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El Man City también juega bien en los despachos

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Manchester City marcó su gol más importante en los tribunales (1:26)

Los abogados del conjunto 'Citizen' ganaron su apelación en el TAS y podrán jugar en Europa la siguientes temporadas. (1:26)

Cuando parecía que el partido se acababa y que el Manchester City cuajaría una de sus peores derrotas desde que su multimillonario proyecto se puso en marcha -tal vez la peor de todas- un cambio de 180º en la historia le permitió al equipo de Pep Guardiola protagonizar una de sus mejores remontadas… eso sí, muy lejos del campo de juego.

La UEFA había puesto contra las cuerdas al City el pasado 14 de febrero. Un castigo de dos años sin competir en sus torneos, en la Champions que es donde juegan los citizens; y una multa económica que pasaba a segundo término y que acabó en un chiste solamente. Violaciones al Fair Play financiero regido por el propio organismo que controla -al menos hasta ahora el futbol en Europa- habían dado pie a una sanción sin precedentes.

Pero por más duro que pudo ser el golpe, el Manchester City no desfalleció. Aguantó a pie firme y, aunque mareado por la ofensiva recibida, plantó cara y hasta amenazó con contraatacar. Fue entonces cuando apareció el TAS.

El equipo inglés llevó su caso ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo que este lunes anunció su falló. Si UEFA golpeó fortísimo al City, la respuesta devuelta por el equipo de la familia real de Abu Dabi fue brutal. Tan es así que ha dejado en cuenta máxima y al borde del KO a la institución que preside Aleksander Ceferin.

Y es que visto lo visto queda la impresión de que UEFA decidió ponerse son Sansón a las patadas. Primero porque el organismo europeo no ha hecho más que perder fuerza, credibilidad y apoyos en los últimos años. Hasta los clubes más “tradicionales” que siempre vieron con buenos ojos que se tratara de controlar el dinero con el que equipos pertenecientes a Estados soberanos -como este City o el PSG y su apoyo catarí-pretenden tomar ventaja, ya habían marcado su distancia. Y segundo, porque en el mundo capitalista en el que vivimos hoy, si quieres ganarle un pleito legal a un rico necesitas, o ser más rico o haber armado muy bien el caso.

La UEFA no tuvo ni uno ni lo otro. Terminó exhibida por sus propios reglamentos que le permitieron a la defensa del equipo inglés apelar a que buena parte del expediente contra su cliente había expirado. Jugó también la forma en la que UEFA, vía un hacker que hoy enfrenta un sinfín de demandas, había sido recibido la información de las supuestas irregularidades.

Como haya sido, el fallo del lunes no hace más que confirmar el enorme poder que, al menos en el futbol pero también en casi cualquier cosa, siguen acumulando los más ricos y que les permite vivir en algo bastante cercano a lo impune.

Tampoco por condenar o querer etiquetar al Manchester City, que lejos está por cierto de ser el único club que pretenda sacar ventaja de reglamentos cojos como fue el caso. Simplemente se trata de saber que había infracciones cometidas que ameritaban ser castigadas, como ya había pasado antes con el PSG o el Milan. O como pasó con el Barcelona, el Real Madrid, el Atlético o el Chelsea cuando el tema pasó con los fichajes de futbolistas menores de edad. Aquellas veces también hubo apelaciones y en casi todas, los equipos rebajaron el castigo que se pretendió imponer.

El triunfo del equipo inglés es así inobjetable, al menos por la vía legal. Si los de Guardiola nos han acostumbrado a victorias categóricas que nos permiten muchas veces afirmar que se trata de uno de los conjuntos que mejor juegan en el mundo; el de ahora, sin lo vistoso que suelen ser los otros, resulta igual o hasta más importante y nos confirma que el Manchester City, también juega bien en los despachos.