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Loris Karius: el camino entre un error histórico en una final de la Champions y el sueño de redención

Hace 4 años, Kiev ni soñaba ser una ciudad en guerra. En el Estadio Olímpico se celebraba la vida y el fútbol con la gran final de la UEFA Champions League. Se medían un Liverpool que empezaba a ser hegemónico bajo el mando de Klopp, sería campeón al año siguiente, y un Real Madrid que cerraba un ciclo glorioso con Zidane, esa fue su 4ta Orejona en 5 años, la 3ra consecutiva y la última hasta ahora. Para Loris Karius, el involuntario protagonista de aquella final, era el partido más importante de su carrera. Y, hoy sabemos, fue el que la marcó para siempre.

Antes de ese partido, Karius había sido una joven promesa alemana. Uno de los muchos “hijos” de Oliver Kahn que salieron de la fábrica germana de guardametas. Su padre quiso que fuera piloto de motocross, como él, pero Loris eligió el fútbol con el impulso de su abuelo y el apoyo de su madre. Como muchos arqueros comenzó fuera del arco, como delantero, hasta que la lesión de un compañero dejó un lugar que aceptó ocupar. Luego, lo vieron demasiado bueno para que lo abandonara.

Arrancó en Stuttgart pero su talento lo llevó temprano a Inglaterra. Se mudó con su familia cuando era un adolescente para formarse en la academia del Manchester City. Cuando cumplió 18 eligió volver a Alemania para tener continuidad. La encontró en Mainz, el viejo equipo de Klopp que entonces dirigía Tuchel. Estuvo más de 100 partidos en el arco y lo llegaron a considerar el 2do mejor arquero de la Bundesliga, detrás de Neuer.

Ahí, en 2016, Klopp lo contactó para llevarlo a Liverpool. Necesitaba renovar el arco que era de Mignolet tras la frustración en la final de la Europa League. “Cuando hablamos, me dijo que me conocía hacía mucho tiempo, que tenía todas las cualidades necesarias para triunfar en Liverpool”. Los reds pagaron 4,75 millones de libras por el pase y le dieron la camiseta número 1. Pero en esa primera pretemporada se fracturó la mano derecha y quedó relegado el resto de la campaña; apenas atajó 16 partidos.

Recién en la temporada 2017-18 pudo afianzarse como el arquero titular del Liverpool de Klopp. Atajó 33 partidos. El del 26 de mayo de 2018, en Kiev, fue el último. Todavía no había cumplido 25 años.

Lo que pasó esa noche ya lo saben pero nunca está de más recordarlo. Iban 50 minutos, el partido estaba 0-0. Karius tenía la pelota en las manos e intentó iniciar el juego con un pase bajo pero Benzema cruzó su pierna derecha en esa trayectoria. La pelota rebotó en el pie francés y se metió en el arco junto a un palo. El gol más tonto de las finales de Europa. Luego del empate de Mané y de la chilena de Bale, un disparo fuerte del galés, pero lejano y central, se le escapó de las manos a Loris. Ese segundo error del arquero alemán sentenció el partido y su carrera.

Después de ese partido, un Karius con lágrimas en los ojos se disculpó ante los hinchas que estaban en las tribunas. “Mis errores nos hicieron perder la final”, admitió. Klopp lo respaldó en la sala de prensa. “Los errores fueron obvios, no tenemos que hablar de ellos. Ahora él tiene que lidiar con esto. Nosotros vamos a estar con él. Yo espero que sus errores no estén tan presentes en la memoria de otras personas”, le dijo a los periodistas. En los días siguientes, Karius recibió cataratas de críticas y numerosas amenazas de muerte. Contó que no pudo dormir durante días. Como tenía previsto, esas vacaciones de verano las pasó en EEUU cerca de amigos como Justin Bieber e intentando alejarse del ambiente tóxico de la derrota.

Luego se supo, lo contó el propio Klopp en julio de ese año, que Karius había sufrido una contusión cerebral durante la final. Un estudio en Boston, 5 días después del partido, lo confirmó. “Los signos sugerían que existía una disfunción visual-espacial. Podría ser posible que tales déficits afectaran su rendimiento", afirmaba el reporte médico. En un córner, Sergio Ramos, que ya había sacado de la cancha a Mo Salah, lo golpeó con su brazo derecho en la cabeza. Minutos después llegó su 1er error. El arquero recibió atención médica pero siguió jugando. “Volví a ver las imágenes, desde diferentes ángulos, y dije: ‘cómo nadie pensó en el golpe que recibió si no mostró ninguna debilidad hasta esos grandes errores”, reflexionó Jurgen.

