BARCELONA -- Ronald Koeman hizo su primera criba para el amistoso de estreno del Barcelona, este sábado, frente al Nàstic de Tarragona. La plantilla azulgrana se entrenó por la mañana y al término de la sesión el club facilitó una lista de convocados que dio a entender por donde van los planes del técnico holandés. Reclutó a 25 futbolistas (cinco con ficha del filial y dos, Pedri y Trincao, pendientes aún de tener ficha), dejando fuera de la relación a Luis Suárez, Arturo Vidal y Rafinha, cuyo futuro inmediato, ya sin disimulo, apunta a dejar la entidad.
Además de ellos, Koeman lanzó otro mensaje inequivoco descartando a Wagué y Matheus Fernandes, el mediocampista brasileño por quien el Barça pagó 7 millones de euros al Palmeiras en enero y que tuvo un paso muy discreto por el Valladolid en la segunda mitad de la pasada campaña. Ambos, también, deberían tener las horas contadas en el club.
Igualmente no entraron en la lista los lesionados Ter Stegen, Ansu Fati y Umtiti, de la misma manera que quedaron fuera Pjanic (quien realizó su primer entrenamiento en solitario) y Todibo (alta de coronavirus y también ejercitándose en solitario). En el caso los dos centrales franceses queda la duda de saber si de estar en condiciones habrían sido tenido en cuenta por Koeman o estarían en la misma situación que los descartes. Al frente de la convocatoria Lionel Messi, cinco días después de sumarse al trabajo, y dispuesto, se entiende, a liderar el proyecto.
La operación salida pretende acelerarla el Barcelona durante esta próxima semana y Arturo Vidal apunta a ser el primer descarte en abandonar el club. El chileno, que se ejercitó con normalidad este sábado, tiene prácticamente cerrado su trasvase al Inter de Milán. Fuentes del Barcelona no desmintieron a ESPN Digital una información de Mundo Deportivo respecto a que Vidal habría renunciado al salario de esta temporada en el Camp Nou para facilitar una entente definitiva con el Inter, que le esperaría en Milán este mismo fin de semana para cerrar la operación.
Menos definida, aunque sí clara, parece la situación de Luis Suárez y Rafinha Alcántara. El delantero uruguayo, tercer máximo goleador histórico del Barça, se mantiene firme en finiquitar su contrato con el club solamente si se le paga el año de contrato restante que tiene firmado y mientras se suceden las especulaciones y mensajes contradictorios a su alrededor guarda silencio, lanza mensajes crípticos en sus redes sociales y acude a los entrenamientos como si tal cosa, sabedor de que tiene las cartas ganadoras.
Con Rafinha ocurre otro tanto. Sin un club dispuesto a poner los 15 millones de euros que reclama el Barcelona por su traspaso y el Celta esperando, y casi desesperado, a que el club azulgrana rebajase sus exigencias para de esta manera poder alcanzar un acuerdo económico con el propio jugador, éste sigue entrenando... Pero si en días pasados llegó a rumorearse que pudiera, en caso último, tener una oportunidad en la plantilla azulgrana, su ausencia en esta primera lista de Koeman deja bien claro que no debe tener cabida en el vestuario cuando se haya cerrado el mercado.
ATASCO
El Barcelona de Koeman entra en acción, 29 días después de la debacle de Lisboa, con un atasco considerable en lo que a renovar la plantilla se refiere. Hasta el momento solo Arthur y Rakitic abandonaron el club, alrededor del cual empieza a extenderse una mezcla de urgencia y pánico en la confección definitiva de los jugadores que entrarán en la lista oficial para entregar a LaLiga.
Más allá de los casos principales de Suárez y Vidal, se trabaja en las salidas anunciadas de Rafinha, Umtiti, Todibo, Miranda, Monchu, Akieme, Collado, Wagué y Matheus; manteniéndose en duda la permanencia de Braithwaite, Semedo, Junior Firpo y Aleñá, por quienes se recibiría de buen grado una buena oferta de traspaso. Coutinho está llamado a quedarse, en una segunda oportunidad tan apadrinada por el entrenador como obligada por su alto cachet y, por fin, habrá que decidir qué hacer con Pedri, de quien no se descarta una cesión toda vez que el no ascenso del Barça B impide contractualmente darle ficha del filial.
En el club se tiene clara la imposibilidad de atacar fichajes si antes no se adelgaza la nómina de futbolistas y en esa circunstancia se entiende en punto muerto cualquier negociación por Depay, por García, por un lateral (sumándose a los futuribles Bellerín), Wijnaldum y mucho menos Lautaro Martínez, cuya cotización escapa a las posibilidades del Barça.