BARCELONA -- El fichaje de Luis Suárez por el FC Barcelona se llevó a cabo después de que el club azulgrana no logró arrancar al Manchester City un acuerdo por el traspaso del Kun Agüero, quien fue el gran objetivo antes del uruguayo.
Así lo admitió Andoni Zubizarreta, quien un año después de su despido como director deportivo del Barça descubrió que a mediados de la temporada 2013-14 se trabajó por el fichaje del delantero argentino, futbolista muy próximo a Leo Messi y por quien la Pulga ya presionó en 2011.
"Suárez no era la primera opción. En invierno nos habíamos planteado el fichaje de Agüero, pero aquello no salió", explicó el ex ejecutivo azulgrana, que reconoció a Marca que al entender la imposibilidad de arrancar al argentino de Manchester fijaron sus ojos en el uruguayo. "En esa situación no había duda: Suárez era nuestro único objetivo", descubrió.
Zubizarreta explicó que el incidente con Chiellini durante el Mundial de 2014 provocó prisas en el Camp Nou. "Durante el proceso de negociación pasó aquello con Chiellini y provocó las dudas en muchos clubes que querían ficharle porque se cuestionó su carácter y no se conocía aún la gravedad de la sanción", señaló el ex director deportivo azulgrana, quien aceleró el tema: "Pensé que era el momento ideal para acelerar los trámites del fichaje".
De la misma forma, Zubizarreta fue también el responsable del fichaje de Luis Enrique como entrenador en lugar de Gerardo Martino, un técnico al que recibió con los brazos abiertos por bien que le llegó impuesto por Sandro Rosell.
"Necesitábamos un entrenador que añadiera energía a un vestuario sometido a temas muy duros, como la muerte de Tito Vilanova. Luis Enrique tenía la ventaja de conocer muy bien al club y a la cantera", refirió Zubizarreta, quien ni dudó en la conveniencia de la incorporación del asturiano ni, tampoco, en su permanencia en el peor momento, justo cuando él fue despedido, el 6 de febrero de ese 2015 tan curioso.
"La verdad es que me sentí solo y señalado", admitió Zubi, a quien le dolió especialmente la fama de vago que se instaló a su alrededor durante su permanencia en el cargo. "Me dolieron esos comentarios, las parodias, de que Zubizarreta no trabajaba. Otra cosa no hicimos, pero nos entregamos en cuerpo y alma a nuestro trabajo", proclamó el defenestrado dirigente, quien admitió, igualmente, su dolor por la marcha de Guardiola en el verano de 2012.
"Quizá mi mayor derrota fue que Pep no siguiera en el Barça, lo reconozco", rememoró el que fuera portero internacional. "Era uno de mis retos... Y suelo decir, ahora que nuestra amistad se ha quedado en un paréntesis. Me duele decirlo, pero desde que se marchó no hemos vuelto a hablar", explicó Zubizarreta.