Lesionado, con apenas unos minutos en el futbol de Arabia Saudita tras su decisión de abandonar Europa, hoy Neymar es más noticia por lo que hace fuera de la cancha que por sus logros deportivos.
BARCELONA -- Neymar Junior cumple este lunes 5 de febrero 32 años sin nada que ofrecer futbolísticamente. El fallido sucesor de Messi sufrió una rotura del ligamento cruzado en octubre de 2023 y no se confía en su vuelta a los terrenos de juego hasta, por lo menos, el mes de mayo. Su presencia en la Copa América está muy en el aire y aunque el médico de la selección brasileña Rodrigo Lasmar diera por hecha su ausencia por entender que no estará a tiempo de recuperarse, el delantero del Al Hilal mantiene la esperanza de estar presente en el evento.
El objetivo último de Neymar, sin embargo, se entiende otro que va más allá de la Copa América. El reto es recuperar la brillantez perdida y demostrar que está, todavía, a tiempo, de pasar a la historia como uno de los mejores futbolistas de este siglo.
Lejos de los más grandes pero sí entre los mejores. Aunque para eso debería, si está dispuesto, priorizar su profesión por encima de todo lo demás... Algo que muchos consideran que si no hizo en el pasado difícilmente hará en el futuro.
De aquel juvenil irreverente y mágico que explotó en el Santos en 2009, tres años después de pasar una prueba en el Real Madrid, apenas queda nada. El recuerdo de un impacto monumental, de un crecimiento exponencial y su época dorada en el Barcelona, club en el que vivió su mejor etapa futbolística... Y donde el entorno del futbolista, mezclada ya su imagen con el personaje, se preocupó más de sacar rédito económico de su figura a todos los niveles que de centrarse en su carrera deportivamente propiamente dicha.
A mediados de 2016, un año después de conquistar el triplete con el Barça, renovó su contrato con el club azulgrana hasta 2021. Sólo un año después abadonó el club por la puerta de atrás, con destino al PSG en el trasvase más alto de la historia y tras un verano que difícilmente será olvidado alrededor del Camp Nou.
Su huella futbolística en el PSG fue irregular. Cuando estuvo en condiciones su calidad y rendimiento respondió a las expectativas pero ya su imagen estaba atada a cualquier clase de escándalo. En 2019 fue acusado de violación en París, sufrió su segunda rotura de ligamentos, Nike rescindió su contrato y sintió que "mii mundo se derrumbró".
De aquel muchacho con una calidad sobrenatural para el futbol y que junto a Messi y Suárez había disfrutado de sus mejores días en un terreno de juego apenas quedaba nada. Menos aún de ser colocado en el olimpo de los cracks que aspiran a los premios individuales. Y poco, también, del jugador llamado a ser un líder incuestionable en cualquier proyecto de club.
Cumplió los 29 ya en un callejón de difícil salida, acumulando lesión tras lesión y cerró el año 2021 lesionado en un tobillo del que no acabó de recuperarse, hasta tener que ser operado a principios de marzo de 2023 en la que fue, ya su triste epílogo/despedida del PSG.
El último capítulo comenzó a escribirse el último mes de agosto, cuando fichó por el Al-Hilal de Arabia Saudita, semanas después de que, por enésima vez, se especulase con un retorno al Barcelona que él, en primera persona, deseó fervientemente hasta el punto de entrevistarse con Joan Laporta.
Quizá fuera ya demasiado tarde para cambiar el argumento de su carrera deportiva pero, por segunda vez en dos años, Neymar antepuso su deseo de volver al club en el que más feliz fue como jugador. Pero ni el PSG ni Xavi Hernández facilitaron ese regreso... Y la historia desembocó en el sorpresivo fichaje por el Al-Hilal, convirtiéndole en el segundo futbolista mejor pagado por detrás de Cristiano Ronaldo y en una apuesta que provocó que la opinión pública hablase ya de su final.
Se rebeló contra ello y marcando tres goles en sus primeros cinco primeros partidos con su nuevo equipo proclamó su intención de recuperar el tiempo perdido... Hasta que en octubre, jugando un partido con su selección ante Uruguay, volvió a romperse.
Una rotura del ligamento cruzado anterior y de menisco en la rodilla izquierda le mantiene ahora, otra vez, alejado de las canchas en el último percance físico de una carrera que no se sabe ya si le dará una última oportunidad.
Así, en el diván, cumple Neymar 32 años. Con la mirada puesta en la Copa América en una apuesta tan incierta como arriesgada, dado de baja federativa por su club, rumoreándose que en Arabia estarían encantados si se rescindiera el contrato y Brasil (el fútbol mundial de hecho) lamentando que el talento, brillantez y magia que mostró en el pasado puede no volver a verse más.