Una carrera digna de Canton debe ser suficientemente robusta para soportar una que otra jugada dudosa aquí y alla, y la del quarterback de los Rams no cumple con ese criterio
Después de asentado el polvo del Super Bowl LVI, y del desfile de campeonato para Los Angeles Rams luego de la victoria por 23-20, quedaron muchos puntos a discutir en torno a lo que dejó el partido.
Desde las discusiones respecto al Salón de la Fama, el Jugador Más Valioso del partido, y la charla respecto a posibles retiros, vamos a retomar algunos de los temas que dejó el partido del pasado domingo, y lo que ha sucedido desde entonces.
Matthew Stafford no es un jugador de Salón de la Fama
La realidad, es muy simple. Stafford ha sido un buen quarterback, arriba del promedio en términos estadísticos, pero no es un jugador de Salón de la Fama. Ser arriba del promedio por un periodo extendido del tiempo no puede ser la llave de entrada a Canton, y ser parte de una victoria de Super Bowl, tampoco.
Comencemos por echar una fría mirada a sus números como profesional. Fue el primer recluta global en el 2009, y desde la posición de quarterback, eso le atrae en automático más atención que otros prospectos. Sin embargo, después de 13 temporadas en la liga, nunca ha liderado a la NFL en yardas por pase, en touchdowns por pase, y apenas solamente tiene una invitación al Pro Bowl en toda su trayectoria.
En 11 de 13 temporadas profesionales, ha lanzado al menos doble dígito de intercepciones, incluyendo las 17 con que lideró a la NFL en la pasada campaña regular, y ese ni siquiera ha sido su peor total. Como novato lanzó 20, y en el 2013 lanzó 19, un año después de también lanzar 17.
Seguro, está colocado en el lugar N° 12 de la lista de yardas por pase de todos los tiempos, y de pases de anotación de todos los tiempos, pero esa ubicación se siente más como un producto natural de tener una carrera longeva --que tiene su mérito-- en una época de explosión ofensiva aérea.
Más allá de las obvias cualidades físicas que posee Stafford, incluyendo un brazo innegablemente talentoso, ¿alguna vez han sentido que ha sido el mejor en su posición para un periodo, aunque sea corto, dado?
Una comparación viable con Stafford la podemos trazar con Matt Ryan, elegido en la primera ronda del draft previo a Stafford. Con solo un año más de carrera, Ryan le saca 9,740 yardas y 44 pases de touchdown. La tasa de pases interceptados de Ryan es de 2.1 a lo largo de su carrera, contra 2.4 de Stafford. Y por si fuera poco, Ryan tiene en su haber cuatro selecciones al Pro Bowl, un nombramiento al primer equipo All-Pro, un premio como Novato Ofensivo del Año, y un premio como Jugador Más Valioso de la NFL. Y con todo y eso, no sé qué tan seguro se pueda hablar de Ryan como futuro miembro del Salón de la Fama.
Dudo que muchos opinen que Cam Newton --otro primer recluta global del draft, dos años después de Stafford-- merece estar en el Salón de la Fama, luego de una notable caída en su nivel de juego reciente. Pero Newton tiene tres invitaciones al Pro Bowl, un nombramiento al primer equipo All-Pro, un premio de Novato Ofensivo del Año, un premio como Jugador Ofensivo del Año, y un premio como Jugador Más Valioso de la NFL. Eso sin mencionar que posee la marca de todos los tiempos de la liga en touchdowns terrestres para su posición.
Vaya, hasta Tony Romo posee tres invitaciones más al Pro Bowl que Stafford, lo mismo que Eli Manning, quien además fue nombrado en dos ocasiones como Jugador Más Valioso de un Super Bowl.
¿Cuánta diferencia debe marcar un anillo de Super Bowl, hacia un enaltecimiento al Salón de la Fama?
Honestamente, no tanta. Después de todo, Stafford no lo ganó solo.
Vamos, nadie puede discutir contra un campeonato. No es el propósito de lo que se escribe aquí, pero de repente olvidamos que hay jugadas a lo largo de un partido que, por sí solas, pueden cambiar totalmente el resultado. Además, no es solamente una de esas instancias por partido, sino múltiples.
Por ejemplo, ¿hablaríamos de Stafford como futuro candidato al Salón de la Fama, si Jaquiski Tartt se queda con la intercepción que el quarterback de los Rams le puso en las manos, y que --quizás-- pudo haber sellado un triunfo para los San Francisco 49ers en el Juego de Campeonato de la NFC? Estadísticamente, una intercepción hace poco por cambiar la historia con respecto a Stafford, y encima de todo, no dependió de Stafford que Tartt atrapara o no ese pase. Pero la narrativa sería totalmente diferente.
Así, hay algunas jugadas del Super Bowl LVI que también pudieron cambiar la narrativa. ¿Qué hubiera sucedido si los oficiales no lanzan el pañuelo dudoso contra Logan Wilson en la serie que eventualmente significó el touchdown de la victoria para los Rams? Después de todo, la cuadrilla de oficiales estuvo permitiendo bastante contacto a lo largo del encuentro.
¿Qué hubiera sucedido si los Bengals corren en tercera oportunidad y 1 en su avance final con Joe Mixon, en lugar de Samaje Perine? De acuerdo a ESPN Stats & Information, Perine convirtió apenas 2 de 6 intentos en tercera y 1 en toda la temporada (33 por ciento), mientras que Mixon convirtió exitosamente en el 58 por ciento de sus acarreos en la misma situación.
