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Modric: el 'rey' sigue en forma

MADRID -- Le dieron por acabado, por viejo y por jubilado. Quisieron hacer de su edad un límite para coartar su calidad. Muchos se atrevieron a dudar.

Luka Modric es un súper clase que, a sus 36 años, sigue dando lecciones de futbol. Aúna en su figura al futbolista total: crea juego, apoya a sus compañeros, tiene un toque inigualable y ayuda a defender. Lo tiene todo. Incluso, se anima a disparar para marcar pocos, pero fantásticos goles como el que vimos en Vigo.

El Real Madrid ha empezado el año como acabó el anterior: ganando y convenciendo. Ancelotti ha conseguido mantener el hambre de un bloque que funciona por encima de las circunstancias. Y por eso se ha ganado el favoritismo para repetir el título de liga conseguido el año pasado.

En ese engranaje perfectamente rodado, destacan varias individualidades como las de Courtois, Benzema, Vinicius o el propio Modric. Lo del croata es otra historia. Que a su edad siga teniendo esa regularidad es digno de asombro. Y no está al alcance de muchos.

En unos días se cumple el décimo aniversario de su llegada a Madrid. El 27 de agosto de 2012, Modric era presentado en el Santiago Bernabéu. Por entonces, los blancos eran un equipo que luchaba contra el, seguramente, mejor Barça de la historia. El croata llegó sin hacer mucho ruido y, al poco tiempo, ya se hizo dueño del centro del campo blanco. Su rapidez a la hora de pensar fue clave para el crecimiento de un equipo que, a los dos años, volvía a ganar una Champions League. Precisamente con Ancelotti en el banquillo…

Modric ha sabido superar el paso del tiempo superándose año a año. Y eso, en un fútbol cada vez más físico, tiene mucho mérito. No es cuestión de añadir horas de gimnasio para potenciar sus músculos. Es más cuestión de poner un objetivo a cada pase, una intención a cada mirada y un sentido a cada espacio. No hay mejor reciclaje que el de la creatividad.

Modric trasciende a los colores, a las rivalidades y a los forofismos. El aplauso es unánime y su admiración ilimitada. Cuando Borja Couce, su mano derecha, me dijo hace tres años que “el fútbol hablará de él como alguien humilde que hacía feliz a la gente” tenía razón. Porque el croata también es bondad, cercanía y naturalidad.

Que este año todos los aficionados del fútbol sigamos disfrutando de Modric porque lo agradeceremos. En un deporte que cada vez es más distante siempre se aplaude la sonrisa eterna del que es feliz con el balón a su lado.