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Mathías Bernatene: sus inicios en el arco, el Uruguayo ganado con Luis Suárez y su presente en Chile

El golero nacido en Dolores (Soriano) conversó con ESPN y repasó su trayectoria. IG/magallanescd

El golero uruguayo Mathías Bernatene, actualmente en Magallanes de Chile, repasó en ESPN su camino desde Dolores al profesionalismo, el apoyo de su familia y la amistad con Nicolás Marichal, y destacó lo aprendido con Luis Suárez y Sergio Rochet en Nacional y las enseñanzas de Joaquín Papa en Rentistas.

Siempre en el arco, desde chico. Me gustaba tirarme para todos lados. A mi padre siempre le gustó el arco y como que él me entrenaba, yo me acostumbré y me gustó. En baby fútbol, iba al arco y medio tiempo jugaba de cinco o de nueve. En Dolores (Soriano), teníamos un patio grande y ahí peloteábamos con mi padre. También teníamos una canchita de fútbol cerca y cuando sos niño siempre uno va y juega todo el rato, te juntás con una pelota con todos los del barrio y empezás”, así comenzó la charla con el nacido el 24 de julio de 2000.

“¿Mis primeros guantes? Unos todos negros con la K blanca. Mis padres (Pablo y Rossana) siempre trataban de comprarme las cosas como podían, siempre nos apoyaron a mi hermano (Pablo) y a mí, yo tuve la suerte de llegar a jugar profesionalmente”.

Mathías se enamoró rápidamente del arco y así se presentaba cuando iba a jugar con su hermano mayor. Incluso a veces, en el patio de casa o en la canchita, era ya un arquero consagrado a nivel mundial, porque uno puede contener todos los sueños del mundo, como escribió el poeta Álvaro de Campos, que también era otro.

“Siempre tenés como ese juego de qué golero era, casi siempre yo era Iker Casillas. Era el que te gustaba más y te creías él”.

Bernatene atajó en Bella Vista de Dolores hasta que a los 16 años tocó armar el bolso, pero para irse a vivir a Montevideo.

“A los 16, me fui a Albion. Al principio, me quedé dos o tres meses en la casa de mi tía, y después en un departamento de mi representante con otros compañeros. A veces no es tan fácil. Y en ese sentido tener el apoyo de la familia es importante. También me tocó estar con Nico Marichal que es un hermano para mí, estuvimos juntos desde que llegué a Nacional, hicimos todos juntos hasta que se fue a Rusia (en agosto de 2022, el zaguero se incorporó a Dínamo Moscú). Él es de Sarandí del Yí y el estar solo es complicado, entonces pasábamos todos los días juntos”.

El arquero había llegado a la Quinta división de Albion, equipo en el que también trabajaba con el plantel principal durante aquel 2017 donde se logró el regreso a Segunda. Al año siguiente, Bernatene se incorporó a la Cuarta de Nacional.

Su etapa en Nacional

“De Nacional me acuerdo de todo porque es Nacional, es un equipo grande y eso lleva a que tengas una presión extra. Estuve dos años en Cuarta (2018 y 2019), el primer año estuve de suplente hasta mitad de año y después el resto del año lo jugué; en el segundo, jugué titular. En 2020 pasé a Tercera, donde también fui titular. Y luego subí a Primera, donde estuve dos años”.

En esa última temporada en el Bolso, Bernatene se consagró campeón uruguayo y compartió plantel con Rochet y Suárez.

Cuando se dio la llegada de Suárez, no lo podíamos creer. Al volver a Nacional, mantuvo su nivel y su exigencia. Eso fue lo que me sorprendió más; cómo entrenaba, sus ganas de ganar y el entregarse al máximo, y si te equivocabas, él te retaba, siempre te exigía en una bien”.

Mathías recordó cómo, en Dolores y siendo niño, vivió la mano de Suárez ante Ghana en el Mundial de 2010: “Increíble. ¿Sabés cómo lloraba cuando el de Ghana estaba a punto de patear el penal? Y después salir gritando cuando (Asamoah Gyan) lo erró…”

Doce años después, aquel niño de Dolores compartía entrenamientos con ese mismo Suárez, máximo goleador histórico de la Selección Uruguaya que por ejemplo le pudo convertir dos goles al verdadero Casillas.

“Me acuerdo una jugada en Los Céspedes donde di un pase mal y me acuerdo clarito que Suárez me dijo ‘Dale, Mati’ para que no erre ese pase. Lo quedé mirando como diciendo ‘pa, me nombró’. Son cosas que te quedan después de haberlo visto en la Selección, en Barcelona… Esa experiencia no me la saca nadie, es lo más lindo”.

