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La historia del pase de Diego Armando Maradona a Barcelona

Después de muchas idas y vueltas, de rumores, de intigas, de dudas, la llegada de Diego Armando Maradona al Barcelona se hizo realidad. Un 4 de junio de 1982, Diego llegaba a tierras catalanas para firmar su contrato, que lo iba a ligar al club blaugrana en una cifra impactante para la época: 1200 millones de pesetas (7,2 millones de euros).

Maradona era seguido por los grandes de Europa desde hacía rato. Pero eran tiempos de dictadura en la Argentina y los militares que estaban en el poder querían que Pelusa siguiera unos años más en el país.

Hubo muchas presiones para que no se fuera. Por eso su pase recién se dio en 1982, antes del Mundial de ese año que justamente iba a disputarse en España.

Como paso intermedio, Argentinos cedió a Maradona a Boca por dos temporadas: con el Xeneize el 10 fue gran figura, goleador y campeón del Metropolitano 1981. A pesar del logro deportivo y de lo que significaba tener al 10 en el plantel, Boca no estaba en condiciones de afrontar el contrato de un jugador como Diego.

Las finanzas del club lo sufrieron años más tarde, cuando Boca la pasó muy mal en lo económico y estuvo al borde del abismo. Más allá del costoso pase de Diego, Boca comenzó a pagar caro contratos de muchos jugadores que eran en dólares y que luego, por la crisis del país, no pudo sostener.

Para afrontar parte del contrato de Diego el Xeneize realizó a comienzos de enero de 1982 una gira por Estados unidos y Asia, con Maradona como gran figura, pero con un equipo que también tenía a Gatti, Ruggeri, Trobbiani, Perotti, Gareca...

Diego cumplió con creces su paso por el Xeneize y luego comenzó su periplo por el Viejo Continente. Barcelona venía siguiendo a Maradona desde 1977. Y mucho se había hablado de ese fichaje y de lo costoso que iba a ser también para la economía del Barsa.

José Luis Núñez, presidente del Barcelona, Martín Noel, presidente de Boca, y Domingo Tesone, titular del Bicho, estuvieron presentes en la firma. "A la larga el pase de Maradona será barato por todo lo que le dará a nuestro club", afirmaba Núñez.

Momentos difíciles se vivían en la Argentina en esos tiempos por la dictadura. Josep María Minguella, un español que fue agente de futbolistas y venía negociando con Argentinos para llevarse a Diego a Barcelona, retrató una escena que hoy sería impensada.

"Espero que no te moleste si dejo la pistola encima de la mesa. No es por nada, pero pesa y es incómodo sentarse con ella", cuenta Minguella, le dijo Tesone en una de las reuniones que tuvieron en Buenos Aires.

Maradona todavía era muy joven, pero como siempre estaba atento a todo lo que pasaba y se decía a su alrededor. Cuando bajó del avión para poner la firma, Diego agradeció al club catalán por darle la chance de jugar en Europa: "Es una experiencia que quería hacer", declaró.

También, se acordó de su gente, de sus inicios: "De repente se me vienen muchas cosas a la cabeza, los pibes del barrio, mi familia, todos los que me ayudaron ... En lo económico sé que esto es muy importante".

Pero no todos parecían felices en Barcelona por su llegada. "La verdad es que me dolió mucho lo que dijeron algunos jugadores del Barcelona que están en la Selección, no lo esperaba. Creo que fueron Urruti, Sánchez y algún otro los que dijeron que pagar tanto por un jugador era una burrada".

Otros mostraban algunas contradicciones, como el alemán Bernd Schuster, una de las figuras de ese equipo: "La compra de Maradona es una locura, hasta los catalanes amantes del fútbol están indignados", decía Schuster en referencia a lo costoso de su pase.

"No quisiera estar en su pellejo, comenzará un verdadero acoso para él", agregaba.

Pero también mostraba alivio: "Ya no seré más el chivo expiatorio número uno cuando el Barcelona pierda, y los contrarios no me perseguirán con sus peores leñeros".

Si algo preocupaba en ese entonces a propios y extraños era cómo iba a ser tratado el 10 en un fútbol muy físico y en algunos casos, violento. Más tarde Maradona iba a sufrir a esos "leñeros": Andoni Goikoetxea le iba a quebrar la tibia y el peroné en una entrada brutal.

Schuster hablaba con conocimiento de causa: unos años antes el mismo Goikoetxea lo había lesionado también a él.

Allí seguiría su historia Maradona luego de su paso por Boca. Con altibajos, una grave lesión, una hepatitis que no lo dejaron rendir en plenitud. Más tarde llegaría al Napoli, donde finalmente no iba a dejar ninguna duda y terminaría confirmando lo que realmente valía.