El Monstruo avanza a paso perfecto en la Copa Centroamericana
En una noche sofocante, más por el susto que por el clima, el Deportivo Saprissa logró un triunfo sufrido de 1-2 ante el Verdes FC de Belice, en un partido que por momentos pareció escapársele de las manos al gigante tico. Fue un triunfo sin brillo, pero con el valor de tres puntos que alivian… aunque no convencen.
El equipo dirigido por Paulo Wanchope presentó una alineación alternativa con varios ajustes, apostando por el talento joven y la rotación en una cancha difícil. Nombres como Samir Taylor, Jorkaeff Azofeifa, el joven panameño Gustavo Herrera y Orlando Sinclair aparecieron desde el inicio, dando respiro a los habituales titulares.
El guion parecía ideal. Apenas al minuto 2', Deyver Vega aprovechó una acción rápida para silenciar el modesto estadio en Belmopán y poner en ventaja al Monstruo. El gol era una invitación a la calma. Pero sería solo eso: una invitación.
Saprissa no supo capitalizar su superioridad temprana y cayó en la trampa de la confianza. Gustavo Herrera tuvo una noche para el olvido, con errores en control y decisiones poco acertadas. La falta de pegada y claridad se convirtió en el principal obstáculo de los morados, mientras que el cuadro local fue creciendo a base de esfuerzo y empuje.
Las estadísticas son claras: Verdes dominó la posesión (54% a 46%), remató más veces (26 a 15), y forzó al Monstruo a hacer hasta 36 despejes, más del doble de los que necesitó su rival.
El primer tiempo terminó con una bofetada. Bryan Lozano empató en tiempo de reposición (45+4') y encendió las alarmas. Saprissa se fue al camerino con más dudas que certezas, y con la sensación de estar caminando sobre una cuerda floja en su camino internacional.
Afortunadamente para los morados, el alivio llegó al 51’. En una de las pocas acciones bien construidas del complemento, Orlando Sinclair aprovechó un gran pase de Jefferson Brenes y definió con frialdad para el 1-2 definitivo. El tanto sirvió para recuperar el control, pero no borró la pobre imagen colectiva del equipo.
Saprissa tuvo 15 remates, de los cuales solo 8 fueron a portería, y pese a que anotó dos goles, la falta de contundencia volvió a marcar la noche. En el cierre, Verdes estuvo cerca del empate, lo que dejó a más de un saprissista con el corazón en la garganta.
