Es el menor de los hermanos López y apunta a escribir su propia historia en el arbitraje de la región
CIUDAD DE GUATEMALA -- Clasificar al Mundial ha de ser una de las sensaciones más deseadas en el fútbol. Estar en dos eventos durante un mismo año es difícil de explicar. Quien tendrá esa dicha histórica es el árbitro guatemalteco Bryan López.
El menor de los López iba camino al colegio de su hija cuando recibió la noticia. Había sido nombrado como árbitro para la Copa del Mundo Sub-17 de la FIFA Indonesia 2023. En la lista figuran otros 17 árbitros, 36 árbitros asistentes y 18 árbitros asistentes de video para el Mundial juvenil, que se desarrollará del 10 de noviembre al 2 de diciembre.
Será la culminación de un año sensacional para el central, quien vivirá su segunda Copa del Mundo, después de haber sido convocado al Mundial Sub-20 Argentina 2023. Y es que nunca se habían realizado dos mundiales en un año, pero la pandemia obligó a modificar los calendarios deportivos de la FIFA.
López va con tripleta guatemalteca. Se hará acompañar del experimentado Humberto Panjoj y de Luis Ventura, quien empieza a ganarse un espacio importante en el arbitraje de la Concacaf.
El arbitraje en la sangre
Bryan López va en el auto camino a recoger a su hija al colegio cuando recibe la noticia. No es más que la ratificación del trabajo de todo un año. Confiesa que es un objetivo que se había planteado a inicios del 2023.
“Fue una meta que me trace a inicio de año. Platicaba con mi hermano y por ahí con un par de amigos acerca de cómo iba a estar el año en cuestión de fútbol y se veían los dos mundiales, era el proceso que yo traía y, con la bendición de Dios, el soporte de las autoridades y el sacrificio de mi familia, se logra la hazaña”.
López se refiere a su hermano Walter, quien estuvo como cuarto árbitro en el Mundial de Rusia 2018 y es uno de los referentes del referato en la región. Bryan, además, es hermano de Ever (exárbitro) y Gerson (exárbitro asistente). La familia López es sinónimo de arbitraje, todo gracias a don Miguel.
“Tenía 13 años, yo ya tenía visualizado que el arbitraje iba a llegar a mi vida en algún momento, crecí en un hogar que hablaba de fútbol y de arbitraje. Un día mi papá me habla y me dice ‘prepárate porque mañana tienes que arbitrar’. Yo ya sabía algo, pero en la noche nos pusimos a repasar. Al día siguiente fuimos a arbitrar”.
Fue en un torneo amateur, un empresarial, y trabajó como árbitro asistente. Confiesa que no le fue muy bien, pero le gustó la sensación y más cuando su padre le pagó el trabajo. “Me gustó mucho y cuando salí de la cancha dije ‘quiero estar ahí’, pero cuando mi papá me pagó pensé, ‘definitivamente esto es lo mío’. Ya empecé a hacerlo de forma más regular”, sonríe.
A los 16 años sacó los cursos en la Federación Nacional de Fútbol y ahí empezó la historia en el referato profesional. “Desde ahí ha sido un trayecto magnífico, disfrutando del proceso porque inicié en la Tercera y Segunda División”. Debutó en Liga Nacional a los 22 años.
“Lo hice bastante joven, igualando el récord en poder de mi hermano Walter. Debuté en un partido de Municipal contra la Universidad, en julio del 2010”. Bryan reconoce que el apoyo de su familia ha sido fundamental para su desarrollo, pero sin el trabajo, la disciplina y la constancia que ha inyectado no podría haber crecido y madurado.
Hoy escribe su propia historia. La ilusión es hacer un buen trabajo en Indonesia 2023. “La gente podrá decir que es fácil ir a dos mundiales en un año, pero es un trabajo de mucho tiempo atrás. Ser seleccionado para este tipo de eventos hace imposible recordar los inicios, esa ilusión con la que inicié aquel día”.
Bryan López es árbitro FIFA desde 2017. Ha dirigido en varios premundiales juveniles, ha estado en torneos de clubes internacionales y en Copa Oro. Después de ser árbitro de soporte en el Mundial Sub-20 de Argentina 2023 apunta a dirigir en la Copa del Mundo Sub-17 de Indonesia 2023. Su esposa y su hija, con quienes habla siempre antes de un juego, están orgullosas.