Luego de caer ante el Mónaco en la primera Jornada de la Champions League, el Barcelona no tiene margen de error frente al Young Boys
BARCELONA -- El Barça perdió el primer partido de la temporada, y de la Champions, en Mónaco, un choque marcado por la temprana expulsión de Èric García que disimuló en cierta medida la decepción que provocó... pero que motiva que su estreno como local no le permita ningún error, impensable en la teoría atendiendo al potencial (escaso) del Young Boys suizo.
Un partido que llegará con la figura de Hansi Flick en el primer plano, pendiente el entorno azulgrana de la reacción de un entrenador que, tal como hizo en Mónaco, se responsabilizó el sábado en primera persona de la derrota sufrida por su equipo en Pamplona frente a Osasuna que acabó con su inmaculada racha liguera.
La imagen de Flick se mantiene impecable ante una afición que le agradece la claridad de su discurso, la humildad y franqueza con que se expresa, la ausencia de excusas y, futbolísticamente, al ambición de su propuesta. Y, además, su conformismo. Consciente de la debilidad económica que no permite al club acudir como desearía al mercado, el germano se ha adaptado a la realidad impuesta, tira con lo que hay y apuesta, tanto por necesidad como por deseo, por la cantera.
Y es en este momento, en esta segunda jornada de Champions, cuando se espera la reacción de Flick tras lo sucedido en El Sadar. Aquellos que le recibieron con sorna y burlas en junio (llegó a ser llamado 'profesor de gimnasia') y permanecieron callados durante un mes, no tardaron el domingo en volver a señalarle por la alineación que presentó el sábado, sin atender a la necesidad con la que el técnico gestiona los minutos y descansos de una plantilla excesivamente corta.
El Barça está manteniendo en el terreno de juego una media de edad inferior a los 24 años. Hasta la lesión de Bernal llegó a unir tres futbolistas menores de edad (Cubarsí y Lamine Yamal). Y a ellos se suman otros como Sergi Domínguez o Gerard Martín cuya experiencia al máximo nivel es simplemente nula...
Estos son los mimbres con los que trabaja a diario un entrenador cuya figura no es discutida por la afición. Pero que, por más que desconozca qué es el entorno, sabe perfectamente que será examinado con lupa.