El partido de ida de semifinales de la UEFA Champions League entre Real Madrid y Manchester City finalizó empatado 1-1 en el Santiago Bernabéu gracias a los goles de Vinicius Junior y Kevin De Bruyne, ambos con grandes disparos desde afuera del área. Fue un encuentro muy parejo, en el que se repartieron el dominio.
El trámite del partido fue cambiante. Primero pegó el local, en el mejor momento del visitante, y en el segundo tiempo llegó al empate el cuadro inglés justo cuando el actual campeón manejaba el trámite con mayor suficiencia.
El conjunto dirigido por Josep Guardiola mostró sus mejores virtudes en pocos momentos. Al comienzo y después del empate 1-1 tuvo el control de la pelota y mantuvo al Madrid lejos de Ederson. Sin embargo, nunca terminó de hacerse dueño del juego tal como acostumbra.
El oficio y la experiencia del Madrid lo sostuvo y le permitió ponerse en ventaja. Tal como había imaginado el DT catalán, un contragolpe fue el vehículo de la victoria parcial madridista.
Fue un encuentro muy disputado, con pierna fuerte, tal como quedó demostrado con una violenta entrada de Toni Kroos sobre Ilkay Gündogan en el primer tiempo. Ambos tuvieron opciones con juego asociado y transiciones rápidas, pero solo consiguieron vulnerar a Ederson y a Thibaut Courtois con disparos desde afuera del área.
Eduardo Camavinga y Rodrygo, por velocidad y gambeta, fueron los hombres más importantes del Madrid, más allá del error del francés que terminó en el empate visitante. Rodrigo se destacó en el Manchester City, por su inteligencia para hacerse eje y para salir a presionar.
Ni el juego lujoso y la racha victoriosa temible de Manchester City; ni la mística copera de Real Madrid. Ninguno pudo imponerse en una primera semifinal que se jugó con las tensiones propias de esta instancia y que terminó en un empate esperable.