MAURO CAMORANESI
MÉXICO -- Uno de mis grandes recuerdos de Cruz Azul es cuando llego a La Noria y me comentan que el 'Flaco' Tena tenía que ser operado de la vesícula biliar, un día antes comimos el clásico asado en donde todos convivíamos. Al otro día, fuimos al Estadio Azul para nuestro entrenamiento y el preparador físico, Axel Bierbaum, se desvaneció y tuvieron que llevarlo al hospital. Recuerdo bien que subieron a ese hombre de dos metros por una rampa eléctrica porque para subir el recinto eran más o menos unas 100 escalones.
Después del suceso me habló Billy Álvarez y me dijo: “Mario tú vas a dirigir el sábado, así que por favor ve a tu casa y no salgas”, algo así como la pesadilla que estamos viviendo con esta pandemia. Resulta que me tocó armar el equipo, prácticamente iba a debutar en Cruz Azul dirigiendo mi primer partido de La Máquina, y no encontraba un delantero centro ya que Palencia estaba lastimado.
Necesitaba a un jugador que me gustara, porque para mí, los delanteros deben de ser grandes receptores de espalda, generadores de futbol y de espacios, deben saber picar. Entonces, vi a Mauro Camoranesi y probé con él, jugamos contra Monterrey y ganamos 3-0. En ese partido, Mauro hizo dos goles y puso el tercero, dio una tremenda actuación porque jugaba por la derecha, la izquierda y por el centro.
La semana siguiente al partido me habló Manuel Lapuente, quien estaba en el Mundial de Nigeria para pedirme dirigir a la Selección Mexicana en el encuentro ante el conjunto de Ecuador, esto fue en 1999 tras la Copa del Mundo en Francia.
Por alguna circunstancia contaba con Luis García, Luis Hernández y Ricardo Peláez, pero Mauro Camoranesi me había llenado el ojo, se me hizo muy completo. Así que volví a hablar con él para que me ayudara jugando con la Selección de México y por supuesto que puso una sonrisa agradable. Me comentó: “Mario, muchas gracias, pero ¿lo podré hacer?”, y mi respuesta fue: “Sin duda, en esa posición tu juegas de 'frack'”.
En una de mis giras a Europa decidí ir a ver a Hellas Verona para observar a Mauro y de ahí él pasó a la Juventus, poco después recuerdo verlo enojado porque lo multaron por no llevar la corbata del equipo de Turín para dirigirse al estadio. En esos momentos, Camoranesi fue nominado para la Selección de Italia y en una entrevista comentó a la prensa italiana que una vez, hace mucho tiempo, había sentido una gran satisfacción porque solo una persona en México lo quiso para representar al Tri. Fue una de sus mayores alegrías.
Con la Selección italiana, como ya sabemos todos, fue campeón del mundo. Lo que quiero resaltar es que Mauro Camoranesi es uno de los pocos jugadores argentinos que ha estado en México y que logró coronarse en un Mundial siendo naturalizado italiano, pero que solamente UNO lo tomó en cuenta para nuestra Selección Nacional. Y para mí fue un gran honor.
Esto es, desde la cancha para ESPN.