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El Barcelona firma su peor campaña como visitante desde la temporada 2007-08

BARCELONA -- El Barcelona terminará la actual temporada con el peor registro de puntos fuera de casa desde la temporada 2007-2008, cuando solo fue capaz de lograr 23 de los 57 puntos en disputa. No ganó en Sevilla. Como tampoco lo hizo en el Bernabéu, San Mamés, Mestalla, Cornellà, Ciutat de València, Los Cármenes, El Sádar o Anoeta. De quince desplazamientos en LaLiga el campeón solo ha sido capaz de ganar seis (Getafe, Eibar, Leganés, Atlético, Betis y Mallorca). Le falta visitar al Celta, Villarreal, Valladolid y Alavés.

El equipo azulgrana apenas ha sumado 22 de los 45 puntos jugados lejos del Camp Nou y aunque ganara los 12 restantes se quedaría en 34, la peor cifra en 12 años y la sexta más baja de las 20 temporadas disputadas este siglo. Hay que marcharse a los dos últimos cursos de Frank Rijkaard para encontrar un rendimiento peor como visitante y más lejos aún, a aquellos desastrosos inicios de siglo, cuando en las primeras tres campañas llegó a quedarse en unos irrisorios 21 puntos (38.6 por ciento) conquistados a domicilio.

La revolución que en juego, intensidad, capacidad y resultados debía suponer la llegada de Quique Setién al banquillo azulgrana se ha quedado en casi nada. El equipo sigue tirando de los goles de Lionel Messi, que en Liga acumula el 40 por ciento del total del equipo desde el cambio de entrenador y su imagen colectiva se diluye en un triste deambular sobre el césped que, lejos de su guarida, le derrumba. Más aún que con el viejo técnico.

Con Valverde el Barça sumó solo 15 de 30 puntos como visitante, pero con Setién apenas contabiliza 7 de 15, habiendo sido derrotado sin excusa por Valencia y Real Madrid antes del pobre empate en Sevilla.

Mantiene el pulso liguero gracias a la contundencia de sus resultados como local. Desde que la pasada temporada le derrotase el Betis, el 11 de noviembre de 2018 y curiosamente dirigido por un atrevido Quique Setién, el conjunto culé acumula 25 victorias y dos empates (Valencia la pasada temporada y Real Madrid en la actual) en sus partidos jugados en el Camp Nou, en los que ha marcado 72 goles (una media superior a los 2,6 por encuentro) y ha encajado 17.

Pero la pasada campaña sumaba a estas alturas 34 puntos como visitante, habiendo cedido solo una derrota (2-1 en Leganés) y cuatro empates (Villarreal, Athletic, Atlético y Valencia). Así se entiende que entonces, en la jornada 30, fuera un líder sólido con 70 puntos y hoy esté pendiente del partido del Real Madrid en San Sebastián para mantener esta posición de privilegio.

Convertido en un equipo de andar por casa, al Barça le quedan por delante ocho auténticas finales sin margen de error. Sumar los 24 puntos en disputa se entiende innegociable si quiere enlazar su tercer campeonato consecutivo (algo que solo logró en dos ocasiones en toda la historia) en un sprint donde deberá recibir al Atlético que se juega puestos de Champions y Espanyol que huye del descenso, además de Athletic y Osasuna… Y que, con estos antecedentes tan dramáticos lejos del estadio, deberá visitar a un Celta que, invicto en las siete últimas fechas, se juega la permanencia o a un Villarreal disparado hacia puestos europeos, además de Valladolid y Alavés que, lejos hoy del descenso, podrían no tener las cosas tan seguras.