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Marcelo Gallardo, River y la Libertadores, un amor para siempre

Marcelo Gallardo y River Plate tienen un vínculo simbiótico. Son el uno para el otro. Se necesitan. Se aman. Gallardo y River, especialmente en la CONMEBOL Libertadores, se fortalecieron, y aún lo hacen, mutuamente. Gallardo es mejor en River y River es mejor con Gallardo. El Muñeco llegó a su sexta semifinal de la copa más importante del continente con el club de su corazón. Avanzó a la final en tres de las cinco anteriores y ganó dos. Este es uno de los argumentos, muy poderoso, que nos invitan a asegurar que Gallardo debe ser el director técnico de River para siempre. La contundente derrota 3-0 en el partido de ida contra Atlético Mineiro no modifica el sentimiento. El River de Gallardo, o el Gallardo de River, buscará una remontada épica, este martes 29 de octubre en el Monumental, en un encuentro que se podrá disfrutar a través de Disney+.

Tanto en el primer ciclo, que duró inusuales ocho años y medio, como en este aclamado regreso, Gallardo impuso su sello en River. La búsqueda del entrenador tiene dos objetivos principales: el juego y la actitud. Lo primero precisa de un recorrido temporal, que no se consigue en un abrir y cerrar de ojos, y de los intérpretes adecuados, a quienes el Muñeco está habituado a convencer y atraer. Lo segundo es innegociable desde el día cero.

En la etapa que lo llevó a la máxima idolatría en la historia del club, el Muñeco se hizo cargo de un equipo que no enamoraba, aunque venía de ser campeón con Ramón Díaz como DT. La pasión de los hinchas, que tenían fresco el recuerdo de la traumática experiencia del descenso y el paso por la B Nacional, estaba puesta más en ellos mismos que en los jugadores. Pero con él eso cambió. Las miradas dejaron de estar en la fidelidad y la convocatoria de los fanáticos para posarse en los verdaderos protagonistas. La máxima exigencia del entrenador florecía en cada jugada, en cada partido. Y se agigantaba en las copas internacionales.

En su segundo arribo al banco de River, Gallardo vivió una situación semejante: el equipo dirigido por Martín Demichelis ganó tres títulos, pero nunca convenció a los hinchas. La temprana eliminación en la Copa Libertadores de 2023 fue el primer gran tropiezo de Micho. El nivel de juego mostrado en la primera fase de la de 2024 y la sensación de que con ese vuelo bajo y los refuerzos no le alcanzaría para llegar lejos aceleraron la salida del DT. Con Gallardo disponible y con deseos de volver, no había otro camino que el regreso del Muñeco.

Gallardo, con todo claro en sus presentaciones como DT de River

"Es un desafío dirigir uno de los clubes más grandes. Creo que nací para esto y no lo quiero desaprovechar", dijo en su primera presentación en el cargo, el 6 de junio de 2014. Y marcó una determinación que sería inquebrantable: "Yo prefiero ser dueño de la pelota y protagonista del partido para tener chances más directas".

Demostró con creces ambas afirmaciones.

Cuando volvió y fue presentado oficialmente el 5 de agosto de 2024, Gallardo sentenció: "Estoy en el lugar al que pertenezco, el lugar que siento. Lo primero que tenemos que intentar es tratar de recuperar un espíritu de club y de equipo". Y no dejó dudas sobre su objetivo principal: "La Copa Libertadores es la ilusión que tenemos todos".

Ya dejó en el camino a Talleres de Córdoba en octavos de final y a Colo Colo en cuartos.

En la ida de semifinales contra Mineiro la caída fue dura, pero debe intentar levantarse. "Es difícil, pero vamos a jugar con nuestra gente que nos va a empujar y nos va a inyectar una dosis para que el equipo pueda ir en busca de esa épica difícil pero no imposible. Soy optimista", analizó el Muñeco antes de este duelo trascendental.

El Muñeco ya ganó dos Libertadores con River: 2015 y 2018

El camino internacional de Gallardo como director técnico de River comenzó en la Copa Sudamericana 2014. El Millonario la ganó de manera invicta, con el aliciente de la eliminación a Boca en semifinales.

Al año siguiente llegó la primera Libertadores. Se clasificó a octavos de final por la ventana, en la última fecha de la fase de grupos y con la atención en el otro partido de la zona. Pero a partir de ahí su crecimiento fue constante. En octavos de final superó la serie contra Boca con un triunfo por 1-0 y la famosa suspensión por el gas pimienta en la revancha. Luego, sacó a otro peso pesado: Cruzeiro. El duro camino al título se transformó en autopista: Guaranì y Tigres no fueron escollo. Gallardo conseguía, en apenas dos temporadas, levantar la copa tan deseada.

