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La final de la Copa Libertadores de 2000: Boca le ganó a Palmeiras y así comenzaba el legado de Bianchi

Boca le ganó a Palmeiras la gran final en el Morumbi Getty Images

"Ya nos sentimos campeones". La frase fue pronunciada por el verborrágico entrenador de Palmeiras, Luis Felipe Scolari, un par de días después del partido que Boca y su equipo habían empatado 2-2 en La Bombonera por la ida de la final de la Copa Libertadores del año 2000.

¿Fue eso, solamente una serie de palabras, la simple expresión de un sentir? Para Carlos Bianchi, entrenador en aquel momento del Xeneize, no.

Faltaban varios días para el choque de vuelta, a jugarse en el estadio Morumbí, pero el Virrey tomó nota mental y, a primera hora del día siguiente, fue a su canillita de siempre y le pidió el diario La Nación.

Pasó las páginas con impaciencia hasta que encontró el artículo con el que el diario reflejaba la frase de Scolari. Lo recortó y luego lo fotocopió. Con su discreción de siempre, guardó el material sin decirle a nadie.

Los días pasaron y llegó el 21 de junio, fecha de la revancha. Organizó todo para que, cuando sus jugadores llegaran al vestuario del estadio Morumbí, se toparan de frente con el recorte. No hizo falta más.

Oscar Córdoba; Hugo Ibarra, Jorge Bermúdez, Walter Samuel, Rodolfo Arruabarrena; Sebastián Battaglia, Cristian Traverso, José Horacio Basualdo; Juan Román Riquelme; Guillermo Barros Schelotto y Martín Palermo salieron a comerse la cancha, sin importar el entorno hostil conformado por miles de hinchas de Palmeiras.

Quedó claro a los 3 minutos de juego, cuando Palermo abrió el marcador. El gol fue mal anulado por el árbitro paraguayo Epifanio González, pero la acción marcó el ímpetu con el que salieron los jugadores de Boca.

El partido fue parejo, y Córdoba se lució un par de veces para salvar a los dirigidos por Bianchi.

En el segundo tiempo, el colombiano Faustino Asprilla desperdició una chance increíble, con Córdoba ya vencido y Walter Samuel ejerciendo una molestia que fue falta pero no explicó el yerro del Tino.

Los 90 minutos terminaron 0-0.

Cuando llegaron los penales el "ya nos sentimos campeones" lucía ridículo para los locales y seguía siendo fuente de motivación para los visitantes.

Córdoba fue el héroe. Atajó los remates de Asprilla, que nunca olvidará aquella noche, y de Roque Júnior. Los compañeros de Óscar no le fallaron: Guillermo Barros Schelotto, Riquelme y Palermo acertaron sus disparos y el título quedó en los pies del Patrón Bermúdez. El capitán de Boca ejecutó a la derecha, Marcos voló para el otro lado y el Xeneize se consagró campeón de América por tercera vez.

"Ya nos sentimos campeones", habrá pensado Bianchi mientras festejaba en el césped del Morumbí.