Pumas tenía la oportunidad de exhibir a su eterno rival, pero se quedó sin motivación para acabar con el proceso de Solari en las Águilas
Pumas tenía la oportunidad de descabezar, pero no lo hizo. El América, rozando el fondo de la tabla, salió con un punto de la casa de los universitarios, aún con la incertidumbre de si Santiago Solari debe seguir en el banquillo y con la tranquilidad de no perder en la casa de uno de sus acérrimos rivales.
Pumas era el favorito, porque había inflado el pecho al golear al Saprissa en la Liga de Campeones de la Concacaf y América arrastraba la estadística de sólo una victoria en siete jornadas. Los azulcremas salieron con el cero, que igual causó abucheos, pero puede dar sosiego a Santiago Solari.
Al América lo impulsó la juventud de Santiago Naveda y Salvador Reyes, los dos jóvenes fueron los que provocaron que Pumas tuviera problemas en la defensa y que que los azulcremas crearan peligro en el arco de Alfredo Talavera. La llama de la esperanza, que se esfumó con el fin del juego en el Estadio Olímpico de CU.
El cuadro de Andrés Lillini, al contrario de otros partidos, se apagó en uno de sus juegos más importantes de la temporada. Inició con un disparo que rozó uno de los postes de Guillermo Ochoa y después nada, como si la posibilidad de exhibir a un América que está en el fondo de la tabla y provocar el cese de su técnico, con ultimátum, no fuera suficiente para ir al ataque.
En el medio tiempo, parecía que América pudo llevarse algo más, después de que Diego Valdés tuvo un cara a cara con Alfredo Talavera, y que los Pumas no entendían la importancia de encontrarse con un acérrimo rival en sus horas bajas.
El complemento, los 45 minutos en los que Santiago Solari se jugaba su continuidad en el América, Pumas fue apático, como si los goles y la fuerza se le hubieran acabado a mitad de semana.
América, por su parte, recordó los miedos y no fue el mismo del primer tiempo, ahora más cerca de su portería y en espera de un error de los de Lillini. No hubo quien tuviera la reacción feroz, para levantar al equipo y cimbrar al rival.
Ni Pumas ajustició al América ni las Águilas hicieron lo suficiente para hacer creer que las cosas pueden cambiar con Santiago Solari al mando. Lo que sí, hubo abucheos en un cero a cero de bostezo.