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Busquets, el 'conquistador' de España que es exhibido en Barcelona

BARCELONA -- Sergio Busquets reconquistó en la selección española las sensaciones que sigue persiguiendo en el Barcelona, donde su figura es tan discutida como elogiada cuando viste los colores de la Roja.

El mediocentro alcanzó en Milán a Andrés Iniesta como cuarto futbolista con más internacionalidades con España (131) y en noviembre igualará las 133 con que abandonó Xavi Hernández, muy lejos aún de las 167 de Iker Casillas y las 180 de Sergio Ramos, récord absoluto y de quien se duda si seguirá sumando o habrá acabado su recorrido porque con Luis Enrique al mando es difícil apostar.

De momento regresa al día a día, difícil del Barcelona constatado otra vez como pieza fundamental a través de su personalidad futbolística que le ha convertido después de 13 años en el cuarto futbolista con más partidos oficiales en la historia del club (641), solo por detrás de Xavi Hernández (779), Leo Messi (778) y Andres Iniesta (679), a quien muy probablemente alcance si mantiene su protagonismo hasta el final de su contrato, en junio de 2023.

Reconocido como mejor futbolista de la Nations League, Busquets reencontró en la selección su mejor hábitat, director de orquesta indiscutible, arropado por un sistema que conoce a la perfección y sin la necesidad de abarcar físicamente la exigencia a la que le somete el juego del Barcelona, quedando tan a menudo expuesto a campo abierto y provocando que su rendimiento descienda de forma tan evidente que se encienden todas las luces de la crítica.

Ante Francia, el azulgrana alcanzó un 92 por ciento en precisión de pase, sumando 77 y ganando hasta 10 duelos de balones divididos.

Suya fue la asistencia, magnífica, que Mikel Oyarzabal convirtió en gol y suyo fue el liderazgo indiscutible de una selección en la que, tras la ausencia de Sergio Ramos, luce el brazalete de capitán. Capitán discreto de puertas afuera pero con gran ascendente dentro del vestuario, si en España ocupa el puesto del central en el Barça sucedió a Leo Messi tras la marcha del argentino en agosto y su capacidad de liderazgo es atendida como vital por sus compañeros.

Puente entre la generación dorada del club de la que formó parte y los jóvenes que llaman a la puerta, Busquets, canterano como todos ellos, conoce en primera persona el tránsito al que se enfrentan los Gavi, Ansu Fati y compañía por como lo hizo él mismo cuando en 2008, siendo un auténtico desconocido, fue catapultado sin miramientos al escenario por Pep Guardiola.