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Manchester City, campeón de la Supercopa en los penaltis

Guardiola, técnico del Manchester City, sumó otra Supercopa de Europa a su palmarés


El Manchester City conquistó la primera Supercopa de Europa de su historia al imponerse en la tanda de penaltis (5-4) al Sevilla, que falló la última pena máxima al estrellar el balón en el larguero el serbio Nemanja Gudelj, después de que la final acabara con empate a uno.

El Sevilla, en un buen partido en el que dio la cara y una buena imagen ante el vigente campeón de la Champions League, llegó al descanso con un 0-1 con un gran gol del marroquí Youssef En-Nesyri, después de un magnífico centro del argentino Marcos Acuña, aunque el equipo de Pep Guardiola lo neutralizó al empatar con un cabezazo de Palmer a centro del español Rodri.

Un último lanzamiento al larguero del serbio Nemanja Gudelj, después de que el choque acabara 1-1 y de que el Manchester City hubiera hecho un pleno de cinco aciertos en su tanda de penaltis, le dio al equipo inglés su primer título de la Supercopa de Europa, a la que accedió también por primera vez y con ello prolongó la maldición del Sevilla en este partido, que lo ha disputado en siete ocasiones y solo ganó la primera.

El equipo de Pep Guardiola, que accedió a la Supercopa al ganar también por primera vez la Champions League, en esta ocasión fue efectivo en este tipo de lanzamientos, que no beneficiaron recientemente ante el Arsenal en la Supercopa inglesa, mientras que el Sevilla no tuvo una fortuna que otras veces le benefició tras un partido en el que peleó mucho pero en el que tuvo que rendirse ante los mayores recursos del adversario.

El partido presentó importantes connotaciones en los dos equipos, ya que en el City faltaron, además de dos que ya no están este curso, Ilkay Gündogan y Riyad Mahrez, al irse el primero al Barcelona y el segundo a Arabia Saudí, otros tres titulares con Pep Guardiola, como el defensa portugués Rubén Dias y en el medio campo el también luso Bernardo Silva y el belga Kevin De Bruyne, todos con mermas físicas.

Sí contó con otro de sus jugadores franquicia, el internacional español Rodrigo Hernández y con el delantero centro considerado actualmente como el mejor del mundo, el noruego Erling Haaland, a los que sumó dos de los refuerzos de este verano, los croatas Josko Gvardiol y Mateo Kovacic.

En el caso del Sevilla, las previas, además de la enfermedad de última hora del centrocampista portugués Fernando Reges, vinieron condicionadas por los comentarios de las posibles salidas en este agosto de jugadores como el meta marroquí Yassine Bono o el lateral izquierdo argentino Marcos Acuña, aunque José Luis Mendilibar dijo el día anterior que ello no influiría nada para este partido y los dos fueron titulares.

Dijo el técnico vasco que querían ser valientes y jugar bastante tiempo en el campo del Manchester City y en el arranque lo hizo, y suya fue la primera aproximación, aunque la réplica no tardó en llegar con un remate del neerlandés Nathan Aké y la respuesta de Bono.

Partido táctico con dos equipos que querían ver las disposiciones del rival pero en el que también se veía que los recursos de la formación 'citizen' podían despertar en cualquier momento, pero ese momento fue para los hispalenses a los 25 minutos en una salida rápida con centro por la izquierda de Acuña y espectacular cabezazo del marroquí Youssef En-Nesyri.

0-1 y a esperar la reacción inglesa, pero lo que llegó poco minutos después fue un remate con mucha intención del argentino Erik Lamela que se le fue desviado, una muestra de que el Sevilla estaba y que Badé y Gudelj se fajaban con Haaland sin que al noruego le llegaran balones francos.

Pero el desgaste de los de Mendilibar fue grande y la paciencia de los de Guardiola también, como sus recursos a balón parado, lo que se notó y mucho en los albores de la primera parte, con un equipo el andaluz que pedía que el árbitro pitara el descanso y que lo hizo después de tres minutos de prolongación que se les hicieron eternos aún sin que el City tuviera ocasiones demasiado claras.

Se preveía que el comienzo de la segunda parte sería una continuación del cierre de la primera, y sí fue con un City que tocó mucho y que hizo recular al Sevilla, pero el derroche físico para cerrar huecos y los riesgos de los de Manchester con sus líneas adelantadas pudieron traducirse a los cinco minutos en el 0-2, aunque ahora, la magnífica contra de Lucas Ocampos no fue aprovechada por En-Nesyri con el pie solo ante el meta brasileño Ederson.

Perdonó mucho la formación española a la contra para abrir brecha y no se aprovechó de los huecos que dejaba la inglesa en su afán de devolver el empate al marcador, y entonces el que no falló fue el City, con un espectacular centro de Rodri al segundo palo bien definido por Cole Palmer con la cabeza.

Se había rebasado la hora de juego y empezó un nuevo partido en el que el Sevilla volvió a perdonar en las botas de En-Nesyri y el City redobló su empuje ante un rival que empezaba a notar el tremendo esfuerzo y eso tradujo en un monólogo con un dominio absoluto de los de Guardiola, poseedores del balón en todo momento y con el gol que parecía que era cuestión de tiempo.

Pero el tiempo se le agotó y el partido se fue a los lanzamientos desde el punto de penalti, una novedad impuesta por la UEFA, que suprimió la posibilidad de prórroga en caso de empate para esta edición de la Supercopa y que este estreno le vino mejor al City, cuyos jugadores no fallaron y se beneficiaron del error de Gudelj en su último lanzamiento.