La jugada pasó desapercibida entonces pero cobró sentido después. “Loris estuvo 100% influenciado por esa contusión. No lo usamos como excusa, es una explicación”, afirmó el DT. Era una forma de explicar lo inexplicable de sus fallos. Años después, el propio Karius afirmó que el golpe de Ramos limitó su visión. Muchas otras voces, que pedían que dejara Liverpool ya, afirmaban que no era un arquero consistente. Esos no fueron sus primeros errores groseros, ni los últimos.

La defensa de Klopp y de sus compañeros no fueron suficientes para sostenerlo en el puesto. Un mes y medio después de la derrota en Kiev, Liverpool pagó el récord de 62,5 millones de euros por el pase del arquero brasileño Alisson. La idea era que Karius se quedara como suplente pero como el club no logró desprenderse de Mignolet en agosto se acordó ceder a Loris a Besiktas. En su presentación en Turquía le preguntaron, obviamente, por aquel partido. “Tienes que seguir adelante. Fue un día desafortunado, pero así es el fútbol”, afirmó.

Su paso por Estambul no fue bueno. Consiguió tener continuidad pero seguía mostrándose inconsistente. En la primera temporada atajó 35 partidos pero cometió varios errores graves. Recibió críticas de su DT, un exarquero, y comenzó a tener problemas con el club, que se atrasaba en el pago de sueldos. En su 2da temporada la situación no mejoró y, tras 32 juegos, acordó su salida en plena pandemia.

Volvió a Inglaterra y rápidamente tuvo una oferta de la Bundesliga. Llegó a fines de septiembre de 2020 a Union Berlin. El destino era ideal porque le permitía volver a su país y estar más cerca de su pareja, la modelo danesa Shopia Tomalla. Pero la aventura berlinesa fue aún peor que la turca. Llegar tan tarde en la temporada le hizo imposible competir por el puesto con el veterano Andreas Luthe, apenas atajó 5 partidos en esa campaña. En lo personal, la cercanía terminó por deteriorar la relación con su novia hasta romperla.

Regreso solo a Liverpool, a comienzos de esta temporada, para encarar su último año de su contrato. Quizás para estar más tranquilo, se instaló en Manchester, la ciudad donde soñó con ser profesional. De arranque, Klopp le dejó en claro que no lo iba a tener en cuenta. En los últimos dos mercados le buscaron una salida pero nada se concretó. Durante la última ventana, Jurgen comentó sobre su situación: “No está haciendo nada mal. Está en buena forma y se entrena muy duro. Los entrenadores de arqueros están conformes con él. Pero antes de que comience la temporada tomamos una decisión”. La decisión era que no volvería a jugar con la camiseta de Liverpool.

No lo anotaron en la lista de la Champions, por eso no tendrá revancha ante Real Madrid. Pero sí lo inscribieron en la nómina local. Termina la temporada sin minutos pero con 2 títulos, la Copa de la Liga y la FA Cup, que celebró en sus redes. Klopp lo considera el 5to detrás de Alisson, Kelleher, Adrian y Marcelo. Pese a todo, estuvo cerca de tener una chance de volver a atajar para Liverpool. En enero, cuando un brote masivo afectó al plantel antes de la semi de Copa de la Liga ante Arsenal se especuló con que Klopp podría hacerlo jugar. Finalmente, el partido fue postergado.

“A Loris le deseo lo mejor. Cuando consiga un equipo va a seguir adelante, de eso estoy seguro”, afirmó Klopp. Es una gran ironía que Liverpool termine esta temporada, la última de Loris Karius en el club, con otra final de Champions League ante Real Madrid. Esta vez, Karius verá todo lo que suceda en París por TV (En Sudamérica, la final se verá por Star+). Cuando termine el partido será un desempleado más. Pero quizás si los Reds conquistan la Orejona sienta que puede levantarse del sillón y volver a empezar sin el peso encima de aquella derrota. Y sino, mañana siempre será otro día.