Barcelona pareció sentir este sábado ante Osasuna en El Sadar la catarata de partidos acumulados, perdió por 2-0 ante una muy buena versión de su rival y resignó su invicto, en un encuentro que fue válido por la octava fecha de LaLiga 2024/2025.
Hansi Flick decidió rotar y por eso la alineación inicial del equipo culé tuvo varios hombres que no son habitualmente titulares. La dinámica del conjunto lo sintió más de lo deseado, y el Blaugrana fue claramente superado por un local que tuvo en el español Bryan Zaragoza a su gran figura.
El joven ibérico fue quien se escapó por izquierda a los 18 minutos, dejó pagando a un Jules Koundé que pareció muy lento, y habilitó por alto con un centro milimétrico al croata Ante Budimir quien, justo entre los dos centrales de Barcelona, batió con un potente testazo al arquero de la visita, Iñaki Peña.
Sintió el golpe el equipo de Flick. Quedó desconcertado y Osasuna lo detectó. No se conformó con abrir el marcador y fue por más. Tuvo premio diez minutos más tarde, cuando Pablo Ibañez le dio un gran asistencia en cortada a Zaragoza, que quedó mano a mano ante el arquero y construyó una definición mágica: amagó con todo su cuerpo que iba a patear y, cuando Peña se tiró, pisó la pelota en velocidad y lo dejó anulado. Con el arco libre, la mandó al fondo de la red.
El resto de la primera etapa fue de Osasuna, que maniató a su rival y no le permitió acercarse con peligro a su arco.
Para el segundo tiempo, Flick acudió a sus titulares. Hizo ingresar al español Lamine Yamal y al brasileño Raphinha. La dinámica cambió.
El local perdió el dominio del encuentro y la mayor calidad individual del Barça se hizo notar.
No obstante, los de rojo venían aguantando bien los embates hasta que su guardameta, el español Sergio Herrera, se nubló a los 53 minutos: salió lejos para despejar, pero lo hizo corto y hacia un rival, Pau Víctor, que lo vio lejos del arco y pateó rápido.
No lo hizo con gran potencia y parecía que Herrera podía enmendar su error. Pero como venía retrocediendo, su volada fue imperfecta y no logró desviar el balón lo suficiente.
¿Se venía un final con Osasuna a pura defensa? Nada de eso. Porque si bien el local se replegó, nunca resignó la chance del contraataque.
El partido se volvió de ida y vuelta, pero rápidamente quedó claro que el local tiene aceitada la herramienta de las contras.
Budimir desperdició una muy clara a los 62 pero diez minutos después tuvo su revancha. En un nuevo contraataque, Sergi Dominguez le cometió penal y él mismo se encargó de ejecutarlo de forma magistral para el 3-1.
A los 84, Abel Bretones le puso la frutilla al postre. Le robó la pelota a Yamal en una salida de Barcelona y, casi sin pensarlo, sacó un zurdazo tremendo, imposible de atajar, para el 4-1.
Yamal metió un golazo de zurda a los 89, que sirvió para demostrar una vez más su estirpe pero no para torcer el destino del encuentro.