BARCELONA -- La amenaza de divorcio entre el FC Barcelona y Qatar vivió este martes un nuevo capítulo al conocerse que el Bayern Múnich cerró un acuerdo de patrocinio con el emirato árabe.
El club alemán, a través de un comunicado de prensa facilitado a través de su página web, informó del acuerdo por el cual lucirá la publicidad de Doha Airport (HIA) en las camisetas de entrenamiento de la plantilla y por el cual recibirá 15 millones de euros por temporada.
La firma entre el Bayern y Qatar supone un duro golpe en la estrategia del Barça, donde ya es generalizado el temor de que el emirato tiene decidido romper su relación. De hecho, en el Camp Nou ya se sospechaba que el silencio de los ejecutivos de QIA no era gratuito y que estarían trabajando con otros clubs.
El contrato incluirá también colaboración en aspectos derportivos como sería la opción de que técnicos del club alemán asesoren a los de Qatar y condiciones ventajosas para las concentraciones que habitualmente realiza el equipo bávaro en las instalaciones de Aspire.
Firmado hace pocos días por el presidente Karl-Heinz Rummenigge con el principal responsable de la organización del Mundial de 2022 Hassan Althawadi, el acuerdo entre el Bayern y Qatar se contempla como un nuevo, y quizá definitivo, freno en las aspiraciones del FC Barcelona para renovar el contrato con Qatar Airways que finaliza al acabar esta temporada.
El club azulgrana, antes de las elecciones a la presidencia del verano de 2015, alcanzó por medio de su entonces vicepresidente económico Javier Faus un principio de acuerdo de renovación cifrado en unos 60 millones de euros por temporada, pero tras los comicios, Bartomeu quiso, presentando el triplete, renegociar el trato , lo que acabó por romper las relaciones entre ambas partes.
En los últimos meses el Barcelona ha intentado por todos los medios suavizar la relación con Qatar, pero se ha encontrado con la callada por respuesta desde el emirato. Fuentes cercanas al club azulgrana admitieron en su momento a ESPN la sospecha de que los ejecutivos del emirato hayan decidido abandonar al Barça para reforzar su apoyo económico al PSG, de su propiedad, y centrar sus esfuerzos en el Mundial que debe el país organizar en el año 2022.
La situación, ahora, ha dado un nuevo paso hacia el divorcio y a un perjuicio evidente para el Barça, que busca a la desesperada una alternativa para salvar una partida económica trascendental en los balances del club, ahora mismo en jaque ante los gastos que se le avecinan.
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