No podemos afirmar a ciencia cierta que los Bengals hubieran ganado, de haberse dado de forma diferente la jugada de Wilson o el acarreo de Perine, por ejemplo, pero desde un punto de vista de probabilidad y estadística, claramente se hubieran reducido las posibilidades de los Rams --no sé por cuánto-- de ganar el Super Bowl.
Con situaciones tan puntuales, y con tanto peso en el resultado final, ¿estamos listos para decir que Stafford merece ir al Salón de la Fama porque Tartt no se quedó con esa intercepción, y que de haberla atrapado, no tendríamos esta conversación? Una trayectoria de Salón de la Fama tiene que ser suficientemente robusta como para soportar la discusión en torno a una intercepción fallida en playoffs, y la de Stafford no lo parece.
No todo es crítica hacia Stafford, pero...
Seguro, el brazo de Stafford y su habilidad para estirar el campo verticalmente condujo a que los Rams pudieran abrir partes del libro de jugadas que no estaban disponibles cuando Jared Goff lanzaba los pases. Eso no se puede menospreciar.
Sin embargo, no hay manera de discutir que Stafford llegó a una plantilla de Pro Bowl. Estos Rams, no hace mucho tiempo, aparecieron en el Super Bowl LIII, cayendo ante los New England Patriots por 13-3 en un duelo extremadamente cerrado.
Sí, en aquella derrota no estaba Stafford, pero tampoco estaba Odell Beckham Jr., ni Von Miller, ni Jalen Ramsey ni Cooper Kupp (lesión). En fin, Stafford no fue la única diferencia en cuanto a las plantillas de uno y otro partido. Sí, jugó su rol y tuvo jugadas importantes --acompañadas de errores, también-- pero no cometamos el error de creer que el quarterback jugó solo y se ganó, con ello, la entrada a Canton.
La realidad, es que parece más acertado afirmar que le hacía más falta un gran equipo a Stafford para poder ganarlo todo, de lo que le hacía falta Stafford a los Rams para ganarlo todo. Después de todo, Los Angeles estuvo mucho más cerca sin él, que él sin ellos, y eso no parece respaldar la teoría de que merece el Salón de la Fama.
Y, decir que "solo le faltaba equipo para ganar", ¿no equivale a desterrarlo a la tierra de los Jim Hostetlers y Brad Johnsons de la NFL?
A pesar de todo, no todo está escrito con Stafford, así que maticemos un poco: Matthew Stafford no es un jugador del Salón de la Fama, todavía. Veremos qué sucede a futuro.
Regresando a los Bengals
Ya que mencionamos arriba la decisión de Cincinnati de mantener sobre el campo de juego a Perine en lugar de hacer ingresar a Mixon para aquella jugada por tierra de tercera y 1 y la subsecuente cuarta y 1 fallida que terminó sentenciando a los Bengals, cabe rescatar algo que mencionó el head coach Zac Taylor al respecto.
"Sí, estábamos con la ofensiva de 2 minutos y Samaje ha hecho un gran trabajo", explicó Taylor el miércoles, cuando se anunció su extensión contractual. "Su rol ha sido realmente como back bloqueador, y muchas de las cosas que vienen con ello, por ello. Es simplemente una de esas cosas donde mandé la jugada un poco más tarde [con respecto al] reloj [de jugada], así que, es una donde dije, 'Déjenlo adentro'. Justin Hill, nuestro coach de corredores, preguntó si deseábamos hacer un cambio. Le dije, 'Solo deja a Samaje allí'. Obviamente, no funcionó para nosotros. Sea que Joe esté allí adentro o no, ciertamente merece la oportunidad en un momento clave en un partido clave para tratar de responder para nosotros como nuestro corredor principal. Pero, de nuevo, es una de las decisiones que tomas en el momento, y debes seguir adelante con eso. Hay otras cosas que hubiera hecho diferente a lo largo del partido, que nos hubieran colocado en mejor posición. no pudimos cumplir".
Es una rareza en la NFL cuando un head coach asume la culpa por una decisión, y es justamente lo que hizo Taylor. Usualmente, la salida fácil es culpar apuntar a situaciones de esquema, pero Taylor levanta la mano y dice que él asumió la decisión de no tener a su mejor corredor adentro, derivado de otro error suyo, que fue un mando tardío de la jugada.
No hay garantías de que Mixon hubiera conseguido el primer intento que ayudaba a mantener con vida a Cincy en la recta final del partido, pero es refrescante escuchar un mea culpa de un coach, sobre todo con algo tan básico, por más que sirva de poco consuelo para la afición de los Bengals.
La presión pudo más
Al término del juego, escribí cómo Rams ganaron el partido desde las trincheras. Según PFF, Aaron Donald tuvo --solo-- más apresuramientos de quarterback (ocho) que toda la defensiva de los Bengals (seis) a lo largo del partido.
Fue un extraordinario partido defensivo en ese rubro para los Rams. Según números de ESPN Stats & Information, la tasa de victorias contra bloqueos en jugadas de pase fue de 82 por ciento, la mayor cifra para cualquier partido de la temporada, repitiendo de alguna manera la temática del Super Bowl previo.
Lo que llama la atención es que Cincinnati no empleó una de las armas más viejas y probadas en contra de la alta presión defensiva contra el quarterback. Según los números recopilados por ESPN Stats & Information, los Bengals no mandaron una sola jugada de pase pantalla en el partido.