Nacional aportó dos jugadores para la Selección Uruguaya para el Mundial de Qatar de ese año: Suárez y Rochet.

Bernatene afirmó: “Aprendí mucho de Rochet. Está salado físicamente, es atajador, rápido. Aprendí mucho de él, siempre dando para adelante y aconsejando bien el Chino”.

El golero, que como referentes futbolísticos ha tenido a los mencionados Casillas y Rochet y al alemán Marc-André ter Stegen, también valoró el día a día en Nacional para seguir creciendo: “Crecí mucho en el famoso dos toques. Por ejemplo, yo estuve en juveniles con Brian Ocampo y Alfonso Trezza, que tenía una bomba en la pata y era complicado. En Primera en 2021, también estaba Diego Polenta, él tenía una pegada en el dos toques… En Nacional no tuve tantas posibilidades de jugar en Primera, pero ese dos toques me servía mucho porque eran remates libres, entonces trabajás mucha reacción, más con la calidad que tenía Nacional”.

El año en Rentistas

Bernatene atajó dos partidos con el primer equipo de Nacional (amistosos de noviembre de 2022 ante Tacuarembó y la Selección de Durazno), y en enero de 2023 se incorporó a préstamo a Rentistas para afrontar el campeonato de Segunda División.

En los Bichos Colorados, tuvo durante la primera parte de esa temporada a Joaquín Papa como entrenador.

Al ser consultado qué destaca y qué aprendió con Papa, el guardametas dijo: “Su forma de jugar, cómo salíamos jugando. La salida de fondo era del zaguero a mí, y ahí empezar la jugada, a veces es complicado, pero él me ayudó mucho en ese sentido para saber dónde debía jugar la pelota y ver los espacios libres, eso fue lo que me marcó más. A veces el golero no está tanto en el juego, sino que capaz es más salir con los centrales o lanzar largo, pero con Papa me tocó bastante jugar con los pies y eso fue lo que aprendí más”.

“Tenés que ver todas las opciones. Entonces aprendí eso, cómo manejar el juego, saber qué posiciones estaban más libres y en qué momento; según la presión que te hacía el rival, es cómo debía salir jugando uno. Eso me ha ayudado mucho”.

Su llegada al fútbol chileno

En enero de 2024 surgió la posibilidad de defender a Magallanes, club de la Primera B de Chile con el que tiene contrato hasta finales de este 2025.

En Chile, no se lanza tan largo como en Uruguay, casi siempre se busca salir jugando en corto. Es como más jugado, más técnico y con más intensidad. Hay canchas que son buenas, y te dejan jugar. En Uruguay, el fútbol es mucho más defensivo y agresivo, en Chile no es tan así”.

En setiembre y octubre de 2024, tuvo una destacadísima actuación en la serie que Magallanes ganó ante Colo Colo por los cuartos de final de la Copa Chile 2024. Bernatene mantuvo su valla en cero en los dos partidos ante el equipo de Arturo Vidal (en la ida, Magallanes ganó 3 a 0, y en la revancha fue empate sin goles).

“Jugar contra un equipo grande como Colo Colo, en el estadio de ellos, a cancha llena... Hicimos tremendos dos partidos y dejar afuera a un grande como Colo Colo me deja muy contento. Teníamos tremendo plantel y supimos jugar el partido”, valoró quien algunas semanas antes de ese cruce lamentaba el repentino fallecimiento de Juan Izquierdo, ex compañero de Nacional en 2022: “Fue duro e impactante. Me dolió porque era una buena persona, siempre hablábamos y estábamos jodiendo. Increíble lo que pasó”.

Hoy Bernatene, con 25 años y habiendo finalizado la temporada con trece de 30 partidos en la Liga de Ascenso sin recibir goles (segundo arco con más vallas invictas en el torneo, solo superado por Copiapó con 16 y Santiago Morning con 14), comenta sus próximos objetivos: “Me gustaría jugar en la Primera de Chile. Está bueno el fútbol acá; se generan muchas ocasiones de gol, tenés muchas intervenciones como golero, las canchas están buenas y siempre va público a los partidos”.

Será cuestión de esperar y ver dónde sus atajadas y el fútbol lo coloquen en el futuro y determinen qué arco deberá defender, como cuando niño volaba y se revolcaba en el patio de casa en Dolores.