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Salvar a Vucetich o llamar a un nuevo técnico; hay un Plan A y un Plan B en Chivas

LOS ÁNGELES -- Chivas debe ocuparse y preocuparse por sus ruinas. No sólo por su penosísimo presente, sino por su sombrío futuro.

Han sido demasiados meses vegetando a la sombra de un instante épico de su pasado: eliminar al América en los Cuartos de Final del Guard1anes 2020. Sus réditos se agotaron. Su credibilidad también.

El presente ominoso de Chivas como antepenúltimo de la Tabla de Posiciones, con dos victorias, seis empates y tres derrotas, no sólo martiriza su presente, sino que cuestiona y hasta objeta su futuro.

Y al borde del precipicio no sólo está la salud deportiva del equipo, sino la de muchos jugadores, la del entrenador y las del mismo director deportivo.

Chivas es el cuarto equipo más goleado del torneo. Suma 18 en contra y sólo en menos tristes condiciones que Querétaro (22), Juárez (21) y Necaxa (20). Esto, es un rejón brutal en la testuz y en la historia de Víctor Manuel Vucetich.

A lo largo de su carrera, el ex Rey Midas ha armado su ajedrez con una trinchera poderosa. No recibir gol es el primero de sus Diez Mandamientos. Y el segundo, y el tercero también. Y el décimo mandamiento es, por supuesto, no recibir gol.

Ricardo Peláez y el dueño Amaury Vergara deben enarcar las cejas cuando han visto a sus seleccionados preolímpicos durante algunos momentos en los últimos días. Están irreconocibles. Corren, batallan, intentan, se atreven, proponen y deciden partidos.

Peláez, hombre de futbol, entiende el escenario más que Amaury, hombre con su sueño ultrajado, el cine. Peláez entiende que el nivel de los adversarios de la Liga MX rebasa con mucho al de los imberbes preolímpicos conkakafkianos de República Dominicana, Costa Rica, Estados Unidos y Canadá.

Sin embargo, el director deportivo de Chivas hizo una apuesta multimillonaria porque esos destellos, esos desplantes, los había visto por parte de sus jugadores en terrenos competitivos. Peláez sabe que el potencial está ahí.

En una lógica financiera, cínica, pero irrefutable, llegará el momento en que Víctor Manuel Vucetich se separe o deba ser separado del equipo. La ecuación es históricamente implacable: es más fácil deshacerse de uno que de 23.

Hoy, fuera hasta del despechaje del Repechaje, parece que nadie puede salvar a Vucetich, aunque siempre hay esperanza. Esa esperanza, lamentablemente para el ex Rey Midas, parece estar reñida con él. Pero, si los jugadores se lo proponen, no sólo pueden rescatar al equipo de este bochorno, sino, por supuesto, al entrenador.

Con cuatro juegos a celebrarse en Guadalajara (Santos, Tijuana, Atlas y Tigres), y dos fuera (Cruz Azul y Monterrey), es decir 18 puntos, Chivas aún podría aspirar, con el 50 por ciento de los puntos, a la repesca.

Los accidentes ocurren, como ese del cual vive aún El Rebaño, ése de haber eliminado al América con tres golazos del Chicote Calderón, quien también vive cómodamente criogenizado en los recuerdos de esos dos partidos, porque no ha vuelto a aparecer con el equipo.

Aparentemente, en el Guadalajara han intentado todo. Desde terapia grupal hasta jalones de orejas y sanciones, pasando por el ajusticiamiento público que llevó a cabo Peláez en conferencia de prensa que fue una tortura genuina para el mismo Vucetich.

Y, claro, sin pasar por alto el ritual de fuego que llevó a cabo Amaury Vergara, en petit comité, en los arrabales de su estadio, para tratar de purificar al equipo y generar buenas vibras. Ante Pumas le funcionó, pero ante el América no pudo realizarlo, porque en lugar de estar en el Clásico, se fue a una boda.

El momento oportuno para un cambio de entrenador era precisamente este letargo en las ligas, provocado por la Fecha FIFA. En cambio, Vucetich recibió el aval para tomar todas las medidas necesarias y resucitar al muerto que tiene a punto de despachar a la morgue.

El reencuentro de Peláez y Vucetich con el plantel será bravo, áspero. La inmolación hecha por ambos en esa conferencia de prensa, tras la humillación ante El Nido, seguramente germinó en rencor más que en autocrítica y arrepentimiento por parte del jugador.

La decisión de Vergara y Peláez de respaldar al ex Rey Midas implica una serie de ajustes en torno al equipo. Al reintegrarse al plantel, habrá más acercamiento de directivos en los entrenamientos y en los juegos.

Peláez se ha propuesto cuestionar individualmente, y no grupalmente, a cada jugador. Con los números en la mano, después de cada partido y hasta con edición de video, con Vucetich presente, en el dos contra uno, pretende increpar a cada jugador sobre su rendimiento.

¿Funcionará semejante agobio sobre individuos acostumbrados a la placidez de la inmunidad? Debe recordarse que el jugador es un animal distinto del resto de la humanidad. Vive entre enormes momentos de soberbia, pero también vive en la zozobra en momentos en que se siente amenazado. Algunos reaccionan en la cancha, otros se dedican a la guerrilla.

Ese es el Plan A de Vucetich y Peláez, recuperar a cada uno de los jugadores. Revalorarlos y resucitarlos. Ambos están convencidos de que hay una mayoría de jugadores nobles, redimibles. Se niegan a creer en una alta traición.

¿El Plan B? Ricardo Peláez ya confecciona una lista de candidatos para sustituir a Vucetich, eso si Amaury Vergara no decide antes sustituirlo a él. En semejante crisis, en el equipo más importante de México, nadie tiene el resuello asegurado. Ni el mismo Amaury, cuya habilidad para manejar la herencia de Jorge Vergara ya es cuestionada por su propia familia.

¿Nombres? Abundan. Especialmente porque es el Guadalajara, porque el plantel es prometedor aunque necesita orden, idea, y aprovechamiento. Y porque el salario será generoso.

1.- Desde Nacho Ambriz, quien aún no renueva contrato con el León, y no desdeña una revancha.

2.- Aseguran que el Turco Mohamed ya limó asperezas con Peláez tras sus desencuentros en el América.

3.- Peláez conoce el proyecto a nivel club que suele manejar Juan Carlos Osorio, aunque el colombiano ha quedado afectado, según sus allegados, tras el trasiego por el Tri.

4.- El eterno Matías Almeyda. Dispuesto a regresar a México, pero que sigue con el veto a cuestas en México, por considerarlo peligroso debido a la forma en que logra aglutinar a los jugadores en torno a él.

5.- Y hasta Marcelo Michel Leaño se postula muy en cortito ante el mismo Amaury.

Candidatos útiles. El técnico idóneo sería Miguel Herrera, quien aún aguarda un guiño de Tigres, y por eso ha elegido el silencio en las últimas semanas, al ser reconvenido por sus explosivos comentarios contra todo y contra todos.

¿Alguien fuera del radar? ¿Qué tal Jorge Luis Pinto? Su promotor lleva años tratando de colocar al colombiano en México. Es un técnico con una rigidez extrema, militar, marcial, intolerante, especialista en exterminar divas. Después de un par de torneos dejará hecho pedazos el vestidor del equipo, pero, sin duda, meterá orden. Sin embargo, su estilo de juego y su misma belicosidad en la banca, con todo el entorno, lo deja mal parado.

Así, a menos que ocurra un milagro, o un nuevo accidente como ante el América en Cuartos de Final, parece inminente que el Plan B de Peláez sólo necesita que se le ponga nombre y apellido.