Con Bellingham en gran momento y el impulso de Vinícius, las aspiraciones del Real Madrid parecen renovarse para volver a conquistar Europa.
MADRID -- El Real Madrid afronta una de sus temporadas más complicadas, pero afortunadamente ha encontrado en Jude Bellingham un alivio a todos los males que parecían condenarlo tras la salida de Karim Benzema, así como las lesiones al principio de la temporada de Courtois y Vinícius Júnior.
No hace mucho tiempo, un empleado del Real Madrid le recordaba a ESPN que “cuando nos dan por acabados, el escudo resurge y nos devuelve la gloria que el futbol desea quitarnos”.
La frase es digna de poner en uno de los muros del nuevo túnel de vestuarios. A continuación analizamos si esa sentencia dista mucho o no de la realidad futuro de este año en el que intentarán regresar al trono en la Champions League.
Vinícius es un jugador franquicia para cualquier equipo. Regatea como nadie y su incidencia es clara, no sólo en el juego del Real Madrid, sino también en el planteamiento del equipo rival. Varios entrenadores, en los últimos dos años, han admitido que es el mejor del mundo en su puesto. Eso no es casualidad.
Por su parte Jude Bellingham cayó de pie en el Santiago Bernabéu. Pocos recuerdan la llegada de un fichaje así. Por el presente y por el futuro. El inglés, ya desde el primer partido que disputó en Pasadena contra el AC Milan, demuestra una entereza y una calidad muy poco frecuentes en alguien de 19 años. Porque sí, además de sus maravillas, es insultantemente joven.
Ante la ausencia de grandes figuras veteranas, los dos son los emblemas del nuevo Real Madrid. Son jóvenes, tienen futuro por delante, su imagen para las nuevas generaciones es brillante y los dos tienen gol. Ese bien preciado y escaso está sólo al alcance de unos elegidos, como son ellos.
Sin embargo, Europa exige más que ningún otro estamento futbolístico. Conseguir una Champions League es muy complicado porque un equipo puede tener suerte en una eliminatoria, pero no en todo un campeonato. Vinícius lo sabe bien porque hace año y medio levantó su primera Champions League en París después de eliminar al Paris-Saint Germain, al Chelsea y al Manchester City. Muchos dijeron que fue fruto de la fortuna, pero cuando te quitas de en medio a tres cocos y ganas en la final al Liverpool es que algo has hecho bien.
Si comparamos ambos conjuntos, no hay muchas diferencias. La plantilla es parecida porque entre los que se han ido y los que se han quedado no hay excesiva diferencia. Quizá la baja de Karim Benzema es lo más destacable, pero era alguien que ahora, con 35 años de edad, podría aportar mucho menos que entonces. Además, en su lugar han llegado Aurélien Tchouaméni y Jude Bellingham, por ejemplo, que han rejuvenecido el centro del campo.
Y es que la adaptación de los jóvenes será clave para ver si el Real Madrid puede llegar lejos este año en Europa. A eso habría que sumarle la capacidad goleadora de la segunda línea porque arriba, entre Vinícius y Rodrygo, da la sensación de que no se marcarán tantos goles como antaño. Al menos, a priori. Se trata de dos perfiles de jugadores hábiles que tienen gol, pero que dan la sensación de estar lejos de los 30 goles fijos (o más) que requiere un delantero de un equipo campeón de Europa.
Si alguien sabe cómo triunfar en la Champions League ese es el Real Madrid. El equipo, si quiere aspirar a lo máximo, tendrá que reinventarse una vez más, mejorar en los laterales, hacer olvidar la baja de Éder Militão y centrarse en marcar los goles que ya no marcará Benzema. Por tanto: ¿Es una tarea imposible? Como dijo aquel trabajador del club a ESPN, guiado porque los blancos, en estas situaciones, se crecen... El año será interesante.