Existe un refrán futbolístico que reza: "Goles son amores". El dicho será puesto a prueba como nunca en Napoli. Porque el nigeriano Victor Osimhen, que esta semana estuvo enfrascado en un fuerte conflicto con la institución del sur de Italia, anotó el segundo tanto en la victoria por 4-1 sobre Udinese por la Serie A.
Los problemas comenzaron con una controversia provocada por la publicación de un vídeo de humor publicado en la red social TikTok del propio club, sobre su fallo ante Bologna desde los once metros en la fecha pasada.
A eso le siguieron las airadas quejas del representante del delantero nigeriano, que amenazó con realizar acciones legales contra el club.
Y terminó de estallar este mismo miércoles cuando Osimhen llegó a la práctica y no saludó a sus compañeros.
En la cancha, sin embargo, el nigeriano fue el de siempre: allí adentro recuperó el diálogo con sus colegas y mostró su habitual ambición para romper las redes rivales.
Ni siquiera le hizo mella que su entrenador, el francés Rudi García, no lo eligiera a él para ejecutar el penal que tuvo su equipo a los 15 minutos, pese a que en la semana lo había ratificado como el pateador asignado.
20 minutos después se tomó revancha. Metió uno de sus desmarques en velocidad y recibió un gran pase de Politano entre líneas. No falló y se fue a festejar con todos los que estaban en el banco de suplentes menos, claro, el propio García.
Los rumores de desvinculación que ya habían empezado a sonar esta semana se esfumaron... ¿o no?