Luego de que Álvaro Fidalgo reveló un brote de COVID en el América, salta la duda sobre la responsabilidad del club y la Liga MX para proteger a los jugadores y sus rivales.
LOS ÁNGELES -- Álvaro Fidalgo encendió las alarmas de Real Estelí, Pachuca, Mazatlán y de su próximo rival, Cruz Azul al revelar un brote de COVID en el América, porque, claro, en la Liga MX, Mikel Arriola, dormita, alelado, en los Cielos de Babia.
En zona mixta, tras el bochornoso empate (2-2) ante Mazatlán, en el mismísimo Estadio Azteca, el mediocampista español fue puntual al explicar que el mal momento del América se debería a que “uno pueda tener COVID, pueda tener resfriado, pueda tener fiebre, así estuve yo ante (Real) Estelí”.
La advertencia de Fidalgo rebasó lo anecdótico y lo trivial de las excusas, cuando según reportes e imágenes, futbolistas del América, como Luis Malagón, abandonaron el vestuario del Estadio Azteca con cubrebocas.
Ciertamente, no hay información oficial del cuerpo médico de Coapa para establecer cuántos casos se han detectado, ni las medidas que se están tomando al interior del club, como para dimensionar la revelación de Fidalgo.
Sin embargo, es claro que, habiendo una exposición directa en el vestidor, en el autobús y en la cancha, el riesgo de contagio existe, está latente, y es también una advertencia para los adversarios inmediatos del #ÓdiameMás.
De esta manera, más allá de las acciones que puedan tomar los rivales anteriores, deberá la Federación Mexicana de Futbol, ante la modorra y desdén sistemático de la Liga MX (Mikel Arriola), regresar a los protocolos básicos que se ejercieron durante la pandemia.
Y, ojo, no sólo debe hacerse en el caso del América, sino imponer nuevamente la supervisión médica entre los 18 equipos de la Liga MX.
Y la pregunta inevitable: ¿por qué, más allá del juramento hipocrático, los médicos del América no notificaron a los clubes y a la Liga MX de casos de COVID en Coapa? No sólo es una obligación sino también una responsabilidad profesional y de lealtad a la profesión. Por lo visto, el concepto de ética se les infectó también de COVID.
Lejos de satanizar a Fidalgo, es elogiable la sinceridad de revelar una situación que obviamente pone en riesgos a sus colegas, y, obviamente a sus familias.
Por lo pronto, ante la parsimonia de la Liga MX, los equipos podrían actuar de manera responsable, leal, generosa y respetuosa, e iniciar sus propios exámenes, incluso, con el derecho, por ejemplo, que asistiría al Cruz Azul, para exigir que su rival inmediato el fin de semana, el América, lleve a cabo exámenes puntuales y revele los resultados.
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Y la FMF, si se espabila, debe exigir de inmediato al equipo que pertenece a su amo y señor, Emilio Azcárraga Jean, a que entregue un historial sobre la eventualidad de los casos de COVID a los que el mismo Álvaro Fidalgo ha hecho referencia.
¿Por qué no protestan los futbolistas a vivir bajo ese presunto escenario de riesgo que revela el jugador español? Porque, como siempre, no tienen ni voz ni voto, y hasta es muy posible que el América obligue, en cuestión de horas, a que Fidalgo se retracte o haga una precisión amañada sobre su revelación.
Recuérdese que en plenos torneos jugados aún en tiempos críticos de la pandemia, las esposas de algunos futbolistas revelaron que sus maridos eran obligados a concentrarse, jugar y convivir en el vestuario, entre casos ya confirmados de COVID, con los riegos implícitos hacia el resto de la familia.
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Hasta hace un mes, se habían detectado 200 mil casos nuevos de COVID en México, principalmente en la capital del país, según el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica. De hecho, a principios de febrero, el reporte oficial era de varios hospitales en diferentes estados, con una ocupación del 100 por ciento en los espacios destinados al cuidado de esta enfermedad.
Y aunque la Subsecretaria de Prevención y Promoción de la Salud no considera alarmante la situación, sí se hizo un llamado público.
Habida cuenta pues que Mikel Arriola no hará absolutamente nada sobre este tema, sólo queda esperar que Juan Carlos Rodríguez, como comisionado de la FMF sí haga algo, más allá del posible apresuramiento del América para modificar la narrativa de Fidalgo.
Y claro, Cruz Azul también puede interpelar y reclamar transparencia al América. Y puede hacerlo con, sin, y a pesar de un eventual valemadrismo de la FMF y de la Liga MX.