El 7 de enero de 1995 es una fecha muy especial para Iván Zamorano y para toda la afición del Real Madrid porque aquel día se produjo una de las goleadas más contundentes en la historia del Clásico español y una revancha inmediata a un año de una estrepitosa caída de los blancos ante Barcelona.
El equipo del atacante chileno, que en ese entonces era dirigido por Jorge Valdano, llegaba como líder de La Liga española en la jornada 16, contra un cuadro catalán expectante, a 7 puntos de distancia en la tabla.
El partido se celebró en el Santiago Bernabéu, estadio que fue testigo de una noche soñada para "Bam Bam", quien más tarde conquistaría el trofeo de líder goleador en la temporada 1994-95, el llamado "Pichichi".
Uno de los máximos referentes de la Selección Chilena venía torciéndole la mano al destino, así como la primera impresión al entrenador argentino, quien no quería contar con él en los inicios de su estadía en el Madrid.
Sin embargo, el buen presente del ex-Sevilla se vería coronado con una actuación consagratoria: Iván Zamorano le anotó los tres primeros goles al Barcelona, en lo que fue un duelo clave para escaparse en la cima y una devolución de favores tras el 5-0 de los culés en el Camp Nou el año anterior.
Zamorano, además, fue participé de todas las acciones que terminaron dentro del arco catalán, con un remate que dio en el palo y fue rematado por Luis Enrique para el 4-0 y, más tarde, con una asistencia para su amigo José Emilio Amavisca, lo que selló el 5-0 definitivo en una noche mágica en Madrid.
La magistral demostración del formado en Cobresal se sumó a un arranque de campaña notable, con 16 goles en 16 partidos jugados, siendo vitoreado en todos los rincones del Santiago Bernabéu.
Las consecuencias de la goleada en el derbi
Las repercusiones de ese partido fueron múltiples. En primer lugar, hubo un impacto en la rivalidad histórica, transformando ese compromiso en uno de los episodios más humillantes para la historia del Barcelona en El Clásico.
Un verdadero golpe a la moral para un conjunto blaugrana que, en ese momento, era adiestrado por Johan Cruyff y venía de ser campeón de La Liga 1993-94, algo que, por cierto, sembró dudas sobre el estilo de juego del estratega neerlandés.
A contraparte, se produjo un fortalecimiento en el liderazgo de Jorge Valdano con el Madrid, quien había asumido la dirección técnica ese mismo año y no estuvo exento de críticas al inicio.
La goleada, liderada por el hat-trick de Zamorano, terminaría por disipar las dudas en un equipo blanco que se alzaría con el título de La Liga 1994-95, gracias a un total de 28 anotaciones del chileno.
Finalmente, cabe destacar que aquel baile del Real Madrid tuvo un impacto permanente en La Liga, dado que aquel resultado es constantemente citado como uno de los más dispares en los registros históricos del clásico español.