y Jamie Collins --los dos mejores linebackers del equipo--, la potencial salida del jugador franquicia Joe Thuney, o los que se sumen, los Patriots serán un equipo sustancialmente diferente sobre el campo, no solo por los nombres, sino por funcionamiento. Y sin Brady en plantilla, vale la pena preguntarse cuántos agentes libres querrán firmar con los Pats, dadas las condiciones de plantilla actuales, o cuántos jugadores que aceptaron regresar a New England lo hubieran hecho a sabiendas que el quarterback sería otro, como Devin McCourty, Jason McCourty o el capitán de equipos especiales Matthew Slater.

Los Patriots no han tenido temporada perdedora desde 1999, primer año de Belichick al mando. No han tenido temporadas perdedoras consecutivas desde 1992-1993, éste último, primer año de Parcells al mando. Un número significativo de aficionados a New England nunca ha experimentado lo que viven las aficiones del resto de los equipos, comenzando por los vecinos de la AFC Este. Ya lo harán.

El haber podido contar por dos décadas continuas con el mejor quarterback de todos los tiempos, y el mejor head coach de todos los tiempos, luego de heredar una plantilla competitiva que no hacía mucho había conquistado la AFC, hizo de los Patriots un fenómeno que no se va a repetir en la historia de la liga, con 19 títulos divisionales a partir de 1996 a la fecha.

New England está a punto de entrar a territorio desconocido, uno en el que el quarterback no será capaz de compensar por las carencias obvias de plantilla. Falta mucho para que comience la temporada, pero las piezas actuales no inspiran demasiada confianza en que veremos a un competidor en Foxborough. Porque sí, tarde o temprano, incluso para los Patriots, ha de llegar el tiempo de reconstrucción.

Bienvenidos al mundo real, Pats.