En 2018, luego de haber alcanzado su segunda semifinal en 2017, Gallardo consiguió su segundo título en la Libertadores, el cuarto en la historia de River. Si el primero había sido especial, este tendría momentos absolutamente inolvidables. Tras una fase de grupos sin sobresaltos, River eliminó a Racing e Independiente en octavos y cuartos de final. La ventaja de evitar los viajes se contrapuso con la dificultad de los rivales. Pero ese equipo del Muñeco era brillante. Las semifinales ante Gremio comenzaron mal, con una derrota 1-0 como local, y terminaron con un épico triunfo 2-1 en Porto Alegre, que le alcanzó para avanzar por tener más goles como visitante. En la final, ante Boca, pasó de todo: intenso empate 2-2 en La Bombonera, suspensión en el Monumental por el ataque al micro que trasladaba a los jugadores del Xeneize y revancha en Madrid, donde River sufrió, pero ganó 3-1 en tiempo suplementario. "No hay nada más que esto, nada más, no hay nada", repetía Gallardo sobre el césped del Santiago Bernabéu.

Con ese título, el Muñeco se transformó en el único director técnico de River en ganar dos veces la Copa Libertadores. De hecho, el Millonario solo había obtenido otras dos en su historia: la de 1986 con Héctor Veira y la de 1996 con Ramón Díaz. Y Gallardo estuvo muy cerca de su tercera en 2019, cuando perdió la final contra Flamengo en Lima, Perú, y otra vez dio pelea en 2020, cuando Palmeiras lo eliminó en semifinales.

Gallardo no solo ganó dos Libertadores como director técnico de River, ambas con eliminaciones directas a Boca. También obtuvo otros cinco trofeos internacionales: Copa Sudamericana 2014, Recopa Sudamericana 2015, Copa Suruga Bank 2015, Recopa Sudamericana 2016 y Recopa Sudamericana 2019. Con el Muñeco en el banco del Millonario, la cuenta de conquistas internacionales subió a gran escala, mientras que la de Boca no se modificó. Otro argumento gigante para que los hinchas amen al técnico que más veces fue campeón en la historia del club.

En el regreso a River, Gallardo puso el foco en la Libertadores

Gallardo está en su hábitat natural tras una mala experiencia en Al-Ittihad de Arabia Saudita. En su regreso a River sucedió a Demichelis, que había dejado al equipo clasificado a octavos de final de la Libertadores, pero ofrecía más dudas que certezas.

Antes de asumir el cargo, el Muñeco ya había comenzado a trabajar, especialmente en los refuerzos que consideraba indispensables. Así, a partir de su arribo, se concretaron las llegadas de Germán Pezzella, Marcos Acuña, Fabricio Bustos y Maximiliano Meza. Calidad y experiencia para ir en busca del trofeo más deseado. Con su exigencia de trabajo y mentalidad ganadora, el entrenador también recuperó futbolísticamente a Nacho Fernández, un jugador fundamental.

Con pocos días de trabajo afrontó la serie de octavos de final ante Talleres de Córdoba y ganó los dos partidos: 1-0 en Córdoba y 2-1 en el Monumental. "Lo más importante para nosotros era lo más urgente. Jugamos una llave contra un buen rival en una serie muy pareja. Me gustó lo que vi", explicó el DT luego del encuentro de vuelta.

En cuartos le resultó más complicado superar a Colo Colo: empataron 1-1 en Chile y River ganó 1-0 en Buenos Aires. "Fuimos un equipo muy comprometido con la causa. Por momentos no se puede jugar y es duro porque nos gusta jugar, pero si no podemos hacer lo nuestro tiene que haber un compromiso de equipo como se vio en estas últimas semanas. No nos conformamos y queremos un equipo con más vuelo", dijo Gallardo.

El mensaje estaba claro: el equipo mejoró y consiguió los resultados necesarios para seguir en carrera rumbo a la final que se disputará en el Monumental, pero debía, y debe. subir el nivel aún más para superar las semifinales. Gallardo, quien tiene su tercera Libertadores en la mira. siempre lo supo. Y lo sentenció luego de la derrota en Brasil: "No salió absolutamente nada de lo que planificamos. Sufrimos en todas las líneas y contra un rival de jerarquía se paga caro. No fuimos el equipo duro que pensábamos ser".

Gallardo es bandera en River

Así como el "Muñeco, Muñeco" es el grito atronador ante cada aparición de Gallardo en el Monumental, su cara es tatuaje, remera y, por supuesto, bandera de los hinchas.

En el primer ciclo se llenó de gloria y extendió su contrato y renovó el plazo fijo de confianza en el banco de River todas las veces que quiso. La última, en la celebración de los cinco años de la gloria eterna conseguida en Madrid. Después, dijo un adiós que todos deseaban que fuera un hasta luego. Y volvió más pronto de lo que los más optimistas soñaban.

Gallardo está enamorado de River. Y River está enamorado de Gallardo. Intentaron separar sus caminos. Ninguno lo disfrutó. Reavivaron un fuego que no había llegado a apagarse.

Marcelo Gallardo, River y la Libertadores, un amor para siempre.