"La final de la UEFA Champions League será como un clásico para mí", afirmó el entrenador de Real Madrid Carlo Ancelotti tras clasificar al partido definitorio frente a Liverpool. Luego agregó: "aún soy un evertoniano", en relación al club donde dirigió más de un año antes de su retorno al Santiago Bernabéu. Los sentimientos no se discuten, pero su relación con el equipo de Merseyside va un poco más atrás.
El 28 de mayo en el estadio de Saint-Denis, Carletto se convertirá en el primer director técnico en disputar cinco finales de Europa. Irá por su cuarto título, lo que significa que solo perdió una. Quizás la más recordada de todos los tiempos.
En 2005, su AC Milan era el mejor equipo del continente. Había sido campeón dos años antes y llegaba como gran favorito al duelo contra un Liverpool que había sorprendido pese a llevar más de 15 años sin títulos en su liga y más de veinte sin protagonismo europeo.
El Rossonero superó los pronósticos en el primer tiempo de Estambul. Paolo Maldini abrió el marcador al minuto y Hernán Crespo convirtió el doblete para irse al descanso con un 3-0 que parecía lapidario contra un rival completamente superado. El drama para los italianos llegó en el segundo tiempo.
Steven Gerrard descontó a los 9 y a los 15 Xabi Aloso convirtió el 3-3. El poderoso Milan de Ancelotti, siempre confiable en instancias de definición, perdía la compostura contra un club histórico cuyas hazañas estaban muy atrás en el tiempo. Los 120 minutos minutos continuaron sin novedades y en los penales se concretó la hazaña red.
"Tuvimos cinco minutos de locura en los que desperdiciamos la ventaja que habíamos conseguido. El partido fue luchado y el resultado es inexplicable porque el equipo jugó bien durante 120, pero así fue y debemos salir adelante. Lo reconocemos, pero estamos tristes y decepcionados", dijo el DT tras la derrota.
Hace pocos días, le preguntaron si era posible que Real Madrid perdiera la Liga con diez puntos de ventaja. Su respuesta fue elocuente: "¿Es posible perder una final tras ir 3-0 arriba?". Sin dudas, aquella derrota fue una de las grandes tristezas de la carrera del entrenador más ganador de la historia del fútbol europeo. Ni siquiera un triunfo en otra final contra Liverpool en 2007 le hizo olvidar esa frustración. Ahora, irá en busca de otra alegría para enterrar aún más la pena.