BARCELONA -- El futuro de Ernesto Valverde como entrenador del Barcelona no está en cuestión… Al menos hasta el 25 de mayo. El resultado en la final de la Copa del Rey que se dispute en esa fecha ante el Valencia marcará el futuro deportivo del primer equipo, con el técnico en el primer plano.
Apoyado sin fisuras por la plantilla, Valverde, quien renovó en febrero y ha aseverado por activa y por pasiva que no se plantea su salida, no goza del favor de toda la directiva, donde hay voces que cuestionan su falta de liderazgo en los momentos cumbre de la temporada y que apostarían por la llegada de un entrenador con mayor capacidad de imponer un discurso motivacional a los jugadores… Y que fuera menos cómodo para éstos.
Sin embargo, de momento, la junta impuso un mensaje de unidad inalterable, pidiendo que todos los esfuerzos se centren en la conquista de la Copa del Rey y la decepción existente por la humillación sufrida en Liverpool no provoque una depresión que aparte del escenario la final de Copa.
En busca del noveno doblete de su historia, la directiva liderada por Bartomeu trasladó un mensaje de tranquilidad, evitando entrar en pánico y retrasando hasta el 27 de mayo cualquier decisión. No se hablará hasta entonces de Valverde ni tampoco de fichajes, ni de bajas, cesiones ni, tampoco, del área deportiva comandada por Pep Segura, quien deberá, con todo, presentar un informe completo de su actuación durante la temporada y de sus intenciones inmediatas en cuanto a la confección de la plantilla del próximo curso.
El mensaje oficial no deja lugar a la duda. La Junta Directiva “comparte la decepción” del barcelonismo por “la eliminación” del equipo de Valverde en la Champions. “Agradece” el apoyo en Liverpool y el domingo ante el Getafe… Y asevera que es momento de “concentrar todos los esfuerzos del club en la preparación y consecución de la Copa del Rey. En este sentido la Junta pide el máximo apoyo a socios, peñistas y aficionados con el objetivo de alcanzar este reto” explicó el club en un comunicado que no fue acompañado por ninguna declaración institucional del portavoz del club.
El Barcelona quiere ganar tiempo al tiempo, confiando en que una victoria ante el Valencia en la final de Copa acabe por serenar los alterados ánimos existentes alrededor del club, entre aficionados descontentos con el rendimiento de la
plantilla, disgustados con el entrenador y que reclaman un golpe de efecto ante la nueva temporada.
Una victoria en la Copa que, además de apartar del plano la figura de Valverde, apagase las voces que desafían desde la oposición con una adelanto electoral. Una victoria que hiciera más fácil el inicio de las vacaciones, con la operación fichajes en el primer plano acelerando la anunciada contratación de De Ligt y no provocase mayores polémicas que la que ya se espera con la operación Griezmann, futbolista que gana enteros entre quienes deciden pero que sigue siendo muy contestado desde la grada.
La final de la Copa del Rey. Lo único que ahora mismo importa en el Barcelona.