SAINT MARTÍN DE RÉ -- Francia se desvive entre el miedo y la pasión por la Eurocopa, con 23 selecciones buscando su lugar... Y España marcando el ritmo futbolero.
Diez partidos oficiales consecutivos ganando y sin encajar un gol acumula la Roja, que desde su eliminación en la primera fase de la Eurocopa de 2004 lleva disputados 14 encuentros en las fases finales (2008, 2012 y acutal) sin perder (12-2-0) y los últimos siete dejando su portería a cero.
No hay, de momento, equipo capaz de hacer sombra a la campeona y si tras el estreno frente a la República Checa comenzó a mostrar sus cartas, la exhibición ante Turquía la catapultó a ojos de todos al primer puesto entre los favoritos.
Vicente del Bosque proclamó en la previa su confianza en el grupo asegurando que "cualquier cambio no cambiaría las sensaciones" pero por primera vez después de 52 partidos repitió su alineación y sus jugadores enseñaron el músculo que les otorga toda la fuerza.
España defiende bien, ataca bien y se desenvuelve mejor bajo la batuta de un Iniesta mayestático, que por segunda vez fue considerado el mejor del partido, y que dirigió con pie maestro el aplastamiento sobre una Turquía rendida a la evidencia a ojos de toda Europa.
El seleccionador frena dentro del camerino la euforia que se vive alrededor de la selección y traslada con su discurso esa frialdad alejada del papel de favorito que disfruta su equipo, pero si las sensaciones no engañan, los números lo hacen todavía menos.
Desde que perdió el 9 de octubre de 2014 en Zilina frente a Eslovenia (2-1) en la segunda jornada de la fase de clasificación, España lleva enlazadas diez victorias sin encajar un gol.
Y en fase final de Eurocopa, desde que el 20 de junio de 2004 cayó en Lisboa frente a Portugal (0-1) en la última jornada de la primera fase para ser eliminada, ha disputado 14 partidos, con 12 victorias y dos empates (ante Italia y Portugal para derrotarles en penaltis) y ha enlazado los últimos siete sin recibir ni un gol.
EL 9 RECUPERADO
Y si atrás, ya fuera antes con Casillas o ahora con De Gea, España mantiene el candado puesto, delante Del Bosque ha encontrado con Morata el '9' que tan desesperadamente buscó la Roja desde el final de la etapa de Villa o Fernando Torres.
La España que se colocó en la cima a las órdenes de Luis Aragonés y se mantuvo en ella con Del Bosque tuvo en Fernando Torres y David Villa a futbolistas plenamente integrados en el organigrama táctico de la selección.
Iniesta, Xavi, Cesc, Busquets, Alonso... Sabían dónde encontrarles en un juego de combinación donde su movilidad abría espacios para la segunda línea y no precisaban jugar en estático. La eclosión de Diego Costa en el Atlético de Madrid le dio paso a la selección. Y con el hispano-brasileño el cambio fue brutal.
Jugador de pelea, menos ágil pero más directo que sus antecesores, el resultado del hispano-brasileño fue desolador para él y para el equipo nacional: un gol en diez partidos oficiales, un fiasco brutal en el Mundial de Brasil y la sensación de un cambio de ciclo abrupto y amargo por delante.
Pero Morata ha recuperado el recuerdo del mejor Fernando Torres. El jugador de (todavía) la Juventus no sabe en qué equipo jugará la próxima temporada pero sí tiene claro su papel en la selección. Lejos de ser estático, cae a las bandas, toca en combinación, se desmarca con fluidez y llega desde atrás con potencia.
Y las críticas, algunas, que se escucharon tras su partido frente a la República Checa desaparecieron tras el doblete anotado a Turquía.
"Un mal partido puede echarlo todo a perder", se escuchó este viernes en Niza, donde Vicente del Bosque fue claro: "Todavía no hemos ganado nada". Alrededor de la selección, sin embargo, existe el convencimiento de que con esta imagen nada está vetado.