Anotar al menos 30 puntos es algo que ya se espera cada semana de los Kansas City Chiefs y cumplieron con esa misión en la victoria a domicilio sobre los New Orleans Saints, lo que nos hace voltear a ver el desempeño de su defensiva.
Si bien los Saints anotaron 29 puntos, la defensiva de los Chiefs logró contener durante 50 minutos al ataque dirigido por Drew Brees, quien regresó a la acción tras perder cuatro juegos mientras se recuperaba de fracturas en las costillas y daños en un pulmón y empezó el duelo con cinco pases incompletos en el primer cuarto.
La mayor debilidad de los Chiefs como equipo es la defensiva contra la carrera y aunque intentaron explotar esa área en la primera mitad, pero la defensiva de Kansas City logró contener a Alvin Kamara y los Saints prácticamente abandonaron el juego terrestre al correr sólo en seis ocasiones en la segunda mitad.
Se anticipaba que la defensiva de los Saints complicaría el juego a Patrick Mahomes y así sucedió. La sorpresa fue el desempeño de la defensiva de los Chiefs, que con una intercepción y al forzar ocho patadas de despeje, ayudó a que su ataque construyera una ventaja de 14 puntos al inicio del último cuarto para preservar el triunfo.
Cabe recordar que los Saints se acercaron 29-22, luego de que los Saints recuperaron un balón suelto de Mahomes en la yarda 25 de Kansas City, lo que le facilitó el trabajo de Brees y compañía y también cambió por un momento el momento del partido hacia New Orleans.
Por su lado, la defensiva de los Saints hizo lo posible para limitar a Mahomes con coberturas profundas de los safeties y con marcaciones individuales pegajosas a los receptores, lo que hizo que el pasador de los Chiefs completara sólo el 55 por ciento de sus envíos (26 de 47 para 254 yardas) y tuviera que recurrir en varias ocasiones a su ataque terrestre, el cual podría sufrir un duro golpe con la lesión en los últimos minutos del encuentro que sufrió Clyde Edwards-Helaire.
De cualquier forma, las opciones en el juego aéreo que tiene Mahomes, la habilidad para escapar de la presión del quarterback y la versatilidad de su juego terrestre fueron demasiado para una defensiva de los Saints que hizo todo lo necesario y quizá más para frenar a una ofensiva de los Chiefs que en realidad parece imparable.
Experiencia de Seahawks gana la batalla
La experiencia tiene mayor peso en diciembre, aún más en enero y los Seattle Seahawks la emplearon para llevarse un apretado y peleado triunfo ante un Washington Football Team que aprendió una valiosa lección para el futuro.
Washington, que parece tener muy cerca de consolidar a la defensiva como la base de su reconstrucción, está en el proceso de aprender a ganar juegos importantes, es decir, la experiencia de Russell Wilson y compañía se reflejó en el marcador para darle a los Seahawks el pase a Playoffs.
La línea defensiva de Washington se ha caracterizado las últimas semanas como una de las que más presión aplica a los pasadores rivales y aunque hizo un trabajo decente ante Seattle, fue contenida por la línea ofensiva de los Seahawks, que no permitió capturas a Wilson, quien, sin embargo, pudo hacer daño con sus piernas al sumar 55 yardas en seis carreras, incluida una de 38 yardas al escapar de la presión para preparar la anotación que puso a Seattle 13-0 al frente en el marcador.
En total, los Seahawks corrieron para 181 yardas ante la férrea defensiva de Washington.
Por otro lado, la ofensiva de Washington hizo lo que debía hacer: atacar por aire a una débil defensiva de Seattle, vía por la que sumaron 269 yardas, pero con la ausencia de Chris Gibson, Dwayne Haskins no pudo equilibrar a su ataque, que sólo sumó 84 yardas por tierra.
El manejo del ritmo del juego y la experiencia en este tipo de juegos fueron claves para que, pese a que Washington anotó dos veces en el cuarto periodo, aunque perdió tres puntos por fallar un intento de punto extra y una conversión de dos puntos, los Seahawks pudieran llevarse el triunfo a casa.
Juzguemos a Patriots y a Bill Belichick en 2021
Lo que ya se anticipaba desde hace algunas semanas se hizo oficial: tras la derrota ante los Miami Dolphins, los New England Patriots no irán a Playoffs por primera vez en 11 temporadas, pero quien considere esto como un fracaso, lo hace sólo con los resultados como material de análisis.
Desde el punto de vista competitivo, seguramente Bill Belichick y los Patriots calificarán su ausencia en la Postemporada como un fracaso, pero el que puede considerarse como el inicio de una reconstrucción en New England, quedar fuera de Playoffs era una de las opciones más realistas de cara a la temporada regular.
La pérdida en la agencia libre del considerado mejor quarterback de esta época, la contratación de Cam Newton días antes de iniciar la campaña regular, la decisión de varios jugadores importantes de no jugar por el COVID-19 y lo que esto limitó en cuanto a talento el roster son las razones que hacen difícil evaluar el trabajo de los Patriots en 2020.
En un ambiente quizá más normalizado en 2021, con un nuevo quarterback o uno más desarrollado y experimentado y un poco más de margen de maniobra en el tope salarial, Belichick deberá tener un equipo más competitivo la próxima temporada y entonces sí, se le podrá juzgar con más sentido de justicia.
El impacto mental de Tom Brady en Bucs
Tom Brady demostró por qué es uno de los mejores quarterbacks de la historia, pero a los Tampa Bay Buccaneers quizá les convenga no poner a su quarterback en posición de demostrarlo con frecuencia, porque sólo les queda un juego más ante los Atlanta Falcons.
Luego de otro lento inicio de partido, los Buccaneers tuvieron que remontar dos déficits de 17 puntos para vencer a unos Falcons que, desde que perdieron aquella ventaja de 25 puntos en el Super Bowl LI, suman cuatro derrotas en juegos en los que estuvieron arriba por 17 o más puntos.
La tarea para Bruce Arians, su staff de coacheo y sus jugadores no es complicada, pues se trata sólo de arrancar en buen ritmo los partidos para no complicar su calificación a Playoffs y para sobrevivir en Postemporada.
Los errores en la estrategia o de ejecución de Atlanta para mantener ventajas en el marcador no son culpa de sus rivales, cuyo mérito es remontar, así que repasemos algunos números que reflejan la calidad e influencia que tiene Brady en la mentalidad de sus compañeros.
El duelo ante los Falcons es el primero en la carrera de Brady en el que comanda tres series ofensivas de 75 yardas en un cuarto (Brady ha jugado 1,352 cuartos) y es el primer partido en el que tiene cuatro ofensivas de 75 yardas en una mitad (Brady ha jugado en 676 mitades).
Brady empató a Peyton Manning y Philip Rivers como los quarterbacks con más victorias (7) en la historia de la NFL luego de ir abajo por 17 o más puntos, incluidos Playoffs.
Cuando los Falcons se animaron a presionarlo con más de cuatro defensivos, Brady prácticamente ni se inmutó y completó 10 de 13 pases para 163 yardas con dos touchdowns. Su total de yardas en esta circunstancia es el segundo más alto en las últimas cinco temporadas.
El otro duelo con más yardas bajo presión lo tuvo en la Semana 5 de la temporada pasada, cuando sumó 166 yardas por aire ante Washington.
La habilidad y calidad de una estrella cuentan en gran medida para considerarlo uno de los mejores en la historia o en una época particular, pero su influencia en la mentalidad de un equipo es parte importante de la fórmula y en ese renglón, el impacto de Brady en los Buccaneers es evidente.