Javier Aguirre espera una mejor propuesta económica por parte de la FMF para ocupar el puesto de Jaime Lozano como DT de la Selección Mexicana
LOS ÁNGELES -- El futuro de Jaime Lozano ya no está en sus manos. Ni en las de Duilio Davino, Ivar Sisniega o Juan Carlos ‘La Bomba’ Rodríguez. Está en manos de Javier Aguirre.
Asunto central de la #YuntaDeDueños (dixit Sven-Göran Eriksson), Emilio Azcárraga Jean ordenó una tregua, un impasse, en el tema del técnico de la Selección Mexicana. Alto al fuego, pero corten cartucho.
La presunta amnistía al pescuezo del Jimmy Lozano, bajo el amparo de aguardar el informe sobre la necropsia del ridículo en Copa América, es simplemente una farsa, un burdo acto de escapismo para llegar a un acuerdo con Javier Aguirre.
Jaime ya entregó la primera parte de su informe. Seguramente Azcárraga Jean lo desdeñará con la misma ínfula con la que desdeña decenas de posibles y lacrimógenos argumentos para La Rosa de Guadalupe.
El nombre de El Vasco saltó en la reunión del miércoles pasado, pero con un fuerte opositor: Guillermo Almada, quien goza de las simpatías y del razonamiento y sentido común de una fracción y de una facción de los dueños.
De no haber trepado Jesús Martínez el nombre de Almada a la mesa de las especulaciones, ahí mismo, en el aquelarre del pasado miércoles 3 de julio, se habría ungido a Javier Aguirre.
El argumento del Grupo Pachuca es muy válido: Almada ha sentado una academia de trabajo en el futbol mexicano, que, en un mundo razonable, debería servir como parámetro a todos los clubes, pero es México el país con la patente del surrealismo mágico, según dos mentes brillantes como André Bretón y Salvador Dalí.
Sin embargo, Juan Carlos Rodríguez respalda a Javier Aguirre y sólo espera la llamada definitiva. Las dos ocasiones anteriores en las que El Vasco llegó de rescatista al Tri, se debió, estrictamente, a un telefonazo de Emilio. “Te necesito”, fue la expresión, mitad solicitud, mitad orden, que recibió Aguirre.
Los aficionados de distintas partes de México responden si con un golpe de timón puede mejorarse el presente del balompié azteca.
Y aunque mediáticamente y entre algunos propietarios de equipos, la mejor opción es Almada, ni La Bomba ni Emilio lo consideran, además de la oposición manifiesta de tres grupos multipropietarios enemigos de Pachuca, como lo son Orlegi, Azteca y Caliente.
Para los opositores a Almada, entregarle la Selección Mexicana sería entregarle las llaves de acceso a Jesús Martínez, e implicaría perder el control absoluto del Tri.
Incluso, gente que rumbeó por la reunión mencionada, asegura que cuando galopaba ya como favorito Javier Aguirre, Jesús Martínez aprovechó un receso y se comunicó con el Vasco, ofreciéndole casi un cheque en blanco, para que se hiciera cargo del Real Oviedo en la Segunda División de España, propiedad del Grupo Pachuca.
Además, la presión de la Federación Ecuatoriana de Futbol para firmar a Guillermo Almada es intensa, y lo tiene a la cabeza de otros candidatos como Alfaro Moreno, Luis Zubeldía, Carlos Gruezo, Fernando Batista y Jorge Sampaoli. Por eso, Jesús Martínez prefiere que se quede en la Selección Mexicana y que su hermano, Luis Almada, se haga cargo del proyecto de selecciones menores.
Por lo pronto, Javier Aguirre está a la espera de una mejor propuesta económica por parte de la FMF. Su intención sería retirarse después del Mundial, y conoce perfectamente el volumen de finanzas que maneja la Federación Mexicana de Futbol, por lo que podría convertirse en el entrenador mejor pagado en la historia de la Selección Mexicana.
El Vasco habría aceptado que Jaime Lozano se quede como su auxiliar, pero también llevaría al grupo que trabajó con él en el Mallorca, es decir Toni Amor, Pol Lorente y Xavier Gurri.
Así, El Vasco no aceptaría a los asistentes del Jimmy, cuyo trabajo ha sido duramente cuestionado en la asamblea de propietarios. Este detalle podría impedir a Lozano quedarse dentro del proyecto de Aguirre, por lealtad a su grupo.
Otro personaje al que Aguirre haría a un lado sería a Duilio Davino y ha dejado en claro que reportaría directamente a La Bomba, sin tener nexos directos incluso con Ivar Sisniega, a pesar de ser –nominalmente–, el presidente de la FMF.
Al final la #YuntaDeDueños fue apadrinada –como siempre–, por Azcárraga Jean y las lecturas de Juan Carlos Rodríguez, sin oposición alguna, especialmente porque Alejandro Irarragorri no estuvo presente, seguramente por estar solucionando el conflicto hacendario por un millón de dólares que enfrenta, con el anuncio de la Fiscalía General de la República de ordenar acciones en su contra.
El propietario del Pachuca aseguró que apoyan el proyecto de Jaime Lozano en la Selección Mexicana, pero si los dueños llegan a pensar en un cambio de técnico, están dispuestos a ceder a Guillermo Almada si es necesario.
De hecho hasta se presentó un momento cómico-mágico en la reunión, cuando Rodrigo Ares de Parga, al que le aplicaron aires de purga de la Comisión de Selecciones Nacionales hace un año, llegó 20 minutos tarde a la reunión y aún se dio el lujo descortés de saludar de mano, uno a uno, a todos los asistentes.
Viven pues el futbol mexicano y su Selección Nacional, otro de esos momentos surrealistas tan especiales, no sólo del balompié, sino del futbol mismo, y habiendo citado ya a Salvador Dalí (“nunca volveré a México, es un país más surrealista que mis pinturas”), valioso recordar la experiencia del francés André Bretón de hace casi un siglo.
Resulta que el poeta galo, fascinado por la orfebrería mexicana, decidió encargarle una mesa a un carpintero prestigioso. Le entregó el croquis, obviamente en relieve, en perspectiva. Acucioso, diligente, disciplinado, el artesano le entregó una mesa exquisitamente manufacturada. El único problema es que se apegó al dibujo: era una mesa en rombo con cuatro patas, todas de diferente tamaño. Bretón dibujó su realismo y el carpintero fue realista. Y resultó un mamotreto surrealista.
Eso es la Selección Mexicana, un mamoTRIto surrealista.