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El Barcelona cuenta con Messi, quien tiene contrato y no podrá irse sin pagar la cláusula de rescisión

BARCELONA -- Lionel Messi quiere abandonar el Barcelona. La noticia más temida alrededor del Camp Nou acabó por convertirse en realidad, trasladando el jugador argentino al club azulgrana su deseo de marcharse ejecutando la cláusula de su contrato que le permite rescindirlo unilateralmente al final de cada temporada.

Una fuente autorizada del Barcelona confirmó a ESPN el recibo de un burofax por el cual el argentino solicitaba la rescisión de su contrato, dejando claro que la posición del club es "inamovible. La cláusula liberadora expiró el 10 de junio, lo especifica bien claramente, y se entiende sin ninguna duda que tiene contrato en vigor". Además, reiteró que el club desea que el argentino se retire como azulgrana.

"El club cuenta con él, Leo es el capitán, tiene contrato y no se interpreta nada más a partir de ahí”, convino la misma fuente, no entrando a valorar lo que pueda suceder a partir de ahora. "Se ha dado acuse de recibo al burofax y ya está, no hay nada más que decir del tema”, resolvió, no entrando a valorar la posibilidad de un traspaso por una cantidad inferior a los 700 millones de euros (827 millones de dólares) que marca la cláusula de rescisión "porque eso sería entrar en un terreno que el club no contempla".

El futbolista argentino entiende que a pesar de que la cláusula caducaba a finales del mes de mayo, las especiales circunstancias por la crisis del coronavirus cambiaron el escenario y tendría en su mano la opción de mantener esa posibilidad. Leo se comunicó este martes con el Barcelona a través de un burofax en el que dio a conocer sus intenciones y quedando a la espera de la reacción del club azulgrana.

Messi, más furioso y harto que simplemente decepcionado tras la humillación con que cerró el Barça la temporada en Lisboa, quedó a la espera de conocer los acontecimientos que se desarrollaron en el club a partir del partido frente al Bayern y si ya le quedó marcado el discurso del presidente, la reunión que mantuvo con Ronald Koeman resolvió todas sus dudas, llevándole a decidir su marcha.

Al capitán, que le trasladó al técnico holandés sus dudas y le advirtió que se veía más fuera que dentro del club, no le convencieron los argumentos de Koeman y, además, se mostró dolido por la manera en que el Barcelona trató la salida de Luis Suárez, entendiendo un maltrato fuera de lugar.

Esa sería la gota que colmó el vaso del crack argentino, quien a partir de todos esos movimientos aceleró su determinación hasta enviar la comunicación definitiva al club.

¿GUERRA?
La decisión de Messi se entiende irrevocable y definitiva, no teniendo ya intención de acudir el domingo a la Ciudad Deportiva para pasar las pruebas médicas ni mucho menos iniciar los entrenamientos el lunes.

La salida del crack, sin embargo, no se aventura un asunto sencillo por cuanto el Barcelona, a falta de reacción oficial, mantiene su posición inicial de que su libertad está cifrada en 700 millones de euros y que, tal y como publicó en su momento ESPN Digital, llegado el caso de que quisiera marcharse existe en el seno de la junta una corriente de directivos favorables a negociar un traspaso... Aunque nunca, de entrada, dejándole marchar gratis.