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"Venimos a romper rachas y mitos": Óscar Ramírez no se inmuta ante el reto en La Cueva

El técnico Alajuelense, Machillo aseguró que el entorno no lo desvela, que las estadísticas están para romperse y que su equipo está listo para demostrar jerarquía en Tibás

Con la experiencia de múltiples batallas dirigidas desde el banquillo y una calma que contrasta con el ruido que suele rodear al Ricardo Saprissa, Óscar Ramírez se presentó sin rodeos antes del primer duelo de la final de segunda ronda ante el Deportivo Saprissa.

El técnico rojinegro habló con propiedad, sin dramatismos, pero con claridad sobre el ambiente, las rachas negativas y los retos tácticos que enfrentará su equipo este domingo en la Cueva.

“Ya los jugadores saben que es un entorno... no difícil, pero sí de manejo. Es agresivo, la gente está encima. Pero hay formas de controlarlo, y ese es mi trabajo”, explicó Ramírez.

Alajuelense no gana como visitante en Tibás desde hace trece partidos —once de ellos en el fortín morado— pero para el estratega, esas estadísticas no son sentencia.

“Las rachas están para romperse. Vamos a intentar que está ya se deje botada y que más bien empecemos una nosotros”, afirmó con convicción.

Ramírez también echó mano de su pasado como jugador y asistente técnico del Saprissa para poner en perspectiva el mito que envuelve a la Saprihora, la Ultra y el estadio que, dicen, se “come” a los rivales.

“Cuando un equipo se para fuerte y sabe aislar la presión, se vuelve difícil para Saprissa también. Vamos a tratar de tener esa rebeldía”, aseguró. “Un amigo mío decía que es un tema de creérsela y aplicar”.

El timonel rojinegro también se refirió al estado emocional y mental del grupo, al que ve unido y convencido, con hambre de trascender y conciencia de la importancia del momento.

“Ellos han entendido el mensaje. Han puesto el esfuerzo en partidos donde han faltado cosas tácticas. Se sienten grupo y eso es fundamental”, dijo Ramírez, dejando claro que ha apostado por la cohesión y el compromiso colectivo.

Sobre el aspecto ofensivo, el técnico reconoció que su equipo ha sido menos eficiente en el cierre del torneo, pero se mostró confiado en que eso puede cambiar el domingo.

“Hay que afinar el buen centro y cómo llegar a zona de definición. Sí, necesitamos ser más eficientes. Pero son momentos... y el domingo sabremos si logramos romper esa estadística”.

En cuanto a nombres, el delantero Jonathan Moya sigue siendo duda para el clásico, a la espera de una prueba médica.

Finalmente, Ramírez recordó que solicitó que el partido de vuelta fuera el jueves 22 y no el miércoles 21, simplemente para darle un día más de recuperación al grupo, tras una serie exigente ante Puntarenas.

Este domingo no solo se juega una final más. Para Ramírez, es una oportunidad de enviar un mensaje claro: las rachas no son eternas y el fútbol, cuando se juega con inteligencia y rebeldía, puede silenciar cualquier estadio.