Wojciech Szczesny, del Barcelona, no es un portero común: un tipo franco, poco ortodoxo y fuma. Tras su retiro, apunta a su mejor temporada.
BARCELONA -- Wojciech Szczesny no te creería si le hubieras dicho que jugaría el Clásico a principio de temporada. Se había retirado del futbol, se mudó a Marbella, en el sur de España, y estaba más preocupado por bajar su hándicap en el golf. Pero puede ganar su segundo trofeo como jugador del Barcelona este sábado, cuando el líder de LaLiga se enfrente al Real Madrid en la final de la Copa del Rey en Sevilla.
Quizás este cambio es una de las historias más improbables del futbol europeo este año, siempre fue el destino de un jugador que, en muchos sentidos, rompe con la tendencia del futbolista moderno. Desde que llegó al Barcelona, ha acaparado tantos titulares por fumar, meditar y hablar con una honestidad refrescante como por sus actuaciones, pero es esto último lo que lo ha puesto en el foco de atención de cara a la recta final de la temporada.
Tal vez retirarse discretamente de la Eurocopa 2024 con Polonia no fue la mejor opción para el ex portero del Arsenal y la Juventus. Despedirse con una temporada de cuatro títulos en el Barcelona le brindaría un capítulo final mucho más apropiado y justo para su carrera.
"Veremos si es una de las mejores [historias futbolísticas jamás presentadas]", declaró el jugador de 35 años a ESPN. "Es interesante. Puede convertirse en una de las mejores. Ya veremos cuando hablemos a finales de mayo".
Dicho esto, ¿quién puede decir que este es el último capítulo?
Deco, el director deportivo del Barcelona, confirmó que mantienen conversaciones para extender el contrato de Szczesny después del verano, que es cuando vence. Esto podría dar paso a una pelea por la titularidad con Marc-André ter Stegen (quien se recuperará de su lesión en cualquier momento), aunque es poco probable que Szczesny vaya tan lejos.
En cambio, él quiere seguir tras el triunfo de la Supercopa de España en enero y ahora la Copa del Rey de este sábado. Después, quiere ganar la UEFA Champions League, donde el Barcelona se enfrentará al Inter de Milan en semifinales, y LaLiga, donde los blaugrana tienen una ventaja de cuatro puntos sobre el Real Madrid a falta de cinco jornadas.
"En este momento el objetivo es obvio ", dijo Szczesny. "Estamos en la parte final de la temporada y seguimos en todas las competencias. No pienso perder ningún partido. Queremos traernos todos los trofeos a casa. Ahora es la parte emocionante de la temporada, cuando empiezo a sentirlo".
Szczesny estaba jugando al golf en Marbella cuando Ter Stegen sufrió una grave lesión de rodilla a finales de septiembre, en un partido de liga contra el Villarreal. La primera llamada fue de su excompañero, el delantero del Barcelona, Robert Lewandowski, para ver si estaría disponible para sustituir al portero alemán. Entonces llamó Deco. Y todo cambió.
Meses antes de anunciar su retiro, Szczesny dijo: "todavía me siento preparado para los retos, pero mi corazón ya no está ahí", tras 18 años dedicado al futbol. Al ver un equipo joven al ataque, al mando del entrenador Hansi Flick, liderado por Lamine Yamal, Raphinha, Pedri y su viejo amigo Lewandowski, le devolvió la ilusión.
"Al principio no lo sabía, fue muy rápido, muy ramdom", dijo. "Pero observaba al Barcelona y pensaba: ¿este equipo podrá hacer algo especial esta temporada? Sí. ¿Podré perdonarme si digo que no y hacen algo grande? No.
"Si viera a este Barcelona desde mi sofá en Marbella, sabiendo que podría formar parte de él, no me lo perdonaría".
La final de este año será la 123, en un torneo en el que Barcelona es el equipo que más ha ganado.
Tras 14 partidos en el banquillo con Iñaki Peña como portero titular, Szczesny finalmente debutó en enero contra el Barbastro de la cuarta división por la Copa del Rey. Durante el siguiente mes se presentaron altibajos: fue expulsado en su tercera aparición, la victoria 5-2 en la final de la Supercopa contra el Real Madrid en Arabia Saudí, y luego cometió varios errores en la remontada del Barça por 5-4 contra el Benfica en la Champions League. Sin embargo, Flick dejó claro que contaba con su apoyo para acabar con cualquier debate mediático sobre si Szczesny o el canterano Peña seguirían como número ante la ausencia de Ter Stegen.
Siguió una racha notable. El Barça había perdido sus dos últimos partidos del 2024, pero a principios del 2025 inició una racha de 24 partidos invicto, con Szczesny como portero en 22 de ellos. De no haber perdido contra el Borussia Dortmund en la Champions League la semana pasada, habría igualado a la leyenda del club, Johan Cruyff, en el tercer puesto como la racha invicta más larga (23 partidos) para un jugador del Barça al inicio de su carrera en el club; solo Paulinho (25 partidos) y Cesc Fàbregas (30 partidos) tuvieron mejores comienzos.
