BARCELONA -- El mercado de fichajes de invierno se derrumbó esta temporada en Europa y tocó fondo, especialmente, en España, donde apenas se superaron los 20 millones de euros en transacciones, la cifra más baja desde enero de 2014 y con los dos clubes más grandes, Real Madrid y Barcelona, quedándose a cero en cuanto a gasto.
El Atlético de Madrid, líder destacado en la Liga, invirtió solamente 1,5 millones por la llegada en calidad de cedido de Moussa Dembélé desde el Olympique Lyon, en una operación que, si se convierte en fichaje a final de curso aumentaría hasta 35 millones.
Lejos quedan los tiempos de gastos alegres como cuando en enero de 2019 el Real Madrid pagó 17 millones de euros por Brahim Díaz al Manchester City, seis meses antes de acabar contrato, o el Betis 14 al América por el joven Diego Láinez. Más aún es el contraste al hablar del Barça, que un año antes, en 2018, invirtió casi 132 entre Philippe Coutinho y Yerry Mina, que hoy, con los variables del brasileño, aumentó hasta los casi 158.
En aquel mercado de hace tres años los clubs llegaron hasta los 287 millones de gasto, un record tan disparado y absoluto que hoy no son más que un recuerdo, que descendieron a los 83 en 2019 y volvieron a subir, por última vez y ya se verá hasta cuando, en 2020.
Hace ahora un año los clubs de Primera División en España invirtieron casi 98 millones de euros en fichajes, con el brasileño Reinier en primer plano: el Real Madrid pagó 30 millones por él al Flamengo para cederle al Borussia Dortmund. En el mismo mercado el Villarreal pagó 23 por Paco Alcácer, el Sevilla 20 por En-Nesyri, el Barça 18 millones por Braithwaite o el Getafe 8 por Cabaco.
Protagonista destacado fue el Espanyol, que invirtió un total de 43 millones en los fichajes de Raúl de Tomás (22,5), Embarba (10), Cabrera (9) y Olazábal (1,5) en un desesperado intento de salvar la categoría... Lo que no pudo conseguir a final de curso.
Todo ello ocurrió dos meses antes del desastre del coronavirus, que provocó el cierre patronal, la interrupción de todas las competiciones y una trágica desaparición de ingresos que ha lastrado las cuentas de todos los clubs. Unos más que otros... Pero un desastre general.
FRENO TOTAL
El covid-19, que ha supuesto perdidas multimillonarias para los clubs ha frenado en seco esas ambiciosas inversiones de años anteriores en este mercado considerado de urgencia o de retoques a mitad de temporada. El Barcelona, atrapado en la peor pesadilla financiera que se recuerda, cercano a los 1,200 millones de euros de deuda, personaliza el paradigma de esta situación general: ni tan solo pudo arrancar una negociación por acelerar la llegada de Eric García o Memphis Depay, que acaban contrato a fin de curso, como habría deseado Ronald Koeman.
En el Camp Nou se impuso una política de guerra ya desde el verano, cuando se malvendió, de cualquier forma, a Luis Suárez, Rakitic o Arturo Vidal, más por rebajar la masa salarial que por ingresar un dinero que fue casi ficticio. Ahora, en enero, apenas si se contabilizará el ahorro del salario de Aleñá (cedido al Getafe) después de que se hablara mucho de las posibles ventas o cesiones de Matheus, Junior Firpo o Braithwaite que no se concretaron.
Y no ha sido muy distinta la situación en el Real Madrid. Si en verano su gasto ya fue cero e ingresó 93 millones de euros con las ventas de Achraf, Reguilón, Óscar Rodríguez, Javi Sánchez, Alberto Soro, Dani Gómez o De Frutos, ahora en enero ha obtenido otros 3 millones con las cesiones de Odegaard al Arsenal y Jovic al Eintracht, atendiendo a que la
recuperación de Kubo desde Villarreal y posterior cesión al Getafe fue por 1,25 millones de salida primero y entrada después. De esta manera Real Sociedad y Sevilla coparon casi tres cuartas partes del gasto total de los clubs españoles, invieriendo entre ambos 15 millones de euros en los fichajes de Carlos Fernández (10) y el Papu Gómez (5) respectivamente.
En el caso de los vascos, el joven delantero andaluz ocupará la plaza de Willian José, cuya cesión al Wolverhampton (que tendrá una opción de compra por junos 25 millones) le supone a la Real un ahorro cercano a los 2 millones en salario mientras que el Sevilla aún tendrá un balance positivo, puesto que los 5 millones pagados al Atalanta por el Papu quedan suficientemente compensados con los 10 cobrados a la Real.
El Villarreal pagó 2 millones al Watford por el fichaje de Capoue y a partir de ahí solo hubo desembolsos por cesiones. 1,5 millones pagaron Atlético por el referido Mousa Dembélé, 1,25 el Getafe al Real Madrid por la de Kubo (tras su paso invisible por Villarreal), 500 mil euros pagó el Celta por Augusto Solari al Racing de Avellaneda y 300 mil el Valladolid al propio Celta por Olaza.
Las demás operaciones, 21 para un total de 28, fueron a coste cero, ya fueran cesiones o trasvases sin pago. La crisis del coronavirus ha supuesto el comienzo de una nueva era en el fútbol español. Lastrados por pérdidas que LaLiga calculó por encima de los 600 millones a causa de la pandemia, en los clubs se ha impuesto un recorte monumental. Y habrá que ver hasta cuándo..