<
>

Millonarios cierra un año para el olvido: sin títulos, con crisis y a la espera de un consuelo internacional

Millonarios termina el 2025 en Tunja. @MillosFCoficial

Millonarios baja el telón de 2025 este miércoles en Tunja ante Boyacá Chicó con la sensación de un año perdido. No hay finales, no hay títulos y, más allá de algún destello en el primer semestre, el balance general deja frustración. El equipo terminó envuelto en un ciclo de salidas, cambios de técnico, eliminaciones dolorosas y un nivel de juego bajo.

El primer golpe serio del año llegó temprano. En marzo, Millonarios quedó eliminado de la CONMEBOL Sudamericana frente a Once Caldas, en una llave directa que definía el paso a la fase de grupos. La derrota en Manizales (1–0) cortó de raíz la ilusión internacional y dejó la primera gran herida del 2025. David González, por entonces técnico azul, intentó mantener la calma: “Nos levantaremos más fuertes”, dijo aquella noche.

En la Liga I, el desenlace fue todavía más cruel. Millonarios llegó al último partido del cuadrangular con ventaja —le bastaba empatar ante Santa Fe—, pero perdió 1–2 en El Campín y se quedó fuera de la final. Esa noche cambió el clima: el clásico que debía ratificar jerarquía terminó por marcar el rumbo del resto del año.

Vino el golpe emocional poco después. El 2 de julio, el club confirmó la salida de Radamel Falcao García, el fichaje más mediático de los últimos años. En su despedida, el ‘Tigre’ se despidió con serenidad y un mensaje que caló entre los hinchas: “Mientras pude, dejé la vida”. Con su adiós se fue más que un delantero; se fue un símbolo de liderazgo en medio de un vestuario que empezaba a desarmarse.

El mercado fue despiadado: Daniel Cataño partió a Bolívar, Daniel Ruiz fue cedido al CSKA Moscú y Álvaro Montero viajó a Argentina (Vélez Sarsfield). Tres nombres importantes en los últimos títulos y pilares del ciclo anterior. Sin ellos, el equipo perdió peso y equilibrio, no fueron reempplazados de buena manera.

En agosto llegó otro cambio profundo. Tras una seguidilla de resultados negativos, David González renunció. En su última rueda de prensa fue claro: “La situación es insostenible, lo mejor es dar un paso al costado”. A los pocos días, el club oficializó el regreso de Hernán Torres, el entrenador del título de 2012, llamado para intentar un nuevo comienzo.

Pero el aire fresco duró poco. Millonarios fue eliminado de la Copa BetPlay en octavos ante Envigado (1–0 en el global) y el equipo se fue desinflando en la Liga II. El empate 1–1 en el Polideportivo Sur confirmó la eliminación antes de la última fecha y selló un semestre para el olvido: sin fútbol, sin contundencia y con un plantel corto de respuestas. En El Campín, la hinchada acompañó hasta el final, pero la paciencia se agotó con el correr de los meses.

Tunja será este miércoles el escenario del último acto de un 2025 sin finales ni alegrías, aunque con una puerta todavía entreabierta: por la generosidad del sistema del fútbol colombiano, Millonarios podría alcanzar un cupo a la CONMEBOL Sudamericana vía reclasificación si los resultados lo favorecen. Sería apenas un alivio estadístico para un año muy flojo, marcado por la irregularidad, la inestabilidad y el desencanto.

El reto para 2026 es claro: reconstruir. Porque incluso en los años malos, Millonarios sabe que su historia exige algo más que explicaciones; exige ganar.