Sevilla no vive un buen momento. Después de una muy irregular temporada, en la que peleó el descenso, pero que pudo salvar consagrándose en la UEFA Europa League, nuevamente atraviesa un presente turbulento. Pero este viernes, con una locura, Lucas Ocampos le regaló a la afición nervionense, durante unos minutos, una alegría.
El atacante argentino se hizo cargo de un penal caliente a los 82 minutos, con el marcador en desventaja (1-2) en casa, el Ramón Sánchez-Pizjuán. Y no solo empató el partido ante Alavés, sino que lo hizo pateando sin mirar: sí, no look. El arquero Antonio Sivera para su izquierda, pero el remate del ex River y varios equipos de Europa para el medio, mientras el santafesino de 29 años apreciaba a la hinchada.
No obstante, Rubén Duarte le dio la victoria al conjunto vasco a los 90 minutos, de cabeza. El autor de la apertura del marcador había sido argentino: a los 26 minutos, Nahuel Tenaglia, ex Atlanta y Talleres, la empujó abajo del arco custodiado por Marko Dmitrovic tras un testazo de Jon Guridi en el primer palo y festejó por primera vez en LaLiga.
Luego, el 2-0 de Kike García (2-0) y el descuento de Rafa Mir (70'), para terminar con la igualdad de Ocampos y la sentencia de Duarte, que le da tres puntos de oro al Alavés, que alcanzó los 20 puntos en igual cantidad de paritdos y se alejó de la zona de descenso.
Sevilla, por su parte, se estancó en 16 unidades y podría caer esta jornada en la zona roja. Esperable, teniendo en cuenta que ganó uno de sus últimos catorce partidos en LaLiga (seis empates y siete derrotas). Además, fue colista en su grupo de UEFA Champions League, rescatando apenas dos puntos de los dieciocho posibles.