La temporada del Real Madrid en LaLiga ha sido mala. Después de empezar con una racha que hacía presagiar la reedición del título del año pasado, llegó el Mundial y, con él, una irregularidad para nada habitual en el equipo de Ancelotti.
Las lesiones, los rendimientos y, en definitiva, las circunstancias, propiciaron una ventaja insalvable con el campeón Barcelona y , además, el Atleti entra en disputa del segundo puesto de la tabla con los blancos.
Sin embargo, lejos de LaLiga, todavía hay esperanza en la Champions League. Y a un partido todo es posible. La gloria está a tan sólo dos partidos de distancia y sería una hazaña tras un año para olvidar en muchos aspectos.
Un jugador señalaba tras la victoria frente al Getafe del sábado por la noche que “este partido nos da una tranquilidad que sólo nosotros conocemos para asaltar el Etihad”. Y es que el Madrid sabe que, en 90 minutos, todo puede ser posible.
El favoritismo es para el City: tiene mejor plantilla, juega mejor y tienen a un coco llamado Erling Haaland. El mismo jugador bromeaba con ESPN pidiendo que “secuestren” al noruego porque es “increíblemente bueno”. Bromas aparte, el partido de Rudiger, sobre todo, y también Alaba, da motivos para el optimismo madridista respecto a anular al delantero citizen.
En el partido de ida, los de Guardiola empezaron y terminaron bien el encuentro, pero el tramo final del mismo fue de un Madrid que aguantó muy bien el ímpetu visitante. A eso se aferran los blancos para la vuelta y, además, a la experiencia que sólo ellos tienen en estos partidos.
Puede ser un día para soñar o para resignarse. De los jugadores dependerá. Pero lo que está claro es que la Champions, para el Madrid, ha sido una vía de escape importante para un año que en LaLiga ha sido para olvidar. Eso sí, estar entre los cuatro mejores de Europa otro año más es digno de aplauso para la plantilla y cuerpo técnico. El Etihad dictará sentencia.