Hay pocos jugadores que se pueden ufanar de tener una historia realmente hermosa con un equipo. ¿Rogerio Ceni con Sao Paulo? ¿Pelé con el Santos? ¿Zico con el Flamengo? Para el Chapecoense, Bruno Rangel era su propio Ceni, su Pelé y su Zico. Su ídolo de siempre.
Una historia que terminó trágicamente este martes 29 de noviembre de 2016, día que se marcará para siempre con el trágico accidente sufrido por el equipo de Chapecó, irónicamente en el viaje que marcaba la vida del atacante y de todo el club. Por primera vez, un equipo del estado brasileño de Santa Catarina llegaba a la final de un torneo internacional.
Nacido en la población de Campos do Goytacazes, en el interior del estado de Río de Janeiro, Bruno Rangel llegó al Chapecoense por primera vez en 2013, luego de haberse destacado con el Metropolitano-SC y, un poco antes, con el rival Joinville.
En aquella temporada, Rangel, quien vestía la camiseta 9, mostraba su calidad en el equipo de mayor crecimiento en Brasil: anotó 39 goles en 34 partidos en el Campeonato Brasilero de Serie B, 9 más que su rival más cercano, Marcos Aurelio, entonces militante del Sport.
Su paso por Chapecoense tendría que pausarse. Bruno quería cumplir un sueño de infancia. Jugar futbol fuera de su país.
La oportunidad llegó en 2014, cuando el Al-Arabi, de Catar lo firmó.
Más pudo la voluntad de volver a casa. Ningún dinero que pudiese ganar en el Medio Oriente lo haría tan feliz como jugar en el Arena Condá para los fanáticos que, en poco tiempo, comenzaron a amarlo.
Él no pondría muchas condiciones para su retorno.
"Estoy regresando al lugar en el cual fui muy feliz, siempre bien tratado y tuve la mejor etapa de mi carrera. Ahora debo contar los días para dejar Catar y poder ayudar al grupo, a Gilmar (Dal Pozzo, el entonces entrenador) y dar alegrías al aficionado que tanta fuerza me dio a lo largo del pasado año", comentó en aquel momento, sin disimular la alegría.
"Fue un sueño el jugar fuera y lo hice realidad. En aquel momento era importante para mí y mi familia. Concluido ese proyecto, estoy regresando a un sitio que aprendí a amar. Quiero dar toda la alegría a esta comunidad de Chapecó y ser feliz otra vez en el Chapecoense", afirmó.
Desde ese mismo año en que se hizo parte del equipo de Santa Catarina, Rangel hizo del Chapecoense su vida. En tres campañas, sobrepasó al ex atacante Índio y se convirtió en el mayor artillero en la historia del club, fundado en 1973.
En una sonora goleada 5-0 sobre el Avaí, en el Campeonato Catarinense, el atacante alcanzó la marca. Ante el Santa Cruz, en la fecha 23 del Brasileirao de ese año, llegó a los 80 tantos con la camiseta verde. Desde entonces, marcó otro tanto, contra el Corinthians, en la Arena Corinthians.
"Tengo ganas de pasar por un club considerado grande. Infelizmente, las personas hoy miran mucho la edad y no la calidad del fútbol. Eso me imposibilita hacer este sueño realidad, peor aún porque no tengo experiencia en equipos grandes, como Grafite o Zé Roberto. No tengo ninguna propuesta", dijo el jugador el pasado mes de julio en una entrevista con el diario Lance.
Su sueño no podrá hacerse realidad. Sin embargo, queda inmortalizado en la historia del Chapecoense.