Juan Pablo Arguedas es un joven futbolista costarricense de 22 años que milita con el Municipal Grecia, sus grandes virtudes también le han permitido representar al país con la Selección Nacional Sub-20, pero más allá de los terrenos de juego, se destaca por ser un apasionado emprendedor.
En entrevista con ESPN ha resaltado que el fútbol es una pasión que corrió por sus venas desde que era muy pequeño, a pesar de que en su familia es el único que decidió inclinarse por el deporte. En su primera escuela de fútbol era de los primeros en llegar y de los últimos en retirarse, su papá lo acompañaba y entendió que su hijo tenía talento con los balones.
“Mi pasión el futbol llega desde muy pequeño, siempre andaba con un balón de arriba para abajo. Me levantaba tres horas antes para ir a una escuela de futbol porque no podía dormir bien de la emoción, hasta despertaba a mi papá. De mi familia fui el único que se inclinó por este rumbo, ellos vieron que lo hacía bien entonces mis padres me dieron todo el apoyo”; contó Arguedas.
Sus primeros pasos en el profesionalismo empezó a darlos en el Complejo Deportivo Wilmer López, ubicado en el Carmen de Alajuela. Arguedas fue de los primeros jóvenes en llegar y conforme pasó el tiempo acaparó la atención de sus formadores, al punto que logró a debutar en Primera División con el club de ese lugar: Carmelita.
“Cuando comenzó el proyecto de la academia un conocido de mi papá le dijo que me llevara, ahí empecé a crecer y me fue bien, de hecho, soy el único jugador, de la camada que ha salido, que estuvo desde que comenzó el proyecto. Desde el primer momento me vieron cualidades y ahí me quedé. Recuerdo que al llegar estaba muy nervioso y sentía muchas cosquillas en el estómago, pero gracias a Dios me dejaron porque era difícil”; destacó.
La madurez de un futbolista muchas veces llega cuando se pasa por un complicado momento y, para Juan Pablo Arguedas, no fue la excepción. El año pasado Carmelita descendió a la Segunda División y él estaba dentro de sus filas. Fue un trago amargo el que sufrió, al punto que pensó si lo mejor era dedicarse a sus estudios.
“Cuando descendimos con Carmelita el año pasado fue muy difícil para mí, pasaron cosas complicadas que uno tan joven no esperaría vivirlas. Por la mente se piensa en si lo mejor es dedicarse a otras cosas o solo a estudiar, entonces ahí uno se acuerpa de la familia, ellos son un baluarte para mí y por ellos aquí estoy”; recordó.
Después de la tormenta llega el tiempo de calma: Herediano se interesa en los servicios de Juan Pablo Arguedas, hicieron los trámites correspondientes y todo se prestó para que se vistiera de rojo con amarillo. Fue un cambio trascendental en su vida, lo cual lo llenó de gran felicidad.
“La vida cambia cuando llegué al Herediano, donde hay más condiciones para jugar al fútbol. Cuando llegué al equipo me enamoré de él y lo aprecio mucho. Es de gran motivación estar al lado de futbolistas tan experimentados, más que uno los vio desde pequeño. Que sean compañeros de uno es de gran aprendizaje entonces trato de sacarle el jugo a sus consejos. Desde el primer día que llegué me hicieron parte del camerino, es una familia y todos me apoyaron”; opinó.
Arguedas, por su parte, esconde detrás de su pasión por el fútbol su talento de ser emprendedor. Gracias a su paso por la Selección Nacional logró ahorrar los viáticos y la remuneración del Mundial Sub-20 Corea del Sur 2017, los cuales decidió invertirlos en su propio negocio, que se trata de vender pastelillos, en cinco lugares diferentes.
“Amo el fútbol, pero entendí que esto no es para siempre. Cuando estuve con la Selección Sub-20 a uno le dan viáticos y después del Mundial también, entonces yo guardaba ese dinero y ya tenía bastantes ahorros. Me surgió la idea de hacer un negocio y no gastarla en otras cosas. De ahí nació el negocio de los pastelillos. Mis papás me han guiado a no malgastar el dinero, sino invertirlo en las cosas que produzcan. Al ver tanto crecimiento, involucré a mi familia y nos dividimos las tareas”; explicó.
“Yo estudio administración en compras y control de inventarios, lo combino con el fútbol y el negocio. Al principio se me hacía un poco complicado dividir bien el tiempo, pero ya uno se acostumbra porque sí se puede. Muchas personas piensan que los futbolistas solo nacen para eso, pero yo doy fe de que también se puede estudiar y superarse en la vida”; agregó.
Por último, el joven futbolista, que actualmente juega para el Municipal Grecia, señaló que el ex jugador de Alajuelense, Wilmer López, es uno de sus mayores referentes y que Randall Azofeifa, capitán del Herediano, es de lo que más lo apoyan y también lo motivan.