Ha jugado un total de 25 partidos, dejando su portería en cero durante 13 ocasiones y encajando 24 goles. Las dudas sobre su capacidad para jugar con una defensa tan adelantada se han disipado.
"Este es un equipo completamente diferente a todos los de Europa, en este momento", dijo. "Juegan de forma muy extrema. Es un juego de alto riesgo y alta recompensa. Nunca he jugado en un equipo así. ¿Puedo adaptarme? Es un proceso.
"Cuando te arriesgas y juegas por detrás de la línea alta, te vas a equivocar. No hay forma de evitar errores. Y, curiosamente, ocurrió en el [tercer] partido y me expulsaron, pero lo acepté.
"No estoy aquí para ser conservador. Intento hacer lo que el equipo necesita, y el equipo necesita un portero con la valentía suficiente para tomar esas decisiones difíciles".
La afición del Barça le ha tomado cariño, aunque la canción que cantan no es la que se esperaría: "Szczesny fumador". Es un guiño a que ha sido franco con respecto a su hábito de fumar.
El fin de semana pasado, en su fiesta 35 de cumpleaños, Anna, su esposa, publicó en redes sociales una foto de ella y Szczesny, con él luciendo una gorra con la palabra "fumador" garabateada bajo la visera. Durante una larga entrevista a principios de este año, bromeó diciendo que alguien le debía "muchas gracias por pasar 90 minutos sin fumar".
Incluso en charla con ESPN, no pudo evitar un comentario improvisado al elogiar a su equipo por darle tan poco trabajo. "Me facilita mucho el trabajo porque quieren defender y bloquean cada tiro, ganan cada entrada, cada cabezazo, y yo puedo, a falta de una mejor expresión, irme a fumar un cigarrillo", dijo.
Szczesny reconoce que es un mal hábito, dice que preferiría no hablar de ello y que la gente no debería seguir su ejemplo, pero no puede evitar ser honesto. Esto le permite ser coherente con todo lo que dice.
Fuentes detallan cómo su honestidad y personalidad ganaron rápidamente el respeto de sus compañeros, que lo conocen como "Tek", aunque todavía no está seguro de por qué ha sido elogiado por gente como Pedri por su comportamiento en el vestuario. "Me costará explicarles lo gracioso que soy porque se convertirá en un monólogo cómico", dijo Szczesny en rueda de prensa cuando le preguntaron por qué Pedri había calificado a su compañero como un personaje gracioso. "Además, no creo que Pedri entienda muy bien el inglés, así que no entiendo por qué lo dice. Simplemente intento ser yo mismo".
Es una actitud que pocos jugadores tienen hoy en día. Mientras muchos prefieren ser más reservados y revelar lo menos posible, Szczesny es directo, divertido y no se toma nada demasiado en serio. Cuando esa misma rueda de prensa comenzó con una pregunta sobre la posible pérdida de su puesto, si Ter Stegen estaba listo para el partido antes de que terminara la temporada, respondió: "¡Sin calentar, directo a las preguntas!".
Esto contrasta un poco con su personalidad tranquila en el campo. "Casi nunca se le ve nervioso", declaró el defensa del Barça, Eric García a ESPN. "Nos da mucha tranquilidad y seguridad saber que está ahí". Szczesny atribuye esa calma a la meditación, que comenzó cuando estaba cedido al AS Roma, hace casi una década. Fue un período difícil en su vida, ya que luchaba por no tener futuro en el Arsenal, al que, según dice, todavía sigue con fervor. Se recuperó de ese bajón para jugar en la Juventus siete años, donde aprendió de la leyenda del club, Gianluigi Buffon, antes de convertirse en el número uno del equipo de Turín. La meditación se ha convertido ahora en una parte clave de su preparación previa al partido.
"[El hijo de Ter Stegen] pensó que estaba durmiendo una vez", dijo. "Porque estoy sentado en una posición muy relajada, con los ojos cerrados y todo. Es un poco caótico antes de un partido, como siempre. Todos se están cambiando. Este está hablando, este, no sé, con auriculares puestos, y yo estoy sentado allí. Y parece que estoy durmiendo". Esa podría ser la escena en el vestuario del Barça en La Cartuja el sábado: Yamal disfrutará de su habitual rol de DJ, animando a Iñigo Martínez a bailar al ritmo del rapero Morad y a Lewandowski a cantar el último tema de Ozuna, mientras Szczesny cierra los ojos, se concentra en su respiración y se prepara para el siguiente capítulo de su regreso de ensueño.
"Toda historia tiene un final, pero en la vida cada final es un nuevo comienzo", dijo en una publicación en redes sociales cuando se retiró el verano pasado, sin saber qué sería ese nuevo comienzo ni cuándo llegaría. "Lo que me deparará este nuevo camino, solo el tiempo lo dirá. Pero si algo me han enseñado estos últimos 18 años, es que nada es imposible y, créanme, ¡voy a soñar a lo grande!".