MADRID - El Clásico selló el triste desenlace de la gestión de Julen Lopetegui. Llegó al Camp Nou sentenciado por los malos resultados de las últimas semanas y salió con la condena en la mano después de que el Real Madrid sufriera la peor derrota en ocho años a manos del Barcelona, una goleada por 5-1.
En la capital española solo se espera a que la directiva confirme el inevitable cese, ya sea en las últimas horas del domingo o el lunes por la mañana, y con ello, el cambio de mando.
La situación de Lopetegui era un secreto a voces desde hace como una semana. En Valdebebas, desde las oficinas, gestores, todos, afirmaban que si perdía el Clásico, sería despedido.
Hasta el momento, el mejor posicionado para llegar al banquillo hasta el final de la temporada es el italiano Antonio Conte. Hace varias semanas que el nombre del entrenador italiano, recientemente desvinculado del Chelsea, venía cobrando fuerza como el principal candidato para relevar al entrenador español.
Según publicó el Corriere della Sera hace unos días, el Real Madrid se habría puesto en contacto con Antonio Conte durante el parón por fecha FIFA, algo que el club merengue no quiso confirmar ni desmentir. Poco después, tras la derrota por 1-2 ante Levante, trascendió que la directiva merengue había buscado nuevamente al entrenador italiano.
Según apuntan varios medios desde Italia, el técnico aún no ha dado el sí definitivo, pero se espera a que llegue a un acuerdo con la directiva de Florentino Pérez y que llegue a Madrid esta misma semana.
En caso de que el sucesor del vasco no llegue a tiempo para dirigir el encuentro de dieciseisavos de final de la Copa del Rey del próximo miércoles frente al Melilla de la Segunda División B, el entrenador del Castilla, Santiago Solari, podría fungir de interino.
Lopetegui había quedado sentenciado desde hacía semanas y solo lo había salvado el calendario. Desde Valdevebas se filtró que Florentino Pérez, presidente del Real Madrid había decidido destituirlo tras la derrota por 1-0 ante Alavés, el cuarto partido consecutivo sin ganar, o marcar siquiera. Se contuvo pues se atravesaba la fecha FIFA y apenas una semana después el equipo tendría que visitar al Barcelona en un partido en que se lo jugaría todo.
Por otro lado, la directiva necesitaba tiempo para encontrarle sustituto.
Dar con un hombre dispuesto a tomar las riendas de un equipo al que Zinedine Zidane había hecho campeón de Europa tres veces consecutivas había sido difícil.
El entonces entrenador de España no había sido la primera, ni la segunda, opción de la directiva. Pero el tiempo apremiaba, pues a un mes del inicio de la pretemporada, el 'proyecto' seguía sin cabeza. Su llegada fue controversial. Casi amarga. En la Federación Española no había caído nada bien que el equipo negociara a sus espaldas con el entrenador que estaba a punto de dirigir un Mundial. No se lo permitieron. El cese de Lopetegui ahorró al Madrid los dos millones de euros estipulados en su cláusula de rescisión. No sabía entonces que acabaría lamentándolo.
Cuatro meses después es destituido nuevamente. Esta vez por una razón deportiva.
La fallida gestión de Lopetegui quedará resumida en solo seis victorias, por dos empates y seis derrotas en 14 partidos dirigidos. Un título perdido, la Supercopa de Europa. La peor sequía en la historia del equipo merengue después de 481 minutos sin ver puerta y un equipo que se queda hundido hasta la novena posición de la tabla con solo 14 unidades; más cerca del descenso (seis puntos) que del liderato (siete) en el que se ha asentado Barcelona tras la goleada.