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Blog de Rafa Ramos: América, más cerca del altar que de la tumba

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Pese a sus ausencias, el América resolvió a su favor una compleja visita a San Luis y demostró que es el gran candidato a ganar el título.


LOS ÁNGELES -- Y, sin embargo, América se mueve. Y no sólo se mueve, se aleja. Y se fortalece. Y lo hace, precisamente, entre las emboscadas de la adversidad.

Este miércoles, los aborrecidos de Coapa tuvieron, tácticamente, el juego más complejo. Lo encararon sin parte de su columna vertebral: Diego Valdés, Julián Quiñones, Brian Rodríguez e Igor Lichnovsky.

¿El más complejo? Porque enfrentaron al exconsorte táctico de André Jardine. Gustavo da Silva Leal conoce todos los secretos de su exjefe. Seguro conoce hasta la contraseña de su celular y de su cuenta de Tinder. Claro, la frase encaja: todo lo que sabe Da Silva Leal se lo enseñó Jardine, pero no todo lo que sabe el técnico del América se lo enseñó a su homólogo de San Luis.

Claro, América voltea a la banca y encuentra soluciones, mientras espera que los trabajos de laminado y pintura en su hospitalito se aceleren. Y tiene a Henry Martín, quien esta noche de miércoles emergió entre el tortuguismo mental y físico de sus adversarios, para anticipar y pulcramente aniquilar a San Luis, con la cita letal que le hizo Richard Sánchez desde 30 metros.

Sin duda tiene mérito Jardine y al menos, hasta antes de la cita en Liguilla, puede vestirse de gala. Cierto, se le deshilachó el frac con la Leagues Cup y estuvo a punto de caerse un botón de credibilidad ante Toluca, y le enervaron las visitas al camposanto de Querétaro y Mazatlán, pero el Nido se siente cómodo en el risco de la Liga MX.

Entre el abominado torneo con la MLS, amistosos y cesiones en Fecha FIFA, Jardine ha hecho exitosos malabares, lo cual certifica que en la semana se trabaja. En los más recientes encuentros ha montado andamios distintos. Ha ido del 4-2-3-1, pasando por el 4-3-2-1, e incluso con un 4-3-3, y cuando el agua le llega al cogote, como ocurrió por momentos ante San Luis desembocó en un, desarticulado, cierto, 4-5-1.

Santiago Baños soltó ante ESPN un anzuelo o pista que puede marcar diferencia entre Jardine y Fernando Ortiz. “El jugador se siente más cómodo, más respaldado”, fue más o menos la sentencia que acuñó. Cierto, ya antes había dicho algo similar de Ortiz respecto al Indiecito Santiago Solari.

Tal vez, sólo tal vez, ese sea el pequeño ingrediente para que América no se quede esta vez estancado en la Liguilla, de acuerdo con lo que afirma este director deportivo, quien –según confesó–, repudia estar en los juegos en vivo y en directo, y prefiere ver los condensados en la comodidad ostentosa de su oficina.

Más allá de las ausencias y del algoritmo táctico de Jardine, hay un par de detalles más para respaldar la capacidad del América como categórico contendiente al título, al margen de que pueda entorpecerla la Fecha FIFA de noviembre, y el retraso en el proceso de sanación de su lista de ilustres damnificados.

1.- Bajo el dogma insultante, desafiante del #ÓdiameMás, en su historial, América va recolectando desprecios, divorcios mal avenidos, desengaños y rencores, que salpican de cicuta sus partidos. Había aplastado a Chivas, vencido a Santos, cuyo patrón ha sido expulsado del Paraíso por Emilio Azcárraga Jean, y después le tundió a su ex, El Tano Ortiz. Más allá de la poca o mucha rencilla con San Luis y Da Silva, debe cerrar ante el encono del rencoroso Miguel Herrera, para finalmente ver, babeando de ansiedad a los Tigres, con los segregados Diego Lainez y Francisco Córdova, más la sangre negra que circula ya entre ambos equipos. De esas bajas pasiones humanas, se alimentan las Águilas.

2.- América recuperará para la Liguilla a sus piezas caídas, entre ellas, a su mejor alfil: Julián Quiñones. Jardine ha hecho del colombiano su ganzúa favorita. Lo ha sacado del área, le ha despojado –por así decirlo– del estigma del goleador, para convertirlo en un futbolista con mayor despliegue de sus virtudes. Quiñones suma, entre Atlas y América, 19 goles en el año calendario. Pero, con América ha sido, además, más generoso, en beneficio de Diego Valdés, Henry Martín y el resto de compañeros. ¿Qué hará Jardine cuando los tenga a los tres sanos? Algo inventará este personaje que nunca fue futbolista profesional, porque siempre tuvo claro que su apostolado sería desde la banca.

Cierto, desmenuzar al América al amparo del momento y los resultados, no significa ninguna garantía de que pueda ser campeón. Por lo pronto, uno de sus grandes males, la fragilidad defensiva, la ha trabajado en detalle su entrenador, aunque ocurren disparates o dislates, como ocurrió en los dos goles ante Santos.

De imponerse al Xolos del rabioso y rencoroso Miguel Herrera, y a los inquietos Tigres, América impondría marca de puntos en un torneo corto de 17 jornadas, al llegar a 42. Pero, por más guirnaldas que coseche este equipo en su gestión de la fase regular, la palabra fracaso volverá a ornamentar su tumba, si al final no consigue el título de este Apertura 2023. Y el camino a Coapa ha sido un cementerio de buenas intenciones en los últimos años.